La dupla conformada por el guionista Carlos Trillo y el dibujante Eduardo Risso significa, por su valía, todo un capítulo en la historieta argentina. No sólo por el talento que les distingue, también por las vicisitudes de publicación; se trata, en su mayoría, de producciones realizadas para el mercado italiano entre fines de los ’80 y durante los ‘90. Fueron historietas notables, de páginas profusas –Risso llegó a dibujar 48 páginas mensuales– y géneros diversos –ciencia ficción, terror, drama histórico, serie negra–. El sello rosarino Puro Comic, que ya había dado a conocer íntegras (son sagas extensas), las fundamentales Yo, Vampiro y Borderline, ahora y de manera coincidente con el décimo aniversario del fallecimiento de Trillo, hace lo propio –en coedición con Historieteca– con Cuentos de Terror.

Pero antes, palabra de Trillo: “Una vez me manda un mail un periodista de cómic, norteamericano, y me hace un cuestionario porque salía allá un libro que hicimos con Risso. Él allá es una celebridad. Entonces el periodista me llama y me dice: ‘Cómo un muchacho joven como usted puede estar trabajando con un autor tan importante’. Me dije: 'Se ve que no entienden un porongo éstos. Porque si no sale en Estados Unidos, no saben nada”. El testimonio lo recopila Alejandro Aguado en su sitio http://laduendes.blogspot.com.ar/2009/05/entrevista-carlos-trillo-segunda-parte.html">http://laduendes.blogspot.com.ar/ y alude a la publicación de Cuentos de Terror en Estados Unidos, cuando Risso ya era un autor reconocido –ganador del Eisner, Harvey, Yellow Kid–, con la célebre 100 Bullets (para DC, junto a Brian Azzarello) como estandarte de su trayectoria profesional y autoral. Desde ya, poco o nada sabía el periodista yanqui sobre la obra del guionista de Las puertitas del Sr. López y Alvar Mayor.

Los Cuentos de Terror habían sido publicados originalmente en la revista Lanciostory de la editorial Eura, a partir de 1996. Son 11 episodios autoconclusivos, y como el título indica vinculados al terror pero con una vena sardónica, propia de Trillo. El recurso, irónico y genial (Risso considera a Trillo el más grande guionista argentino después de Oesterheld), guarda cierto correlato con los cómics EC de William Gaines (Tales from the Crypt, The Vault of Horror). El reconocimiento internacional posterior de Risso hizo posible su edición integral en Estados Unidos con el título Eduardo Risso's Tales of Terror (2007, Dynamite), un diseño de portada similar al de las publicaciones EC, y un premio Harvey como recompensa a la Mejor Edición Estadounidense de Material Extranjero en 2008.

Viñeta de uno de los cuentos de Trillo y Risso.

El libro se editó también en otros países, y en Argentina sólo algunas de aquellas 11 historias hicieron pie en las revistas Comiqueando, Meridiana y en un desplegable en formato sábana que acompañó en los kioskos al coleccionable de cine (en VHS) Obras cumbres del terror, que Perfil editó en 1999. Ahora, la edición de Puro Comic/Historieteca viene a agregar el libro faltante a la biblioteca Trillo/Risso. El repaso que sigue deja entrever el laberinto editorial local por el que atravesó la obra de la dupla:

Fulú (1988) tuvo publicación en Puertitas (El Globo Editor) desde el número 1 (diciembre 1989); la compilación íntegra, en cinco tomos, es de Doedytores (2005).

Boy Vampiro (1990) tuvo una primera oportunidad en Nippur Magnum (Columba, 1994), pero con el título N.N.; los episodios fueron coloreados y censurados. Con el título Boy Vampiro, en 1997 Meridiana y Glénat alcanzaron a publicar sólo 7 comic-books (24 páginas). La edición completa, de tres tomos blanco y negro con el título Yo, Vampiro, corresponde a Puro Comic (2008).

Simón, una aventura americana (1992) se publicó seriada en D’artagnan (Columba, 1993). De manera inusitada, Columba la pensó de modo “extraíble”, con tapas que luego ofreció para su encuadernación. En 2010, Deux la editó en un tomo único.

Borderline (1993) tuvo intentos incompletos por parte de Meridiana (1994, en formato revista con el título Crash) y Doedytores (1995, en tomos). La edición íntegra, en cuatro tomos blanco y negro, es de Puro Comic (2006).

En cuanto a los demás títulos: Video Noir (1994) fue editada completa por Gárgola, en la colección Bastión #8 (2007). Chicanos (1997) tiene edición en un sólo álbum por Iron Eggs (2005) y fue serializada por Historieta Revólver (2019). Los misterios de la luna roja (1998) fue publicada por el semanario infantil Genios (su reedición en libro está pendiente). Y Bolita (2010) se dio a conocer originalmente en Fierro además de ser recuperada en álbum por Historieteca (2013).

Toca ahora el turno a Cuentos de Terror: 160 páginas en donde Carlos Trillo y Eduardo Risso rubrican historias de tópicos clásicos y resoluciones grotescas. Vampiro, momia, hombre lobo, monstruo de la laguna, ¡mujer! invisible; cada uno y cada una serán víctimas del ingenio del guionista. Por su parte, la puesta en página de Risso apela al más puro relato, en donde su habilidad con el blanco y negro –discípulo de Alberto Breccia como es– yuxtapone contexto (lo general) y acción (lo particular); vale decir, la lectura integral de la página sitúa y prepara para la sucesión de cuadritos. De allí la narración magnífica que acompaña a sus historietas.

Estos cuentos destilan también serie negra, problemas de alcoba y parodia. De las 11 historietas, la del fantasma ululante que pena indeciso tal vez sea la mejor: en ella, Trillo se permite una sucesión de gags que Risso repite en la gestualidad de alguien que nació maldito, porque no sabe o no puede decidir. Cada una de las situaciones se hilvana con la que sigue, tejiendo una historia que surca toda una vida, con principio, nudo y desenlace, en apenas 14 páginas. En otras palabras, una lección narrativa.