"Esta tierra es hermosa./Déjenme que la alabe desbordado, /que la vaya cavando/de canto en canto turbio/y en semilla y semilla demorado”, recitó alguna vez Manuel J. Castilla en consonancia con el asombro que lleva a la poesía, en el paisaje que nos rodea y también más allá de él.

Alabanza, festejo, duelo o autobiografía, las estrofas del norte argentino insisten, en un caudal continuo que enriquece el océano de la literatura nacional. En ese marco, autores de distintas provincias y generaciones publicaron títulos en 2021 que bien podrían revisarse en este año que comienza, incluirse en las valijas de las vacaciones o acomodar junto a la mesa de luz, para apagar el celular y encender las páginas minutos antes de dormir.

Así, cuatro autores del NOA, con la particularidad de sus voces, amplifican la tradición poética que cultivaron hombres y mujeres , de antaño con versos que se iluminan a la luz del verano, pero que, sobre todo tienen su propio brillo.

Dos títulos salteños

Para iniciar el recorrido, la salteña Fernanda Agüero, presentó “Deserciones”. Lo hizo primero en mayo como audiolibro, a través de la plataforma Sonidos de Salta y luego, en agosto en formato físico por la editorial 500 armas, que nuclea propuestas de Salta y Jujuy.

En 34 postas espinosas y notables, la hacedora teje y desteje urdiembres familiares donde interactúa, con algunos acoples, con su padre y su madre. En ese escenario, “la desertora” le dijo a Salta 12: “Publicar es siempre un hecho feliz y así ocurrió con este último. Su temática es dura, controvertida, diría también descarnada, ya su título es un anuncio de lo que ocurrirá. ¿Quiénes desertamos y por qué? Tal vez es un planteo de temas que todos tenemos dentro nuestro y a veces no nos animamos a decir, porque de decir se trata. La poesía es ese páramo posible. En ella se pueden desarmar palabras, construirlas, darles sentidos secretos. Ser por un instante la palabra. Adentrarnos en mundos”, comentó y aclaró: “Si bien este libro representa matices de mí misma, es también el paisaje de una época y una región como Salta, ciudad donde vivo".

En su breve intensidad, “Deserciones” plantea la triangulación inevitable entre el hijo y sus padres, su devenir, el cuestionamiento desde la sexualidad, los mandatos, lo absurdo y lo necesario, el amor. “Ante este panorama tan hondo ¿se nos permite desertar? Mirar hacia adentro, mirar hacia atrás para seguir avanzando, tal vez más libres, o tal vez amarrados para siempre a un asteroide inventado por el mundo para sobrevivir. De eso se trata este libro, poemas que son más un recorrido por la vida en clave poética”, concluye la poeta.

Sumando su impronta al itinerario, el tartagalense Mario Flores se recupera a sí mismo con Tu Fuerza Primitiva (Gerania Editora, 2021), una propuesta de largo aliento que reúne todos los poemarios del autor, desde 2015 hasta la fecha. “Son 5 (incluyendo al inédito que le da nombre al experimento). No se trata de una ‘poesía reunida’ u ´obras completas´, que son términos que nos quedan muy grandes. Más bien, es como la versión remasterizada deluxe de toda la obra publicada hasta el momento: un experimento de relectura y reedición que permite encontrar los samples que configuran la conexión entre un texto y otro, entre un libro y otro, entre un cuerpo y otro”, remarca el hacedor de “Necrópolis”.

“Después de cada atardecer/nos transformamos en recuerdos débiles/que danzan sobre la superficie/de un sueño/ y no existe palabra alguna/que conjure el despertar de la criatura que nos devora”, esboza Flores y que este libro aparece para evitar la descatalogación, para dejar disponible su producción poética, para huir del limbo de lo inconseguible.

En ese sentido, el nacido en Tartagal destaca que inicialmente pensó en reimprimir los libros de manera separada. Sin embargo, reconoce que la pentalogía final fue un acierto para la editorial y otras personas. Desde lo personal, agrega, la compilación le permitió “debutar” en “un trabajo de reedición y remasterización de los poemas, para poder ver toda esa obra en un único volumen. También fue la primera vez que el artista visual Aureliano Acevedo ilustró la tapa de un libro. Muchas primeras experiencias derivaron en este primer tramo largo de obra publicada hasta el momento”, recalca.

Dupla tucumana

Paralelamente, al límite de 2021, en Tucumán, Gabriel Gómez Saavedra dio a conocer “Era”, por Falta envido Ediciones. La novedad reúne casi una treintena de poemas que, según dichos del autor, se escribieron en un contexto de pérdidas de seres queridos y de personas más o menos cercanas, que tuvo su punto más alto con la muerte de su padre, a quien está dedicada.

“Al despedirme queda/un hombre marcando/las paredes de la piedra/de espalda a la luz/comprimida de Salida”, se lee en un libro que parte del vacío. Aún así, el también creador de “Siesta” resucita a los suyos o al menos tiende un puente con ellos en los epígrafes que anteceden algunas poesías y que se corresponden con fragmentos de letras de canciones del folklore argentino: “éste era un lenguaje que compartíamos con mi papá” revela sobre el código de evocar a Pablo Raúl Trullenque, Atahualpa Yupanqui o Hamlet Lima Quintana, entre otros.

Al mismo tiempo, el tucumano asegura que este trabajo “abre a la madurez con la llave de las despedidas, de la que todavía no tengo la distancia necesaria para analizar del todo”. Además, subraya: “Lo inesperado fue que esto se ligó con la pandemia, y el clima interno se amplificó hacia lo externo. Sin embargo, considero que la pandemia no influyó mucho sobre el libro, al menos no conscientemente”.

Desde otro punto de vista, el poeta Mario Melnik, expresa que Gómez Saavedra “ha trazado coordenadas sobre un mapa de lo cercano e íntimo y desde allí ha dispuesto con certero prodigio los rumbos que atraviesan los tumultos de la sombra y la luz. La palabra poética fluye así con esa belleza potente que entrama, que cura, y en el vasto pulso de la vida es voz que reúne y canta”,

Finalmente, en busca de lectores, se asoma “Prolegómenos”, un tríptico del escritor y editor tucumano Nacho Jurao. Se trata, según sus palabras “un volumen que recopila mis primeros tres libros: «El debut» (2016), «Al fin, yacer» (2019) e «inusual insinuar» (2020)”. En esta obra, que se consigue en librerías desde diciembre de 2021, cada poemario se presenta con textos inéditos y versiones revisadas.

“El poema/ como una casa/ donde se pueda sufrir/ donde me duela en lo que dura la memoria/ tu rostro en este espejo /en lo que dura la memoria/ donde me duela/ donde se pueda sufrir/ como una casa/el poema” se lee entre las páginas.

Imagen:  Karen Delgado

El título, que cierra el año en la colección de poesía argentina contemporánea de la editorial Gerania, como el de Mario Flores, “surgió a partir de la necesidad de volver a poner en circulación el material mencionado, que permanecía descatalogado desde que se agotaran las ediciones originales de los libros”, explica Jurao que, con su puño abarca desde una épica oral de la clase media adolescente hasta una voz enrarecida a más brutal, atraviesa distintos estilos y sensibilidades, siempre en la búsqueda de una nueva sensación.

En otro orden de cosas, sobre la actualidad lírica norteña, el autor reflexiona: “Hay un montón de cosas que desconozco sobre la producción poética en el NOA a comienzos de siglo, en general tengo una idea más clara de lo que se viene publicando desde 2015 en adelante, y lo que puedo decir de eso es que notable la variedad de propuestas estéticas que se vienen llevando a cabo por parte de una generación de escritoras y escritores de entre 25 y 40 años”, apuntó y ejemplificó: “Hay muchos nombres y libros que podría mencionar, pero para no extenderme demasiado mencionaría a Gabriela Álvarez y Valentina Quiñones de Santiago del Estero, a Gaetano Tornello y Maira Rivainera de Salta, a Ana Velásquez y Alfonsina Lucas de Jujuy, a Eva Costello y Belén Nahuz de Tucumán, en la Rioja conozco la obra de Martín Sotelo, y en Catamarca hay una poeta que se llama Paula Bustamente a la que leí de casualidad hace poco y me dejó tremendamente impresionado”.

Repetimos, entre alabanzas, festejos, duelo o resistencias, las estrofas del norte argentino insisten, en un caudal continuo que enriquece el océano de la literatura nacional. Estos son solo algunos nombres. Seguramente vendrán otros para acomodar junto a la mesa de luz, para apagar el celular un rato y, en cualquier momento y lugar, encenderse entre letras.