El ministro de Economía, Martín Guzman, recibirá el miércoles a la gran mayoría de los gobernadores y gobernadoras para dar detalles de la negociación con el FMI. Tanto el ministro como el presidente Alberto Fernández hablaron durante todo el día con los gobernadores radicales para intentar revertir la posición que habían tomado de no concurrir y finalmente lo consiguieron. Accedieron -como pedía Juntos por el Cambio- a separar la reuniones de los gobernadores de la de los empresarios y sindicalistas y a tener otro encuentro con los jefes de bloque. Pero nada fue suficiente para el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, calificó la reunión de poco "seria" y de "política" y dijo que no irían.
Lo dejó en offside el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, que negoció con el Presidente para que vayan funcionarios de las provincias radicales el miércoles y los gobernadores irán la semana que viene a otro encuentro con Guzmán. De esta forma, Larreta volvió a quedar solo, como cuando se firmó el pacto fiscal.
Como informó este diario, Guzmán convocó a la reunión a todos los gobernadores y gobernadoras, sindicalistas y empresarios para informar cuáles son los detalles de la negociación con el FMI. El objetivo es mostrar un frente interno lo más sólido posible en una negociación que, a nivel internacional, presenta serias dificultades. Tras rechazar el Presupuesto 2022, Juntos por el Cambio resolvió hacer lo contrario: los tres gobernadores radicales y el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, emitieron un comunicado en el que cuestionaron que en la misma reunión hubiera también empresarios y sindicalistas -lo que la tornaba una "reunión política", dijeron- y que no se diera con los jefes de bloque en el ámbito del Congreso.
Rodríguez Larreta se opone hasta a lo que pide
El Gobierno nacional, entonces, reformuló la reunión: separó el encuentro de los gobernadores del de los empresarios y sindicalistas (que se hará en una segunda instancia) y remarcó que ambos son encuentros "institucionales" para buscar consensos e informar a todos los sectores involucrados, de una forma o de otra, en las consecuencias económicas de la negociación con el FMI. Guzmán también se mostró dispuesto a recibir a los jefes de bloque la semana que viene.
Es decir, todas las objeciones que habían puesto los mandatarios opositores fueron salvadas. No obstante, Larreta volvió a responder que no pensaba ir. "Entendemos que, así como está planteada, es una reunión política más que una reunión en serio de trabajo institucional, e insistimos en que el ámbito para plantear esto es el Congreso nacional, donde se terminan aprobando las leyes", sostuvo el jefe de Gobierno, sin dar mayores explicaciones de por qué no le parecía "una reunión en serio".
Luego de no aprobar el presupuesto ni asistir a un encuentro sobre la negociación de la deuda, Larreta reiteró que tiene toda la voluntad de ayudar: "Desde Juntos por el Cambio ratificamos la vocación de colaborar con la Argentina en la negociación. Pero entendemos que así, como está planteada, es mucho más una reunión política que una reunión de trabajo institucional", repitió. No hubo mayores argumentos. Solo la reiteración de que la reunión entre el ministro de Economía y los gobernadores para analizar la negociación por una deuda de 45 mil millones de pesos contraída en el gobierno de Mauricio Macri no es "seria".
La respuesta del Gobierno
Desde el Gobierno hicieron un esfuerzo por volver a explicar lo obvio: señalaron que el problema de la deuda con el FMI "no es de un Gobierno sino de la Argentina". También señalaron que todos los sectores de la producción y el trabajo deben estar al tanto de una negociación que, más pronto que tarde, los afectará. "La negociación con el FMI es una negociación geopolítica, es decir de un Estado Nación con más de 190 estados nación. "Una negociación de tales características se realiza desde una posición de mayor fortaleza para la República cuando se busca construir apoyos internos amplios", indicaron.
"Lo más razonable es que mañana (miércoles) los gobernadores de todas las provincias estén en este marco institucional al cual han sido convocados ya que tantas veces hablan del diálogo y consenso y de la necesidad de tratar entre todos los temas de Estado", insistió la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, quien consideró que "la invitación del Gobierno es una invitación institucional, democrática, transparente. La intención es solucionar el problema de una deuda que contrajo otro gobierno y que van a tener que seguir pagando los gobiernos que vengan".
"Ayer dijeron que uno de los problemas era que si había empresarios y sindicalistas ellos no se sentaban. No entendemos la postura de no compartir una mesa de trabajo, de diálogo institucional con empresarios y sindicalistas pero nos parece que si esa era una de las condiciones no hay ningún problema en hacer primero el encuentro con los gobernadores, después el encuentro con los empresarios y sindicalistas", insistió Cerruti, que ante las palabras de Larreta remarcó: "No terminamos de entender la distinción entre trabajo y política viniendo de un dirigente político".
La vocera ratificó que, una vez que se llegue a un acuerdo con el FMI, el plan plurianual y el propio acuerdo pasarán por el Congreso, como marca la ley que impulsó el presidente Alberto Fernández.
Cerruti no fue la única que marcó las contradicciones de Larreta en este punto. El senador Mariano Recalde advirtió: "Una reunión con gobernadores para discutir la deuda que nos dejaron es una reunión política. ¿Dónde quieren tratar semejante tema? ¿En un cumpleaños? Larreta, es hora de ser más responsables y constructivos. No con el gobierno, sino con la Argentina que usted dice querer".
Desde el Bloque de legisladores del Frente de Todos expresaron "su más absoluto desacuerdo" con la actitud tomada por el Jefe de Gobierno y afirmaron que su decisión "denota una irresponsabilidad total" frente a la deuda tomada por Cambiemos. "Nos preocupa que la negativa al diálogo ya empieza a aparecer como sistemática", señalaron.
Los radicales dejaron solo a Rodríguez Larreta
No obstante, todo dio un vuelco hacia la tarde. El gobernador de Jujuy mantuvo conversaciones en paralelo con el Presidente y finalmente acordó enviar a funcionarios de segunda línea de los distritos radicales (al igual que lo hará el de Córdoba, Juan Schiaretti) a la reunión del miércoles. Por Jujuy, irá el vicegobernador Carlos Haquim. Y por Mendoza, el ministro de Economía provincia, Enrique Vaquié. Corrientes también iba a enviar un representante.
Por otro lado, la semana que viene (seguramente lunes o martes), Guzmán recibirá a los tres gobernadores radicales. "A Gerardo le parece que en temas como el del Fondo hay que estar unidos", señalararon en su entorno. Morales fue más directo: sostuvo que no asistir era "una pendejada".
De esta manera, Larreta volvió a quedar solo en una oposición intransigente al Gobierno nacional, como cuando se propuso el pacto fiscal: en esa oportunidad, Larreta no firmó, pero los tres gobernadores radicales, sí. Ahora vuelve a ocurrir lo mismo, pero en un escenario peor: Larreta salió a decir en público que no irían, y cuando se dio vuelta, no había nadie que lo acompañara en esa posición. Será el único que no participe del encuentro.