El telescopio James Webb, lanzado el 25 de diciembre, representa un antes y un después en la tecnología implementada en astronomía, y sus hallazgos podrían crear una revolución en los datos hasta ahora conocidos por la humanidad.
La NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA) son los creadores y responsables de la puesta en marcha que lo tiene en el espacio desplegando sus herramientas y que ya reprodujo la primera de las imágenes que buscan “mirar atrás en el tiempo, unos 13.500 millones de años, para ver las primeras galaxias tras el Big Bang”, según sostienen sus creadores.
Equipamiento de alta tecnología
El James Webb cuenta con instrumentos de alta tecnología. La astrónoma Peri explicó las grandes diferencias que tiene el Webb con un telescopio doméstico: “Un telescopio doméstico tiene un tubo y un espejo en la base en donde rebota la luz del exterior para que llegue al ojo. Con los telescopios sofisticados, en vez de poner tu ojo, se pone una cámara digital”.
Y agregó: “En este caso, son varios espejos dorados que forman uno de 6,5 metros y un espejo secundario enfrentado al más grande para que se digitalice la información”. Además, contó que el Webb tiene mejor resolución en cuanto a cantidad y tamaño de píxeles, que cualquier otro telescopio.
Otro artefacto llamativo que posee el James Webb es un parasol de cinco capas, del tamaño de una cancha de tenis. Peri explicó que el propósito es aislar del calor a las cámaras que necesitan estar a -266 grados. A su vez, se busca evitar la variación de temperaturas para no alterar las imágenes que se puedan llegar a obtener. La información llega a la Tierra gracias a la antena que posee. La misma envia 60 GB de datos cada día y puede recibir comandos.
El telescopio que puede "mirar hacia atrás" o "mirar el pasado"
"A diferencia del Hubble, que observa en el óptico, realiza observaciones en el infrarrojo lo cual revelará un universo oculto a nuestros ojos", explicó Peri. Pero, ¿qué significa?
“La luz es una onda electromagnética que tiene una cierta longitud de onda o frecuencia. En esas longitudes de onda podés tener luz óptica, luz infrarroja, ultravioleta, rayos X, rayos gama, y demás", comenzó la astrónoma.
"La estrella va a generar luz de distintas longitudes de onda según en qué fase de su vida esté y en qué parte del sistema del que forma parte esté. No solo se va a generar luz infrarroja sino que se pueden generar distintos tipos de luces. Como el James Webb observa específicamente en el infrarrojo, por eso hace tanto hincapié en esa longitud de onda”, sumó.
Por suparte, en la web oficial del telescopio James Webb, los creadores sostienen que “la luz de las galaxias situadas a miles de millones de años luz nos llega atravesando el espacio, que a su vez está en expansión. De este modo, la longitud de onda de la luz se alarga en el infrarrojo, lo que permite a Webb ver hacia atrás en el tiempo”.
"La luz del infrarrojo medio atraviesa las regiones frías y polvorientas donde nacen las estrellas y revela cómo las estrellas masivas y los agujeros negros moldean su entorno", agregan.
De esta manera, siguiendo el modelo del Big Bang —que asegura que luego de la explosión el universo se mantiene en expansión—, la tecnología del infrarrojo permite ver “la luz al borde de las galaxias más lejanas”, dijo Peri, que contiene información sobre el “momento cero” y su expansión.
Justamente para facilitar el reflejo del infrarrojo es que los espejos están cubiertos de una fina capa de oro, explicó a GO Noticias Claudio Marcelo Pietrasanta, docente de fotografía astronómica de la Asociación Argentina amigos de la Astronomía.
La revolución de los datos
Peri y Pietrasanta coinciden con los creadores del James Webb sobre la posibilidad de este telescopio de develar incógnitas astronómicas, como la formación de las primeras estrellas y galaxias, y saber cómo los agujeros negros modelan su entorno.
Sobre la posibilidad de encontrar vida en otros planetas, ambos especialistas consultados por GO Noticias destacaron otra novedad del telescopio: va a poder saber la composición química de los exoplanetas, aquellos que no pertenecen al sistema solar.
“Con la composición vamos a poder ver ciertos planetas que podrían llegar a ser ‘habitables’, puede ser por microbios o bacterias”, dijo Pietrasanta.
Para Peri, “todo depende de lo que consideremos vida”. En ese sentido, agregó: “Somos una casualidad enorme en algo que llevó millones de años. Estamos abiertos a la existencia de vida en cualquier lado, podemos observar biomarcadores”.