La escasa repercusión mediática y el menosprecio de la industria ante el anuncio de las nominaciones para la 79º entrega de los Globos de Oro, realizado el 13 de diciembre, preludiaban una ceremonia cuanto menos complicada para el galardón organizado por la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA, por sus siglas en inglés). Pero ni el peor de los pronósticos contemplaba lo que ocurrirá este domingo por la noche en el Hotel Beverly Hilton de los Ángeles: un evento sin alfombra roja ni celebridades en el salón, así como también sin miembros de la Asociación ni prensa acreditada.
Así las cosas, la ceremonia será apenas la lectura de los ganadores de los 25 rubros (14 de películas y 11 de series y miniseries) leídos a intervalos regulares durante 90 minutos. Por si no fuera suficiente con una dinámica con destino de bodrio inolvidable, todavía no se sabe ni siquiera si habrá posibilidades de verlo, en tanto NBC, la cadena dueña de los derechos, avisó hace largos meses que no tenía el más mínimo interés en emitir la gala. La única posibilidad es una transmisión abierta por internet, aunque, de hacerlo sin el permiso de NBC, el riesgo de una represalia legal está latente.
Es cierto que la situación sanitaria en Estados Unidos no está para grandes celebraciones, con más de un millón de contagios reportados durante los últimos días, varios festivales pautados para este bimestre que confirmaron que mantendrán un formato online y la cancelación de la gala de Critic’s Choice, que debía realizarse el mismo domingo de los Globos, en una clara maniobra para posicionarse por sobre ellos. Tan cierto como que este factor se conjuga con el hecho de la HPFA viene de largos meses de lapidaciones públicas por sus manejos espurios y la falta de renovación de los electores –en su mayoría hombres blancos y no precisamente jóvenes-, a quienes les interesa más la rosca y los regalos que las películas y las series, tal como se contó aquí hace un par de semanas.
Sin estrellas, TV ni alfombra roja, y con la industria y el público mirando para otro lado, el único camino posible para la HPFA es intentar pegarle una lavada de cara tanto a sus premios como a la propia organización. Según un comunicado emitido anoche por la entidad, la ceremonia “pondrá el foco en los trabajos filantrópicos que hace largo tiempo viene realizando la HPFA, mostrando la variedad de beneficiarios de este programa." “Durante los últimos 25 años, la Asociación ha donado 50 millones de dólares a más de 70 organizaciones benéficas relacionadas con el entretenimiento, la restauración de películas, los programas de becas y esfuerzos humanitarios. Muchas de las cuales fueron duramente golpeadas durante los últimos dos años de pandemia”, afirma la nota.
Más abajo hace hincapié en que en los últimos ocho meses “han revisado completamente sus estatutos, implicando radicales que abordan la ética y el código de conducta, la diversidad, la equidad y la inclusión, además de la gobernanza y los requisitos para obtener la membresía”. Además, el comunicado establece que quienes asistan al evento deberán probar que tienen las dos vacunas y el refuerzo; contar con un PCR negativo realizado en las últimas 48 horas, usar máscaras y mantener la distancia social durante el tiempo que estén dentro del salón.