El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, brindó este jueves un discurso con motivo del primer aniversario del asalto al Capitolio en el que acusó a Donald Trump de haber intentado bloquear el traspaso democrático del poder después de perder las elecciones presidenciales. "No dejaré a nadie poner un puñal en la garganta de la democracia", expresó Biden como compromiso de su gobierno. El discurso fue calificado por Trump como "teatro político" para distraer la atención del "fracaso" del gobierno demócrata.
"Su ego está herido"
"El expresidente de Estados Unidos (Donald Trump) ha creado y difundido una red de mentiras sobre las elecciones de 2020" y "lo ha hecho porque valora el poder por encima de los principios, porque antepone su propio interés al interés de su país", expresó el mandatario estadounidense en una alocución desde el Capitolio.
"Su ego herido le importa más que nuestra democracia y nuestra Constitución. No puede aceptar que perdió", dijo sobre Trump, a quien no llamó por su nombre y se refirió a él únicamente como "expresidente". "No podes amar nuestro país solo cuando ganas. No podes obedecer la ley solo cuando te conviene. No podes ser patriótico cuando abrazas las mentiras y las permites", sentenció.
"Por primera vez en nuestra historia", recordó sobre el asalto al Capitolio perpetrado el 6 de enero de 2021 por ultraderechistas seguidores de Trump, que dejó un saldo de cinco muertos y cientos de heridos, "un presidente no solo perdió las elecciones" sino que "trató de evitar el traspaso de poder pacífico". Quienes irrumpieron la sede del Congreso, repasó a un año de los incidentes, no eran "un grupo de turistas" sino una "turba violenta", "era una insurrección armada".
La ausencia republicana
El mandatario además recordó que los comicios de noviembre de 2020 fueron de los más votados en la historia de Estados Unidos. "Más de 150 millones de estadounidenses acudieron a las urnas y votaron ese día, en una pandemia (...) Hay que aplaudirlos, no atacarlos", expresó Biden, que a su vez apuntó contra el partido Republicano y dijo que aunque hubo algunos hombres y mujeres valientes en el partido "muchos otros están transformando el partido en otra cosa", afirmó.
En la ceremonia participaron muy pocos representantes de la oposición, según consignaron medios estadounidenses. El jefe de los republicanos en el senado, Mitch McConnell no participó de las ceremonias en Washington, a pesar de que es uno de los pocos en reconocer la "responsabilidad moral" de Trump en el asalto al capitolio.
Actualmente, "vivimos en un punto de inflexión en la historia, tanto en casa como en el extranjero. Estamos enfrascados nuevamente en una lucha entre la democracia y la autocracia; entre las aspiraciones de la mayoría y la avaricia de unos pocos". A su vez, Biden aseguró que "desde China hasta Rusia y más allá, apuestan por que la democracia tiene los días contados" y "apuestan a que nos vamos a convertir como ellos".
"Tampoco me voy a achicar"
Para Biden, los hechos del seis de enero de 2021 deberían ser considerados no como la muerte de la democracia, sino el renacimiento de la libertad. "No busqué esta lucha traída a este Capitolio hace un año hoy, pero tampoco me voy a achicar. Me voy a mantener en esta brecha. Voy a defender esta nación y no voy a permitir que nadie ponga un puñal en la garganta de la democracia", dijo Biden.
"Créanme, yo sé lo difícil que es la democracia. Soy consciente sobre las amenazas que enfrenta EE.UU. Pero también sé que nuestros días más oscuros nos pueden guiar hacia la luz y la esperanza", afirmó.
En la ceremonia, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, llamó a "unirse en defensa" de la democracia porque "el espíritu estadounidense se ha puesto a prueba".
Investigaciones, a un año del asalto
Desde que empezaron las investigaciones, más de 725 personas fueron acusadas por el Departamento de Justicia por su implicación en los incidentes, algunas de las cuales forman parte de peligrosas milicias de extrema derecha fuertemente armadas, como Proud Boys y Oath Keepers. El FBI sostiene que hay detenidos de casi cada uno de los cincuenta estados que conforman el país.
La principal acusación que han presentado los fiscales es la de ingresar de manera ilegal en un lugar restringido, pero también hay cargos de agresión o resistencia a la autoridad. Por el momento, unas 165 personas se declararon culpables de al menos alguno de los cargos de los que han sido imputados, mientras que 70 ya han recibido alguna condena, de las cuales 31 han sido encarceladas.
En paralelo, la comisión investigadora del Senado está a la espera de conocer si finalmente el Tribunal Supremo de Estados Unidos acepta o no el recurso del expresidente Trump para evitar la publicación de los registros de la Casa Blanca relacionados con los incidentes del seis de enero. Trump y los suyos se encargaron de entorpecer las investigaciones de esta comisión amparándose en el privilegio legislativo del primero, aunque algunas personas de su círculo más íntimo, como Steve Bannon o quien fuera su jefe de gabinete, Mark Meadows, ya fueron acusados por desacato al Congreso.