Tras el discurso que brindó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a un año el ataque al Capitolio, Donald Trump lo acusó de usar su nombre “para tratar de dividir aún más a Estados Unidos”. En su alocución el actual mandatario hizo severas críticas a su antecesor.
En un comunicado, Trump aseguró que los dichos de Biden fueron un “teatro político” y “una distracción” para ocultar que “ha fallado total y totalmente”. “Está destruyendo nuestra nación con políticas de fronteras abiertas, elecciones corruptas, políticas energéticas desastrosas, mandatos inconstitucionales y cierres de escuelas devastadores”, añadió.
Criticó también “la inflación desenfrenada, un ejército en el caos y nuestra salida, o rendición, de Afganistán fue quizás lo más vergonzoso día en la larga y distinguida historia de los Estados Unidos”.
Además, volvió a cuestionar los resultados de las elecciones presidenciales del 2020 y expresó: “Los números hablan por sí mismos. No son justificables, por lo que los medios cómplices simplemente lo llaman la Gran Mentira, cuando en realidad la Gran Mentira fue la elección misma”.
“Los demócratas quieren adueñarse de este día 6 de enero para avivar los miedos y dividir a Estados Unidos. Digo, déjelos tenerlo porque Estados Unidos ve a través de sus mentiras y polarizaciones”, añadió Trump.
Qué dijo Biden a un año del asalto al Capitolio
Más temprano, en un mensaje que dio desde la Sala de Estatuas del Capitolio, Biden lamentó que hace un año la democracia haya sido atacada y acusó a Trump de crear y difundir una red de mentiras que derivó en la destrucción de la sede legislativa “al no poder aceptar que perdió”.
“Por primera vez en nuestra historia, un presidente que había perdido una elección intentó impedir el pacífico traspaso del poder mientras una turba invadía el Capitolio. Pero fracasaron", agregó.
El 6 de enero del año pasado un grupo de simpatizantes de Trump entró al Capitolio estadounidense para protestar contra los resultados de la elección presidencial 2020 por considerarla fraudulenta. Aproximadamente 140 agentes resultaron heridos en el ataque, mientras que cinco personas murieron ese día. Más de 700 personas han sido acusadas en relación con los disturbios.
