Diversas organizaciones sociales de la Villa 21-24 y Zavaleta manifestaron que la "preocupante situación sanitaria", con contagios entre el poco personal de salud -y su falta de reemplazo- y el cierre de la farmacia zonal.
Javiera Sarraz, activista del barrio, contó a Página/12 que "hay una saturación en los centros de testeo, con pocos trabajadores y falta de insumos". En el barrio hay tres lugares para el seguimiento de casos: la Casa de la Cultura, donde se hacen hisopados; los centros comunitarios de salud; y las postas ambulantes, unos gazebos en los que hay trabajadores precarizados que toman la temperatura". Una de esas postas fue suspendida por el ministerio de Salud porteño por falta de personal.
El aumento de los contagios mostró la fragilidad del sistema: no hay reemplazos ante los contagios del personal y eso llevó a la reducción en el horario de atención. Antes se atendía de 8 a 20. Ahora lo hacen de 8 a 14, "lo cual no llega a atender la demanda, por ello consideramos indispensable la extensión del horario de realización de test que va de la mano con la necesidad de incorporar más trabajadores", señaló Sarraz.
A esto se suma la cuestión de la farmacia: la farmacéutica está aislada por contacto estrecho y nadie la reemplazó. Ergo, la farmacia no atiende y los habitantes de la villa no puede acceder a ninún medicamento. Además, las ambulancias no entran al barrio.
Por si fuera poco, hay otro elemento: el hacinamiento. "Hay varias familias en una sola casa, con un solo baño, y así es es imposible que alguien se pueda aislar si tiene contacto estrecho", advirtió Sarraz. Así, ante el riesgo de contagios a nivel exponencial, grupos como el Comité de Emergencia Villa 21-24 y Zavaleta, la Junta Vecinal TTT Villa 21-24, Curas Villeros de la Parroquia Caacupe Villa 21-24 y Zavaleta, la Mesa de Salud y Hábitat Villa 21-24 y Zavaleta, la CTD Aníbal Verón y la Cámpora, entre otras, reclaman que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta vuelva a habilitar hoteles para los aislados, y que haya asistencia alimentaria para las familias.
El barrio vive una situación dramática desde antes de la pandemia con la falta de agua, por eso también reclaman "una obra de agua integral que solucione la falta de este suministro", además de garantizar suministro eléctrico y que se solucione la falta de cloacas. "Pareciera que el gobierno no tomó nota de los problemas estructurales que vivimos en nuestro barrio, pareciera que olvidó las necesidades básicas en momentos de pandemia y en todo momento", afirman las organizaciones del barrio en un comunicado, en el que demandan que haya insumos y se reconozca a los trabajadores precarizados.
"Las organizaciones sociales, vecinos y vecinas del barrio nunca olvidamos los problemas de nuestra villa porque la vivimos en carne propia, y nunca dejamos de buscar soluciones en unidad para que cada uno y cada una de las familias pueda estar un poco más cerca de vivir una vida con derechos básicos para la vida", cierra el comunicado.