México termina su presidencia pro témpore (PPT) al frente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Durante este periodo, con el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, logró posicionarse como líder en la región obteniendo importantes avances de cooperación en materia política y sanitaria durante el transcurso de la pandemia. Este viernes, durante la XXII Cumbre de Cancilleres en Buenos Aires, nuestro país se consolida como el sucesor para ocupar la PPT del bloque durante 2022. Un desafío que presenta oportunidades y urgencias: cooperación e integración entre los Estados, promover una coordinación interestatal para la recuperación económica post pandemia y acceso equitativo a las vacunas.
Entre 2017 y 2019, el bloque regional atravesó un periodo de distanciamiento y parálisis producto del surgimiento de gobiernos conservadores en el continente. La crisis que sufrieron las instancias de integración, como la Unasur, el Parlasur y la Celac, requieren como desafío repensar el esquema de funcionamiento de las instituciones en pos de fortalecer y garantizar el ejercicio continuo de los organismos en el largo plazo.
Cuando el gobierno del presidente López Obrador obtuvo la presidencia por un año en enero de 2020 (extendido por un periodo más), México insistió en que se debía robustecer la institucionalidad del mecanismo y alcanzar nueva fortaleza en la unidad.
La Celac cobró importancia durante la pandemia. Las discusiones políticas pudieron contenerse y se logró avanzar en mesas de trabajo para fines concretos, como los retos sanitarios y económicos. El pedido por el acceso equitativo a las vacunas, medicamentos e insumos para combatir la pandemia fue un punto de permanente reclamo durante la grave crisis sanitaria global. En este sentido la relación China-Celac se transformó en acceso a insumos para enfrentar las consecuencias sanitarias de la pandemia como también a vacunas para la población de los países del bloque.
La necesidad de construir soberanía tecnológica y sanitaria regional para afrontar el impacto multidimensional de la pandemia llevó a una relación estrecha entre Argentina y México. Ejemplo de esto fue la alianza entre los países, junto con la Fundación Slim, para producir y envasar millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca y la Universidad de Oxford, la promoción de vínculos entre científicos de la región detrás de los proyectos de vacuna y la donación de dosis a países miembros del bloque. Siguiendo el sistema solidario de donación de vacunas, Argentina decidió el envío de dosis a Santa Lucía (18 mil), Granada (11 mil), San Vicente y las Granadinas (11 mil) y Dominicana (2 mil).
Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos, tal como lo planteó la directora ejecutiva de la Cepal, Alicia Barcena, hoy en la región hay países que están por encima del 50 por ciento de población vacunada, pero hay otros que no están ni en el 20 por ciento. En este sentido cobra relevancia el Plan de Autosuficiencia Sanitaria, sistema de compras conjuntas, propuesto por la Celac.
Las oportunidades
Desde la creación de Celac en 2011 se estableció que el avance en el proceso de integración requiere de un sabio equilibrio entre la unidad y la diversidad política, económica, social y cultural de los más de 600 millones de habitantes de América Latina y el Caribe. Aunque dentro del bloque hubo voces discordantes como las de Jair Bolsonaro (quien suspendió la participación de Brasil), Iván Duque y Sebastián Piñera, la premisa del diálogo y la concertación política siguen primando. En la VI Cumbre realizada en septiembre en México todos los miembros, aun marcando abiertamente contrapuntos, participaron y se sentaron a la mesa lo que muestra una ventada de oportunidad más que interesante para los años por venir. La Celac representa la mejor plataforma donde se puedan dirimir las diferencias sin injerencia externa.
El ejercicio de la presidencia de la Celac permitirá a la Argentina consolidar su liderazgo regional en un momento post pandémico donde las soluciones más urgentes para nuestros países residen en el incentivo para la recuperación económica sin desatender la lucha por el acceso igualitario a las vacunas en los países miembros, el acceso a financiamiento especialmente de la banca regional y subregional y el fenómeno sin precedentes de la migración intrarregional. La coordinación interestatal, la cooperación y la aceleración de acuerdos regionales y bilaterales serán importantes para lograr estos objetivos.
Para lograr estos objetivos sin dudas se requiere vocación política de los países miembros en pos de la integración pero también de la necesidad de consolidar la estructura organizativa de la Celac para dar continuidad a los objetivos trazados. En la última cumbre, Venezuela planteó la necesidad de contar con una secretaria general que pueda articular los trabajos. Hoy el organismo solo cuenta con la figura de la presidencia pro témpore y algunos equipos especializados certificados por Celac como el de Cooperación aeroespacial o el de Protección Civil.
La presidencia de Argentina estará comprometida con la idea de reforzar la integración latinoamericana y de procurar una inserción inteligente en el mundo. Si bien no es tarea sencilla, el país podría liderar un proceso de expansión de gobiernos progresistas en la región: Luis Arce en Bolivia, Pedro Castillo en Perú, Xiomara Castro en Honduras, Gabriel Boric en Chile. La impronta iniciada por el liderazgo de México y la posibilidad de que en Colombia y Brasil se consoliden las candidaturas de Gustavo Petro y de Lula da Silva para los comicios de 2022 representan una oportunidad, pero claro está que atravesamos una coyuntura regional y mundial distinta a la que se vivió a principios de siglo, y ese entendimiento es fundamental para evitar errores no forzados.
Las disputas entre China y EE.UU. podrían transformarse en oportunidades de mejorar la inserción internacional del bloque, ampliando los vínculos comerciales, favoreciendo la llegada de inversiones a los países de la región y consolidar un programa de políticas de estado de largo plazo para el bloque robusteciendo su autonomía.
Hace algunos años, a cargo de la secretaria general del Unasur, el entonces presidente Néstor Kirchner convocaba a construir, a partir de la realidad relativa de cada país, una realidad superadora que nos contenga a todos. Años después y pandemia de por medio, la tarea no es sencilla, pero sin dudas un nuevo impulso al regionalismo podría ofrecer una respuesta más sólida y coordinada a los innumerables desafíos que enfrenta América Latina y una oportunidad de reposicionamiento argentino en la región y en el mundo.
* Dolores Gandulfo es directora del Observatorio Electoral de la Conferencia Permanente de América Latina y el Caribe (COPPPAL), directora ejecutiva de Política Institucional de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y miembro de la Red de Politólogas.