En una semana marcada por protestas, el presidente de Kazajistán, Kassym Jomart Tokayev, autorizó a las fuerzas de seguridad a disparar “sin aviso previo” luego de rechazar negociaciones con los líderes de las protestas. El gobierno de Tokayev informó que murieron 44 personas, más de 700 resultaron heridas.
En un discurso transmitido por televisión, Tokayev descartó cualquier tipo de diálogo con los kazajos tras cinco días de protestas, represión y saqueos. "Quien no se rinda, será destruido. Di la orden a los órganos de la Policía y el Ejército de disparar a matar sin previo aviso", sentenció el mandatario que se refiere a los manifestantes como terroristas. “Siguen dañando los bienes y usando armas contra los ciudadanos”, añadió.
El presidente además prometió “eliminar” a las personas que provocaron los disturbios, de acuerdo con Tokayev son 20 mil personas con “un plan caro”. "Es de importancia crucial entender por qué los preparativos de ataques terroristas, por parte de células durmientes en la clandestinidad, han pasado desapercibidos por el Estado. Solo Almaty sufrió el ataque de 20.000 extremistas", aseguró en su discurso.
"¿Qué tipo de negociación se puede tener con criminales, con asesinos? Nos hemos enfrenado a bandidos armados y entrenados (...) Hay que destruirlos y es lo que haremos en poco tiempo" agregó.
Según indicó el ministerio de Interior murieron 26 manifestantes que el gobierno considera “criminales armados”. Mientras que en las fuerzas de seguridad contabilizaron 18 muertes y más de 700 heridos según datos oficiales. Las autoridades han establecido 70 puntos de control en todo el país y, de momento, más de 3.800 personas han sido detenidas.
Hasta ahora no existen fuentes independientes que permitan contrastar los datos que indica el gobierno de Tokayev, que además no brindó ningún tipo de balance sobre los civiles, al margen de los manifestantes a los que considera “bandidos”.
El país centro asiático tiene 19 millones de habitantes y es un importante exportador de petróleo y gas. El pasado 2 de enero Kazajistán se convirtió en el escenario de una revuelta sin precedentes tras un súbito aumento en el precio del gas. Las protestas fueron replicadas en otras ciudades, entre ellas la capital económica del país, Almaty, donde las manifestaciones derivaron en disturbios.
Mientras la circulación de vehículos se fue reanudando de a poco, en las calles de la ciudad de Almaty todavía quedaban autos calcinados y los camiones blindados de la policía mantenían el patrullaje según informó la AFP. El distrito financiero de Kazajistán tenía todos sus bancos cerrados y la policía paraba y registraba lo automóviles con conductores que considerados sospechosos. Los pequeños comercios reabrieron aunque con estantes vacíos Algunas estaciones de servicio abrieron lo que dio lugar filas extensas de vehículos. Según las agencias rusas que citan a funcionarios kazajos, la mayoría de los vuelos con destino al país centroasiático fueron cancelados y el aeropuerto de Almaty operará sólo vuelos militares hasta el domingo.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pidieron hoy el fin de la violencia en Kazajistán e instaron moderación a las partes."Los derechos y la seguridad de los ciudadanos son primordiales y deben ser garantizados. Llamo al fin de la violencia y a la moderación", dijo Von der Leyen en una conferencia conjunta con Macron, quien apoyó esta declaración.
En tanto, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió ayer a todas las partes en conflicto "abstenerse de la violencia" y clamó por una "resolución pacífica" de la crisis."El derecho internacional es claro: las personas tienen derecho a la protesta pacífica y a la libertad de expresión. Al mismo tiempo, los manifestantes, sin importar cuán enojados o agraviados estén, no deben recurrir a la violencia contra los demás", dijo Bachelet en un comunicado.
Por su parte, Rusia y sus aliados, enviaron para apoyar al gobierno de Tokayev en el marco de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). Según la agencia de noticias de Rusia TASS, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, indicó que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha mantenido numerosas comunicaciones telefónicas con los líderes de la OTSC: el presidente de Kirgistán, Sadyr Japarov, el mandatario de Kayikistán, Emomali Rahmon, el bielorruso Aleksandr Lukashenko y el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan. “Discutieron sobre la situación en Kazajistán y acciones conjuntas bajo la OTSC para combatir el terrorismo internacional”, consignó la agencia TASS.
En tanto, la portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, respondió a los dichos de la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, sobre el pedido de las autoridades kazajas a la OTSC. "Todo el mundo está acostumbrado a que algunos representantes de Washington no lo entiendan todo, haciéndolo pasar como posición de Estados Unidos", escribió Zakharova en su canal de Telegram.
Kazajistán, una antigua nación soviética, comparte fronteras con Rusia, China, Uzbekistán, Turkmenistán y Kirguistán. Tras la independencia del país en 1991, el presidente Nursultan Nazarbayev, nombrado en 1990, se mantuvo en el poder hasta 2019. Nazarbayev dejó la presidencia en un escenario de protestas y llamó a elecciones anticipadas no sin antes apuntar a su delfín, Kassym Jomart Tokayev, para que lo sucediera.