No se trata de una antología de antólogo, ni de esas que pretenden ser lo que no son (supongamos “antología de la nueva poesía santiagueña”): como su título lo indica, es una antología de pares, por eso la figura horizontal del círculo para definirse. 

Ya Canal Feijóo, en la segunda década del siglo XX, había emprendido una aventura similar, cuando creó el grupo de La Brasa, lo que habla de una tradición santiagueña que parece resurgir en Poesía Circular: grupo de artistas (en este caso poetas) que no pretenden representar una totalidad, sino una parte, y por eso no aparece la aventura, tan clara en algunas operaciones editoriales porteñas, de colonizar un adjetivo (provincial, regional, nacional) para el grupo.

Este mérito de la antología se confirma en el relato de Juan Avendaño, uno de los integrantes de la muestra: “Poesía Circular, se constituye como grupo a comienzos de agosto de 2015. En un principio integrado por mí, junto a Ezequiel Álvarez y Sebastián Barrionuevo. A los pocos meses se incorporó Félix Demasi (librero y prologuista del libro) y Jorge Rosemberg, de paso fugaz, por cuestiones de tiempo. Luego se incorporaron Gastón Merino, Aníbal Costilla y por último Francisco Barrionuevo”.

Poesía Circular es la primera publicación que realizan como grupo, espacio de amistad en el que, como señala Avendaño, se explicitan afinidades: “Hay gustos compartidos en la lectura de poesía (Castilla, Temperley, Tejada, Trejo, Orozco, Canal Feijóo, Trullenque, etc.) y una mirada que reconoce el legado de las generaciones anteriores”. 

Este reconocimiento es advertido por el poeta Leopoldo Castilla, quien, desde la contratapa del libro escribe: “Como un río que avanza sin abandonar su origen, estos poetas crecen en caudal creativo, canto y hondura”. 

Pero más allá de las afinidades, las estéticas de los poetas del grupo son variadas, como varían también sus edades. Juan Avendaño hace el racconto biográfico “De los siete poetas publicados, Francisco Barrionuevo es el más joven, con 26 años, y ya cuenta con publicaciones en otras antologías. 

Gastón Merino tiene dos poemarios publicados uno en Santiago y otro en Córdoba. Ezequiel Álvarez, publicó en el año 2019 su libro Espinas y espejos. Sebastián Barrionuevo, es músico, poeta y director de la revista cultural Mundar”. 

A estos nombres se suman los de los tres poetas de más trayectoria, el propio Juan Avendaño, que acaba de publicar su libro Mientras veo la luna en un vaso de vino; Aníbal Costilla, con varios libros publicados en Buenos Aires en editoriales como Caleta Olivia, y Francisco Avendaño, el mayor en edad y en poesía (41 años), incluido en la antología de Poetas jóvenes del NOA que en 2008 hizo Santiago Sylvester para el Fondo Nacional de las Artes.

Como bien señala Leopoldo Castilla en la contratapa, los poemas que aparecen en el libro tienen, sin embargo un denominador común: “descifran simultáneamente la realidad y la alquimia de su propia escritura. Para ello optan por un discurso directo en el que se reiteran con mayor frecuencia dos escenarios, la casa y la ciudad. Ambos hacen de la memoria del lar natal el manantial donde abrevará una nueva apuesta poética”. 

Siete apuestas poéticas que se suman en esta propuesta de lectura, editada por Mundar en Santiago del Estero, y a la que se puede acceder a través del sitio de Facebook de la revista, https://www.facebook.com/revistamundar/.

Lluvia (Francisco Avedaño)

Borges tenía razón: 

la lluvia es algo que sucede en el pasado. 

entre el olor a tierra mojada

que anticipa en la distancia

el instante mágico del agua

hay una evocación eterna del ayer.

entre gota y carámbano

rumorea la nostalgia.

las calles, cuando se visten de lluvia,

se parecen y recuerdan

interminablemente.

el temporal va relamiendo

los bordes de las casas;

antes ablandaba piedra por piedra,

con el duro tesón del agua,

las montañas

y hoy sólo recorta lentamente

los bordes de las casas.

testimonio de vida y muerte:

aguacero, vallejo, los días jueves...