Las horas para Novak Djokovic son de máxima tensión en Australia. El serbio se enfrentaba esta noche a un tribunal en el marco de la apelación que presentaron sus abogados, luego de que su visa fuera revocada al ingresar al país en virtud de las normas vigentes de covid-19. Es un juez el que determinará si, finalmente, el tenista podrá quedarse para disputar el primer Grand Slam del año o si será deportado. Esta segunda alternativa podría acarrear perjuicios aún más graves para el número uno del mundo.
Desde las 20 horas del domingo se desarrollaba la audiencia en la que el juez Anthony Kelly decidirá si le da la razón al jugador y cancela la anulación de su visado, o si sostiene la decisión de las autoridades de negarle el ingreso al líder del escalafón. En caso de que el magistrado ratifique esta decisión de revocar el permiso, Djokovic podría sufrir un castigo aún mayor ya que podría impedírsele el ingreso a Australia hasta 2025.
El diario deportivo serbio Blic, citando fuentes fronterizas australianas, informó que “a una persona cuya visa haya sido revocada se le puede prohibir por un período de tres años que se le emita incluso una visa temporal”, lo que impediría la presencia de Djokovic en el primer Grand Slam del año hasta 2025. El serbio es el máximo ganador histórico del Abierto de Australia, con nueve títulos en su haber tras ganar las ediciones de 2008, 2011, 2012, 2013, 2015, 2016, 2019, 2020 y 2021.
Pero, ¿cuáles son las opciones que se le presentan al número uno del mundo? Primero hay remarcar que el proceso no será sencillo ya que en el conflicto hay involucradas partes públicas australianas, la federal y la regional, y una institución privada, los organizadores del torneo. Además, el tiempo apremia porque restan solo siete días para el inicio de la actividad, motivo por el cual el magistrado rechazó el pedido de las autoridades de postergar la audiencia.
En este marco, el juez deberá analizar si los funcionarios de migraciones actuaron de manera correspondiente con el tenista, y a su vez escuchará los argumentos de la defensa del deportista, quien estará presente y podrá ser preguntado y repreguntado sobre cualquier cuestión que lo involucre.
Según un informe de la agencia AFP, si el juez Anthony Kelly decide a favor de Djokovic, anularía la cancelación de su visado, que volvería a ser válido. Sería una victoria sensacional para Djokovic, escéptico de las vacunas, y un revés dramático para el gobierno australiano, que ha aplicado estrictos controles de Covid-19 en sus fronteras desde hace unos dos años. El equipo jurídico de la estrella serbia ha expuesto lo que quiere que el juez dictamine en este escenario. En un escrito de 35 páginas previo a la vista, piden su “liberación inmediata” antes de las 17.00 horas del lunes. También han pedido al juez que se pronuncie “a la mayor brevedad posible”, sin esperar a elaborar su razonamiento jurídico que, según dicen, podría ser liberado más tarde.
Sin embargo, el gobierno está seguro de apelar dicha sentencia, según Christopher Levingston, especialista acreditado en derecho migratorio con más de 20 años de experiencia. Y durante la apelación “el Sr. Djokovic seguiría detenido por motivos de inmigración”, dijo en un análisis del caso.
Pero, si la audiencia se resuelve a favor del gobierno australiano, es probable que éste intente expulsar a Djokovic del país en el próximo avión disponible que salga de Melbourne. El jueves pasado, el juez ordenó a la ministra del Interior, Karen Andrews, que no expulsara a Djokovic mientras éste presentaba su recurso. Esa orden expira el lunes a las 16.00 horas. Levingston dijo que el caso del gobierno se basaba en una sección de la ley de migración que, según él, “finalmente hará que el Sr. Djokovic fracase en su solicitud”. Según la ley, el ministro sólo tiene que demostrar que la presencia del titular del visado “puede, sería o podría ser” un riesgo para la salud, la seguridad o el buen orden de los australianos. Pero incluso si el gobierno gana, la superestrella serbia podría apelar.
Si el juez desestima el caso del as del tenis, podría haber un recurso de apelación de parte de Djokovic. ”Si pierde, es muy probable que se presente una apelación”, dijo John Findley, un abogado-director que se centra en asuntos de migración, familia, negocios e impuestos. En ese caso, los abogados de Djokovic tendrían que argumentar que ha habido un error y, probablemente, señalar algún punto de la ley no probado, añadió. Pero incluso si se presenta un recurso de este tipo, Djokovic no podría salir libre mientras se argumenta el caso, dijo Levingston. Aunque el juez puede admitir un recurso, no podría ordenar al gobierno que conceda un visado que permita a Djokovic salir de la detención. El ministro del Interior de Australia podría conceder dicho visado, aseveró. Pero es poco probable que lo haga, dada la posición del gobierno en su caso y la política.
Los abogados del serbio realizaron el sábado una presentación para respaldar la apelación. El foco principal indica que el jugador tuvo una exención médica para entrar al país organizador del Australian Open -cuyo inicio está previsto para el próximo 17 de enero- porque tuvo coronavirus semanas atrás. “La fecha de la primera prueba PCR positiva de COVID se registró el 16 de diciembre de 2021″, señala el documento citado por los medios australianos. Sin embargo, no presentó fiebres u otros síntomas en las 72 horas posteriores a ese test positivo. Tras la presentación de este recurso creció la polémica, ya que rápidamente en las redes sociales comenzaron a aparecer fotos del número 1 del ranking mundial que mostraban su presencia en distintos eventos rodeado de personas y sin mascarilla durante aquellos días de diciembre.
El número uno del mundo espera la definición de su futuro alojado en un centro migratorio ubicado en el antiguo Park Hotel, que tiene las ventanas herméticamente cerradas y del cual nadie puede entrar ni salir, solo puede retirarse el personal que allí trabaja. En las últimas horas, el serbio ha solicitado que se le asigne un chef personal con el objetivo de cuidar su estricta dieta libre de gluten, y ha elevado un pedido para ser transferido a un complejo de departamentos con una cancha de tenis para poder entrenar de cara a su objetivo de participar en el primer Grand Slam del año.
En ese sentido, la madre, Diana, se quejó y dijo que “él decidió perseguir la justicia y la verdad que no es culpable de nada. Sí, lo que se suponía que debía hacer, lo hizo. Encontraron necesario encerrarlo. Donde está no está detenido, sino en prisión. ¡Ni siquiera le dan el desayuno! Hay almuerzo, hay cena y no hay nada para desayunar”, exclamó frente al grupo de fanáticos serbios.
El jugador se ha ofrecido a pagar de su propio bolsillo la contratación de un grupo de agentes de seguridad privados para garantizar el traslado. Sin embargo, todas y cada una de sus peticiones han sido rechazadas por la Fuerza Fronteriza Australiana.