Y Lilita lo hizo de nuevo. La diputada de la Coalición Cívica volvió a generar un enorme revuelo tanto en el oficialismo como en la oposición luego de afirmar que hay “un lobby de toda la clase política para proteger a Julio De Vido” en la causa de Odebrecht. Desde el Gobierno dijeron ni si ni no ni todo lo contrario: el ministro de Justicia, Germán Garavano, coincidió en que hay sectores que protegen al ex ministro de Planificación, mientras que la vicepresidenta Gabriela Michetti la cruzó a Elisa Carrió, negó cualquier intento de protección al ex funcionario kirchnerista y planteó que “si Lilita siente eso, es grave y lo tiene que poner sobre la mesa para discutirlo”. En tanto, Margarita Stolbizer la cuestionó por no hacer la denuncia correspondiente mientras que desde el Frente para la Victoria se solidarizaron con De Vido y replicaron los argumentos de Carrió.
En Balcarce 50 están empezando a sentir los primeros dolores de cabeza de haberla elegido a Carrió como su principal candidata en la Ciudad de Buenos Aires. De todas formas, intentaron interpretar que ella no incluía al oficialismo, sino a los jueces federales y operadores habituales. Pero lo cierto es que Carrió pateó el avispero una vez más durante el fin de semana, cuando consideró que hay pocos integrantes del Gobierno en los que pueda creer. Y afirmó que había una decisión de “toda la clase política” de protegerlo a De Vido –para el que pidió que se lo encarcele de inmediato– y en eso incluyó a prácticamente todos, excepto a dos: el presidente Mauricio Macri y el jefe de la AFI, Gustavo Arribas, quien paradójicamente está siendo investigado por su supuesta vinculación con las coimas de Odebrecht. En tanto, Carrió afirmó que “la relación entre Franco Macri y De Vido es obvia”. “¿Por qué cuidan tanto todos a De Vido? Porque De Vido puede hablar y si habla puede comprometer a todos. Incluso a personas del Gobierno”, consideró Carrió, quien aseguró que hay “una orden de arriba” para protegerlo a Aníbal Fernández. Vale la pena recordarlo: Carrió será la cabeza de la lista del oficialismo en la Ciudad de Buenos Aires.
Desde el Gobierno, la encargada de contestarle fue la vicepresidenta. “No vamos a proteger a alguien porque tenga un parentesco con un funcionario”, sostuvo. “En todas las obras que se anunciaban y no se hacían tenía algo que ver el ministro de Planificación. Que se haga cargo de esto. Si Lilita siente eso, es grave y lo tiene que poner sobre la mesa para discutirlo”, reclamó Michetti.
Pero mientras la vicepresidenta la desmentía, el ministro de Justicia le daba la razón a Carrió. “Creo que, en esto voy a compartir con Lilita, hay muchos sectores que quedaron involucrados en estas maniobras, que es algo bastante transversal a varios sectores de la clase política, y esto genera impedimentos”, aseguró el ministro. De todas formas, el funcionario aseguró que el Gobierno no está involucrado en esas maniobras, aunque dejó abierta la posibilidad de que Carrió tenga “no tener alguna información en relación alguna persona puntual”. De todas formas, indicó que el presidente Macri ordenó “avanzar hasta las últimas consecuencias” en el caso Odebrecht.
En tanto, Stolbizer cuestionó a Carrió: “Debería presentarse ante un fiscal y decir las cosas que sabe porque esto afecta terriblemente la credibilidad judicial. Me parece de una temeridad insostenible... No es responsable esto. Yo no tengo ningún elemento para decir las cosas que dice Carrió”, remarcó. Por su parte, el bloque del Frente para la Victoria emitió un comunicado expresando su solidaridad con De Vido “ante los dichos de Carrió y Garavano”. “Resulta inadmisible que un ministro de Justicia pretenda digitar las causas que deben avanzar. Sus declaraciones constituyen una nueva intromisión en la Justicia”, advirtieron. El jefe del bloque, Héctor Recalde, sostuvo que “si el interés del Presidente es que esto se sepa lo antes posible”, que instruya a Gustavo Arribas a que concurra al Congreso a dar explicaciones, trámite que se negó a cumplir.