River derrotó por 3 a 0 a Gimnasia, en La Plata, y es el nuevo escolta del líder Boca en el torneo de Primera División. El equipo de Gallardo suma 48 unidades, quedó a cuatro de Boca y todavía debe el partido ante Atlético Tucumán.
Difícil momento de Gimnasia. En el arranque del semestre hilvanó una serie de cinco triunfos que lo catapultaron a la categoría de protagonista. Sin embargo, la eliminación a manos de Ponte Preta en la Copa Sudamericana y la serie de derrotas en el plano local ante San Lorenzo, Racing y Estudiantes cambiaron a negro el panorama y eyectaron del banco a Gustavo Alfaro, señalado como el hacedor del plantel en una institución con desequilibrios económicos.
Inmejorable la actualidad de River. Clasificado a los octavos de final en la Copa Libertadores como líder de su grupo, cuando todavía le falta disputar un partido, y metido de lleno en el intento de pelearle a Boca el torneo doméstico, una ilusión que ganó solidez con la victoria en el Superclásico la semana pasada y que se agranda al pensar que la diferencia de puntos se puede reducir al mínimo si los de Núñez triunfan en el partido pendiente ante Atlético Tucumán, que quedó confirmado para el 31 de mayo.
Esas realidades chocaron ayer en el Bosque platense. Y River impuso condiciones desde el mismo comienzo del partido, tanto que a los cuatro minutos ya ganaba 1 a 0, gracias a un lindo gol marcado por Driussi luego de combinar dentro del área con Alario. Es cierto, hubo complicidad en la defensa y en el arquero, demasiado pasivos ante los puntas visitantes.
Abajo en el marcador, el Lobo reaccionó y llevó peligro al arco de Batalla, que tuvo buenas respuestas ante envíos de larga distancia. Al promediar la primera etapa, el local acumulaba los méritos para llegar a la igualdad, aunque las pocas respuestas de River eran tan profundas que hacían presagiar que podía estirar las diferencias en cualquier momento.
El comienzo del complemento mostró a los dos conjuntos muy intensos, pero la jerarquía de River se manifestaba en la facilidad para llegar. Entonces fue una consecuencia lógica que el visitante llegara al segundo, que marcó Pity Martínez tras bajar un saque largo y alto de Batalla y concluir su corrida con un zurdazo que entró abajo, en el palo derecho de Martin Arias. Lo que vino después fue el floreo de River y el gol de Auzqui para darle forma a la goleada.