En el último mes, se conocieron al menos dos accidentes fatales por voladuras de juegos inflables, ambos provocados por la aparición de fuertes ráfagas de viento: uno durante un evento escolar en Australia, el pasado 16 de diciembre, que causó la muerte de 6 niñes, y otro en una feria de España, este 4 de enero, que se cobró la vida de una nena de 8 años. ¿Cuáles son las recomendaciones para evitar accidentes? ¿Existe alguna reglamentación en Argentina que regule el alquiler de inflables?
El Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) tiene dos normas técnicas (documentos elaborados por expertos donde se acuerdan las condiciones mínimas que debe tener un producto, servicio o sistema de gestión) sobre seguridad de juegos inflables: una ("IRAM 3629-1) en la que se establecen los "requisitos generales" y otra ("IRAM 3629-2) dedidaca a la "instalación, operación, inspección y mantenimiento" de los mismos.
Sin embargo, según explicó a Página/12 una fuente de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, no hay una reglamentación nacional que se ocupe de regular el alquiler y uso de estos inflables. “En algunos municipios del país hay normativas locales”, como ocurre en “Santa Fe, Río Negro, Chubut (Trelew) y Entre Ríos (Paraná)” pero se limitan solo a "reglamentaciones en materia de seguridad y contratación de seguros”.
Alquiler de inflables
“El rubro está repleto de emprendimientos que alquilan cualquier cosa, castillos rotos, que no se inflan bien. A nosotros nos viven llamando para encargarnos inflables a último momento porque pidieron a otros locales por internet y la foto mostraba una cosa y en vivo termina siendo otra”, contó un trabajador de una empresa de alquiler de inflables de la localidad bonaerense de Temperley, que desde hace 10 años brinda el servicio en zona sur y CABA.
Respecto a lo ocurrido en Australia y España, dijo que “los inflables vienen preparados para sujetarse al piso y evitar voladuras. Tienen un sistema de anclajes para poder clavarlos al suelo como una carpa de playa y, si son muy altos, se usan unos tensores para mantenerlos derechos en altura”.
En Argentina, sin embargo, “el problema no es tanto el viento” sino que nadie “regula el uso y mantenimiento” de estos juegos, "nadie inspecciona, sino que depende de la seriedad de cada empresa el mantener bien o no sus equipos", consideró el trabajador, evaluación que compartieron otros dos servicios de alquiler, de zona Oeste y de zona Norte, que fueron consultados por Página/12.
"Nosotros, en el contrato de alquiler que damos, establecemos que el usuario es el responsable de hacer buen uso y velar por la seguridad del artefacto", precisó el empleado de Temperley. En caso de que el accidente ocurra por desperfectos en el juego o la instalación, “entiendo que debería hacerse cargo la empresa, aunque en estos 10 años nunca tuvimos un problema”, remarcó. "Sí contratamos un seguro de riesgo de accidente personal" pero no es para los usuarios sino "para los empleados, por si hay algún accidente durante la instalación", aclaró el trabajador.
La Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires recordó que, ante problemas con el inflable, “rige el Código Civil y Comercial en lo que concierne a la responsabilidad eventual por daños y perjuicios". “Hay un principio del derecho que es el alterum non laedere, que es el deber de no dañar a otro, y en caso de que el producto genere algún daño o se genere algún daño dentro del producto rige el paraguas de la responsabilidad jurídica que surge de la legislación civil y comercial”, es decir: ante daños originados por culpa del inflable deberán responder las personas o empresas a cargo del alquiler del mismo.
Recomendaciones de la Sociedad Argentina de Pediatría
El Comité Nacional de Prevención de Lesiones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) elaboró un informe con recomendaciones para el buen uso de los castillos inflables, a partir de los datos aportados por la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de Estados Unidos (CPSC, por su sigla en inglés).
- Recomendaciones de montaje: debe ser realizado solo por personal entrenado; debe contar con cuerdas de amarres adecuadas y resistentes; tiene que tener al menos 6 puntos de anclaje; debe colocarse en una superficie plana, sin rocas, palos o elementos que sobresalgan; se tiene que establecer un perímetro de seguridad de un metro; debe estar lejos de árboles, columnas, cables, paredes y techos; y debe contar con una superficie blanda en la entrada/salida del inflable.
- Recomendaciones de uso: se recomienda que la entrada permanezca despejada; ingresar sin zapatos, joyas, relojes, cadenas y objetos punzantes; no entrar con comida, bebidas y mascotas; limitar el número de niños a la recomendación del fabricante; no ser utilizado simultáneamente por niños de edad y peso diferente; no realizar “volteretas o saltos mortales”; garantizar supervisión permanente por parte de adultos.
La SAP también advirtió que “en condiciones de humedad, la superficie se volverá muy resbaladiza” y que debe suspenderse su uso “en caso de meteorología adversa (lluvia, viento, tormenta eléctrica) o pérdida de aire del castillo”. Respecto al viento, “se recomienda que se desmonte y desinfle el castillo cuando la velocidad del viento exceda los 45 kilómetros por hora”.
“Si se siguen estas recomendaciones, el riesgo es mínimo”, afirmó a Página/12 Rubén Zabala (MP 16490), secretario del Comité Nacional de Prevención de Lesiones de la SAP. En Estados Unidos, la tasa de lesiones (contusiones, heridas, fracturas, traumatismo de cráneo y lesiones mortales) es de 5,3 cada 100.000 niñes, ya sea "por caída fuera del castillo”, "por golpes entre niños que lo utilizan simultáneamente” o “por desplazamiento del castillo incorrectamente anclado por ráfagas de viento (aunque es poco frecuente, hay casos documentados en Tasmania, Australia y España)”.
En Argentina, no es posible determinar la tasa de incidencia de lesiones en inflables porque “hay déficit de estadísticas”, indicó el especialista. “Si bien en el país existe el SIVILE, el Sistema de Vigilancia de Lesiones, que es muy útil, su base de datos está formada por unidades centinelas, o sea que algunos hospitales cargan esa información, no todos, por lo que es una información parcial”.
Esa falta de estadísticas, “nos dificulta tomar decisiones y justificar la creación de legislación”, lamentó. “Entiendo que los productos importados cumplen con normas de fabricación de la Unión Europea y vienen con advertencias para su uso, pero los argentinos no somos de seguir mucho esas nomas”, concluyó Zabala.
Camas elásticas
En el caso de las camas elásticas, señaló el pediatra, “hay mayor riesgo”, con una tasa de incidencia de lesiones anuales de 30 cada 100.000 habitantes ("si se toma en cuenta la población infantil estadounidense de entre 0 y 4 años, la tasa sube a 70/100.000, mientras que entre los niños y niñas de 5 a 14 años la incidencia asciende a 160/100.000"). La tasa de hospitalización, en tanto, va de 3 a 14%.
Según el informe de la SAP, las lesiones en cama elástica se dan en:
- Miembros inferiores: representan del 34 al 50% de las lesiones aproximadamente, siendo la más común el esguince de tobillo. También puede producirse fractura horizontal proximal de tibia.
- Miembros superiores: representan del 24 a 36% de las lesiones y el 60% de las fracturas. Generalmente ocurren por una caída al piso desde la cama elástica.
- Cabello y cuello: representan entre el 10 y el 17% de las lesiones y pueden ser graves. Entre ellas se encuentran el traumatismo de cráneo (caída de la cama elástica al piso o golpes entre 2 personas); lesiones cervicales (caídas o saltos mortales, por hiperextensión o hiperflexión del cuello); daños neurológicos permanentes (0,5% de los casos); y también puede ocurrir disección arteria vertebral o subluxación atloaxoidea.
Entre las recomendaciones, los expertos de la SAP recuerdan que la “Academia Americana de Pediatría, la Academia Canadiense de Pediatría y otras sociedades científicas desaconsejan el uso doméstico y recreativo de camas elásticas”. En caso que las personas persistan en su uso, los consejos son:
- Solo un niño por vez (el 75% de las lesiones estaría relacionada con el incumplimiento de esta recomendación).
- Acolchado protector de partes metálicas, resortes, marcos, aristas. No hay evidencia que sea totalmente efectivo, probablemente por el deterioro de los materiales acolchados.
- Camas elásticas que cumplan normas de seguridad.
- Mallas perimetrales que impidan las caídas. Tampoco hay evidencia clara que reduzcan la lesiones, probablemente por su colocación inadecuada, deterioro y la tendencia de los niños a trepar por ellas.
- No realizar volteretas o saltos mortales.
- Colocar las camas en superficies planas, sin árboles u otros objetos a su alrededor, sobre piso blando.
- Supervisión activa y permanente por un adulto que conozca estas medidas.
- No permitir el acceso a niños menores de 6 años.