Luis Enrique Rogers, intendente del pueblo pampeano de Lonquimay, se negó a declarar durante la primera jornada del juicio oral y público en el que se lo acusa de permitir el funcionamiento de un cabaret, en el marco de una causa en la que se investiga el delito de “trata de personas con fines de explotación sexual”.
En tanto, el subcomisario Carlos Adrián Alanis, acusado junto Rogers y a Eduardo Mauricio Fernández, presunto dueño del local nocturno y a Carlos Eduardo Fernández y Brian Martín Saxs, sindicados encargados, se declaró inocente.
El debate oral por el caso está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOCF) de La Pampa, situado en Santa Rosa y compuesto por los jueces Marcos Aguerrido, Mario Triputti y Pablo Díaz Lacava. El fiscal Jorge Bonvehí, los abogados defensores y la defensora oficial Laura Armagno escucharon a los primeros dos de los 35 testigos convocados y el juicio continuará hoy.
En el inicio de la audiencia, el abogado País Rojo, defensor de Rogers, pidió la nulidad de la intervención de los teléfonos del jefe comunal porque fue ordenada por la fiscalía, cuando ésa es una atribución de un juez, pero el planteo se resolverá al final del juicio.
Ante el tribunal, Rogers, que nació en Capital Federal y vive en Lonquimay desde los 6 años, se negó a declarar y destacó sus “tres gestiones con crecimiento en votos, en un pueblo de 1700 habitantes donde el desgaste es otro”. “Me votó gente de distintas ideologías, ahí se gana por la persona, todos sabemos quien es quien”, resaltó el integrante del Partido Justicialista (PJ).
Por su parte, el subcomisario Alanis, quien en 2009 cuando se inició la causa estaba a cargo de la comisaría de Lonquimay, se declaró inocente y aseguró que nunca pudo comprobar que en el local nocturno se ejercía la prostitución, aunque admitió que lo “sospechaba”.