Las autoridades de Suiza opinaron que la propagación de la variante Ómicron podría hacer que el coronavirus deje de ser una pandemia y se convierta en una enfermedad endémica. Por el momento, sin embargo, dijeron que mantendrán las medidas de cuidado.
Estas declaraciones llegan dos días después de que el Gobierno español revelara que trabaja en un plan para evaluar la evolución del virus con "parámetros diferentes", como una enfermedad endémica similar a la gripe y así "dejar de contar los casos" diarios.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, explicó que el plan se basa en la evidencia de la baja mortalidad que tiene ahora el coronavirus respecto a la cantidad de casos que se registran, tras dos años de pandemia y con el avance de la vacunación.
El mandatario agregó que lo que contribuye a la baja letalidad es el hecho de que Ómicron, aunque es muy contagiosa, genera cuadros clínicos más leves y ya es dominante en gran parte del mundo.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) salió ayer al cruce de Sánchez, al advertir que "es prematuro" hablar de fin de la pandemia dado que existe todavía un alto nivel de incertidumbre sobre la variante.
El organismo de salud de la ONU recordó que el coronavirus sorprendió "más de una vez", por lo que "no es buena idea" hacer previsiones.
El Gobierno suizo, que apoya la teoría de Sánchez basado en que la Ómicron ha generado cuadros más leves y menos muertes y hospitalizaciones, vaticinó hoy "el comienzo del fin" de la pandemia.
"Quizás estemos en vísperas de un punto de inflexión que podría ser decisivo con el paso de una fase pandémica a una fase endémica, gracias a una inmunidad en la población que alcanza niveles ahora elevados", declaró el ministro de Salud, Alain Berset, en una conferencia de prensa.
Teniendo en cuenta la vacunación y las curaciones, la tasa de inmunidad de las personas mayores de 20 años supera 90 por ciento en Suiza, e incluso llega al 97 por ciento para las personas mayores de 80 años, explicó.