Recientemente una noticia en El País ha vuelto a poner a debate en la opinión pública el humor hecho por mujeres, en especial sobre las mujeres humoristas. La directora y el gerente de uno de los principales Stand Up de Madrid han justificado su programación (en la que hay una flagrante desproporción entre humoristas hombres y mujeres) con un argumento de peso económico: “las humoristas venden menos y no provocan tantas risas” y ello porque -afirman- “el nivel de las mujeres es más bajo para hacer humor”.

La respuesta de las mujeres concernidas no se ha hecho esperar. Algunas recuerdan su singularidad y rechazan ser incluidas en la denominación “Humor femenino”. El debate se expande por las redes sociales y en distintos artículos. De hecho, las mujeres humoristas tienen un amplio público y crean tendencia (1) ¿Por qué la cuestión del humor femenino persiste en estos términos? (2) ¿Hacer reír banalizaría la discriminación y la igualdad de derechos o la denuncia de las violencias que sufren las mujeres? o ¿Hay algo en el hecho de hacer reír que no correspondería con el goce femenino?

Es interesante constatar que si durante los pasados decenios las mujeres usaban lo cómico del Payaso, estos últimos años, las que triunfan en los Stand Up, usan más la ironía. Ellas se presentan sin renunciar, esconder o matizar, la versión de mujeres que son y sin el tabú a los temas “propiamente femeninos”, como lo habían sido la menstruación, la maternidad, las relaciones sexuales, el amor romántico, sus cuerpos. Pueden ser pues graciosas, inteligentes, bellas, agresivas, cultas, emotivas, reivindicativas, provocativas.

El humor permite justamente hablar de lo que no se debería hablar. Como Freud lo aisló, el chiste, Witz, produce la liberación de una satisfacción al saltarse la censura. El humor propiamente dicho, el que recurre a la ironía, introduce un “sentimiento particularmente liberador y exaltante”, como él mismo dijo, en El humor (1927) El superyó parece decir “¡Mira, he ahí ese mundo que parecía tan peligroso! No es más que un juego de niños, bueno apenas para tomarlo en broma”. ¡Esa es la dignidad del humor!

1 Lucía Lijtmaer, “Com acabar amb l’humor de les dones”. Comisaria de Princesas y Dark Vaders, con Isa Calderón, produce Deforme semanal y el Podcast Deforme semanal idea total. Andrés Barda, La risa caníbal: Humor pensamiento cínico y poder, Alpha Decay Colecci, 2016.

2 En 2007, el magazine Vanity Fair provocó un gran debate al publicar el articulo de Christopher Hitchens intitulado « Why Women aren’t funny » .

 

*Psicoanalista. ELP (Escuela Lacaniana de Psicoanálisis) España. Zadig