Cuando se casaron en abril de 1968, estaban convencidos de que estarían juntos hasta que la muerte los separara. Al punto de que adoptó el apellido de su marido: Spector. Ronnie (nacida como Veronica Greenfield) y Philip fueron felices, pero en el camino la relación se deterioró. Se pudrió de tal manera que en 1972 ella huyó de su casa sin pertenencias y con la ayuda de su madre. Dos años más tarde, durante su divorcio, Ronnie se desentendió de todo acuerdo legal, luego de que su inminente ex esposo la amenazara con enviarle a un sicario si seguía con la intención de obtener alguna compensación económica. Si bien desistió del reclamo, mantuvo el apellido para llevar adelante su carrera musical y pagar las cuentas. Aunque él siguió haciéndole la vida imposible.
Así como Sid y Nancy o Jim Morrison y Pamela Courson, la relación entre Phil Spector y Ronnie Spector se debatió entre el amor y el odio. Sin embargo, a diferencia de lo que lograron Tina Turner o Yoko Ono, y por más que reconstruyó su vida, la cantante neoyorquina no pudo despegar su carrera artística de su vínculo karmático. Y es que la vida es toda una paradoja. A un año de la muerte de su ex pareja, y en buena medida hacedor de su lugar en la historia de la música, Ronnie Spector falleció este miércoles tras batallar contra un cáncer. Tenía 78 años. “Ronnie vivió su vida con un brillo en los ojos, una actitud valiente, un perverso sentido del humor y una sonrisa en su rostro”, dijo su familia en un comunicado. “Estaba llena de amor y gratitud”.
El comunicado afirmaba asimismo que “su sonido alegre, naturaleza lúdica y presencia mágica vivirán en todos los que la conocieron, escucharon o vieron”. Para aquellos y aquellas que no la conocieron, Ronnie fue la voz líder de The Ronettes: banda emblemática no sólo en la música popular contemporánea del siglo XX sino también de los espacios que ganó la mujer dentro de la cultura pop. Su canción “Be My Baby” es tan potente que, pese a que su música está en clave de soul, se le considera un himno de la música pop. Tanto poder tiene que pocos se atrevieron a versionarla. Mientras que su letra fue y sigue siendo una maravillosa oda a la pasión desenfrenada y a la osadía: “Por cada beso que me das, te daré tres”, reza uno de sus pasajes.
“Be My Baby” fue lanzado en el verano de 1963, y convirtió instantáneamente a las Ronettes en superestrellas. Y es que esa canción aún sigue provocando emociones. “Cuando la escuché la primera vez, estaba conduciendo y tuve que detenerme a un lado de la carretera: quedé alucinado”, contó en 2013 Brian Wilson, quien reconoció haber quedado devastado al enterarse de la noticia de la muerte de Ronnie. “Sentí que quería intentar hacer algo tan bueno como esa canción, y nunca lo hice. Dejé de intentarlo. Es la mejor canción jamás producida. Nadie la superará”. Ni siquiera el propio trío, completado por su hermana Estelle Bennet y su prima Nedra Talley, pudo superarlo.
Más allá del peso que les significó el éxito, “Baby, I Love You”, “Walking in the Rain” y “Do I Love You” sedujeron al público estadounidense hasta que The Beatles y The Rolling Stones cruzaron el Atlántico. Ya habían estado en Inglaterra poco antes, desembarco que cautivó a sendos grupos. A tal instancia que los de Liverpool pidieron que fueran las teloneras de su gira norteamericana de 1966. Aunque Ronnie no pudo ir: Phil Spector se lo impidió a causa de sus celos. Fue el comienzo de un período oscuro de su vida en el que su esposo trató de ejercer el mayor control posible sobre su vida. “Nunca me dejó leer el periódico o ver la televisión. Todo lo que sabía era que Phil comenzó a colocar alambre de púas, luego perros guardianes y luego armas”.
Phil Spector comenzó una aventura con Ronnie poco después de que firmara con el grupo en 1963, y produjo todos los éxitos del grupo. “Desafortunadamente, Phil no pudo vivir y funcionar fuera del estudio de grabación”, dijo el año pasado. “Se hizo la oscuridad, muchas vidas resultaron dañadas. Todavía sonrío cada vez que escucho la música que hicimos juntos, y siempre lo haré. La música será para siempre”. Antes de que se divorciaran, Phil se encontraba al frente de Apple Records, sello discográfico de The Beatles en el que Ronnie grabó en 1971 el single “Try Some, Buy Some/Tandoori Chicken”. El tema tuvo escasa repercusión en esa época, aunque luego fue versionado por George Harrison y David Bowie.
Una vez que reformó a las Ronettes, la artista volvió a saborear el reconocimiento con su colaboración en “You Mean So Much To Me”, junto a Southside Johnny. El tema fue compuesto por Bruce Springsteen y producido por Steven Van Zandt, de la E Street Band. Una década más tarde, Spector disfrutó del resurgimiento gracias a su participación en el hit “Take Me Home Tonight”, de Eddie Money. En esa carrera intermitente, en 1999 lanzó el EP She Talks to Rainbows, producido por Joey Ramone. Su vínculo con el rock siguió en 2005 tras colaborar con The Raveonettes en “Ode to LA”, secundado por el álbum Last of the Rock Stars (2006) en el que, aparte de los daneses, participan The Raconteurs, Patti Smith y Keith Richards.
Si bien se volvió a casar en 1982, esta vez con su manager de aquel momento, Jonathan Greenfield, Ronnie nunca pudo separarse de su pasado con las Ronettes. Tampoco quiso, por más que objetara su inclusión al Salón de la Fama del Rock and Roll en 2007. Amén de redimir a Amy Winehouse tras su muerte, con su cover de “Back to Black” y su aparición en el documental Amy Winehouse: Back to Black (2018), la cantante tuvo tiempo para ahondar en su carrera solista. En 2016, a través de 429 Records, lanzó English Heart, su primer álbum de material nuevo en una década. Hoy devenido en el último de una de las cantantes más cautivantes y desgarradoras, así como influyentes, que tuvo la música pop.