El 15 de febrero de 1999 a las cuatro de la mañana, una falla masiva en una línea de alta tensión de la Subestación San Telmo de Edesur desató un apagón total en una docena de barrios porteños: más de 600 mil usuarios debieron acostumbrarse a vivir sin energía por 11 días, en medio del agobiante verano.

Más de veinte años después, los cortes de luz persisten y las empresas distribuidoras de la energía eléctrica están en la mira. Este martes, un incendio afectó a una línea de alta tensión de Edenor y más de 700 mil usuarios se quedaron sin servicio por largas horas, en un día con temperaturas que rozaron los 40 grados.

La oscura historia de Edesur y Edenor, los eternos reclamos por fallas y un interrogante clave: ¿por qué no estatizar el servicio energético?

La historia comienza hace treinta años, en pleno gobierno de Carlos Menem, con el show de privatizaciones de empresas estatales. Un fallido del entonces ministro de Obras y Servicios Públicos, Roberto Dromi, lo grafica a la perfección: “Nada de lo que deba ser estatal, permanecerá en manos del Estado”. Edesur y Edenor, por supuesto, no fueron la excepción.

De Segba a Edesur y Edenor

Un año antes de que se concrete la privatización de la estatal Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires (Segba), el Congreso aprobó la ley 24.065, que estableció el Marco Regulatorio Eléctrico: el sistema energético se desintegraría en tres segmentos, uno de generación, uno de transmisión y otro de distribución.

De este modo, las privatizaciones –que se concretaron en julio de 1992– crearon siete unidades de negocio. Cuatro empresas encargadas de la generación eléctrica y tres distribuidoras (Edesur, Edenor y Edelap). “La idea original era que las empresas no estuvieran enlazadas, pero a través de los años los tres grupos tuvieron vínculos, tienen injerencia en la distribución y el transporte, y también con la generación eléctrica en distintos puntos del país”, advierte Osvaldo Bassano, director de Defensa de los Derechos de Usuarios y Consumidores (Adduc), en diálogo con la AM 750 y Página/12.

Los problemas que desataron las privatizaciones comenzaron al poco tiempo. Las empresas debían realizar obras fundamentales para prestar un servicio decente, aunque lejos estuvieron de hacerlo. El área que pertenecía a Edenor tenía conexiones más modernas, mientras que en el caso de Edesur, ya contaba con más parches y problemas.

“Hay conexiones de 1940, 1950. Con Edesur y Edenor un poco se modernizaron, pero con parches”, agrega Bassano, partidario de avanzar en una rápida estatización de Edesur, que al igual que Edenor tiene la concesión del servicio hasta 2087.

El corte de once días de 1999 es sólo uno de los tantos que se produjeron a lo largo de los años. Por ese masivo apagón, sin embargo, tanto Edesur como el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) debieron responder ante la Justicia. En el 2000 hubo un primer fallo de la Cámara Federal en lo Civil y Comercial que ordenó resarcir a los usuarios. En 2006, siete años más tarde, hubo otro fallo: Edesur debía pagarle siete mil pesos a una familia por dejarla sin servicio por más de 204 horas.

El apagón de 2019

Durante años los cortes se repitieron insistentemente cada verano y en cada ocasión en que el termómetro subía de temperatura. En los últimos años, la oposición repitió el cuento de que por los subsidios a la electricidad era imposible prestar un servicio digno; mientras que las empresas reclamaban de forma insistente fuertes subas. En el gobierno de Mauricio Macri eso sucedió: los tarifazos fueron del 4000 por ciento y el servicio estuvo lejos de mejorar.

Sin ir más lejos, el 16 de junio de 2019 a las 7.07 un apagón dejó sin luz a todo el país – con excepción de Tierra del Fuego– y afectó a Paraguay, Uruguay, Chile y Brasil, a raíz de una falla de Transener, que dejó fuera de servicio una línea de alta tensión, Colonia Elía-Campana.

Este martes, cuando Macri se burló de los cortes de luz en las redes, desde el Gobierno no tardaron en recordarle aquel dramático episodio que aún es investigado por la Justicia. Se estima que ese corte afectó a 50 millones de usuarios.

El apagón se extendió por 13 horas y según la pesquisa preliminar, hubo al menos cuatro fallas en el funcionamiento del sistema eléctrico: dos que condujeron al apagón y otras dos que complicaron el regreso a la normalidad.

A pesar de los aumentos, los cortes de luz continuaron durante el gobierno de Macri. El periodista especializado en energía Santiago Spaltro describe que los fuertes aumentos durante la gestión de Cambiemos no se vieron reflejados en mejoras en el suministro.

En el caso de Edesur, que pertenece a la empresa estatal italiana Enel, en 2021 hubo rumores de una posible venta, aunque la propia firma lo desmintió. Enel, además, interviene en el mercado de la generación energética. “El servicio está totalmente abandonado, no solucionan los problemas: desenchufan un cable para enchufar otro. La red está dañada y no la arreglan”, se queja Bassano.

¿Estatización?

En el ENRE advierten que en el caso de Edesur existe una “gestión ineficiente de la contigencia”, que responde a la falta de inversión en infraestructura. “Juan José Aranguren reconoció que la infraestructura en transporte y distribución es deficiente, es bueno que ahora lo reconozcan quienes decidieron tarifazos del 3.200 por ciento sin exigir inversiones, permitir el recorte de personal y dejar el ENRE a cargo de personas que no controlaron”, recuerdan.

Además, en el organismo controlador hablan de la necesidad de un plan de inversión a largo plazo, que incluya una gestión eficiente de las contingencias. “Eso permitiría que por una mala decisión de la empresa haya usuarios con tantas horas sin servicio”, razona un importante funcionario, que explica que los indicadores de calidad se revisan cada seis meses y que habitualmente se aplican sanciones.

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- “Las multas con destino al usuario no son de carácter recurribles sin la previa acreditación del pago de la misma en el expediente, mientras que las que tienen como destino el tesoro, sí son recurribles. Muchas de ella efectivamente son recurridas”, respondieron.

Por eso, Bassano insiste en la necesidad de estatizar el servicio. “Es mentira que hay pérdida de dinero en las empresas y que para mejorar el servicio hay que aumentar tarifas constantemente”, afirma el abogado, que plantea que “un sistema más dominado por el Estado va a ser más limpio”. 

Para graficar, recuerda que en 2001 las empresas quisieron mantener la dolarización de las tarifas. “La empresa manifestaba que no alcanzaba para prestar el servicio y era mentira. Cuando Macri llegó al gobierno, con los fastuosos incrementos, seguimos con problemas, y las subas no representaron ni el uno por ciento de mejora”.