La sextorsión o extorsión sexual es una forma de explotación sexual, en la cual una persona es inducida o chantajeada -generalmente por aplicaciones de mensajería por Internet- con una imagen o video de sí misma desnuda o realizando actos sexuales. A diferencia del groomming la sextorsión no está tipificada en el Código Penal, por eso la condena es por coacción. 

En Catamarca, según los datos que maneja la División de Ciberdelitos de la Policía, estos casos y también otros delitos virtuales como estafas o gromming aumentaron con la pandemia.

Según  explicó el comisario a cargo de la Unidad Especializada en Ciberdelitos. Víctor Mena, los extorsionadores que pueden ser hombres o muejeres se comunican con las víctimas por medio de perfiles falsos en redes sociales bajo engaños de buenas intenciones. La víctima es coaccionada para tener relaciones sexuales con alguien, entregar más imágenes eróticas o pornográficas. 

"En Catamarca, lo que hemos visto es que la mayoría son hombres, quienes se comunican con perfiles de mujeres, se mandan imágenes y luego aparece una supuesta madre o padre y le dice que es delito, que su hija es menor de edad y que a cambio de no denunciarlo le dé dinero”, contó.

En tanto agregó que de los casos que fueron denunciados, algunos perdieron más de 150 mil pesos.

La pandemia tiene que ver en el aumento de este tipo de delitos. De repente todos pasamos a hacer la mayoría de trámites desde lo virtual y a comunicarnos de esta forma”, agregó el comisario.

Estafas virtuales

En cuanto a las estafas virtuales, Mena advirtió que la característica principal es que “cambia el modus operandi muy rápidamente. Por ejemplo, comenzamos el 2021 con hackeo de redes sociales o suplantación de identidades en donde ponían que tenían un familiar con una enfermedad terminal y pedían dinero, y terminamos con el tema de las estafas vía whatsapp”, explicó.

Dentro de las formas más comunes de estafas por esta vía contó que lo que hacen es enviar un código a alguien que rastrearon con anterioridad como para conocer sus movimientos. Con este código o link le piden que se los reenvíen o que generen otro y de esta manera suplantan y tienen acceso al whatsapp de esa persona. “Después de contactan con conocidos y le piden dinero para que les deposite en su cuenta, o les dicen que tienen dólares para vender o hablan de familiares y urgencias y de esta manera estafan”, dijo.

Empezamos el 2020 con 15 denuncias mensuales por este tipo de estafa y en 2021 hubo entre 45 y 50 mensuales, es decir que casi se triplicaron”, resaltó.

Por otra parte, contó que existen otro tipo de estafas, por ejemplo la que sucedió en marzo del año pasado, en donde los turistas que concurrían a un hotel céntrico les copiaban los números de tarjeta y después veían en sus resúmenes compras que no hicieron. “Detuvimos al mozo del hotel y otros dos que trabajaban con él haciendo las compras”, dijo.

En tanto, las estafas telefónicas siguen sucediendo. Lo común en este momento, es que se hagan pasar por empleados de la Anses o de algún banco o como comprador y les piden alas vícitimas que generen una clave token. “Con esto les vacían las cuenta o hacían préstamos preacordados y se los llevaban. Por suerte los bancos prohibieron esa modalidad”, aclaró.

“Es importantísimo que la gente, que es el eslabón más débil, esté informada sobre las diferentes formas en que los demás pueden aprovecharse de ellos. Los estafadores son muy hábiles”, refirió.

Groomming

En cuanto al grooming, Mena señaló: “Tenemos entre 3 a 4 denuncias mensuales. Las principales víctimas son niñas y niños de entre 8 y 13 años quienes son contactados por sus redes sociales. En este contexto, debo decir que los padres deben estar atentos, ya que una niña de 8 años, como sucedió recientemente, no puede tener una cuenta de tik tok”, resaltó.

“El grommer busca el perfil de su víctima y empieza a trabajar en una construcción de confianza. Busca vínculo emocional y después la inserta en un diálogo sexual. Busca tomar imágenes de desnudos para poder extorsionarla y también buscan contacto físico”, explicó.

“En estos casos hemos tenidos grommers que son de otras provincias e incluso de países como Bolivia, en donde esta modalidad no es delito o de Perú. Se trata de un delito complejo. No obstante tenemos personal altamente capacitado en donde el trabajo de las mujeres se destaca, técnicos y gente que acompaña a las víctimas y a sus progenitores. En muchos casos hemos trabajado con Interpol, para pedir a multinacionales que nos permitan trabajar con cuentas de Facebook o Instagram”, concluyó.