El jueves de la semana pasada la abuela de una niña de 13 años la llevó al Hospital Joaquín Castellanos de la ciudad de General Güemes, casi 60 kilómetros al sur de la capital provincial, temerosa de que hubiera contraído covid-19, porque le dolía el estómago y tenía vómitos y fiebre. La pediatra que la atendió se dio con un cuadro peor: la pequeña era víctima de abuso sexual desde los 8 años y estaba embarazada. 

A diferencia de lo sucedido con la niña de 10 años obligada a parir en Tucumán, en este caso el personal médico hospitalario actuó "muy bien", según la calificación de la querella que presentó la abuela materna: la médica hizo la denuncia penal y, mientras la Policía detenía al padre la misma noche del jueves, en el Hospital se puso en práctica el protocolo de aborto legal, al que la niña accedió. 

El Ministerio Público Fiscal de Salta informó que la niña cursaba un embarazo de 18 semanas. Al ser informada de la situación, la abuela materna también hizo una denuncia penal y pidió la guarda de esta niña y de sus hermanos, de 12 y 17 años. En la causa judicial interviene el fiscal penal Rodrigo González Miralpeix, que el viernes último "imputó provisionalmente a un hombre de 39 años por la posible comisión del delito de abuso sexual con acceso carnal continuado agravado por el vínculo, guarda y convivencia, en perjuicio de su hija", de 13 años. El fiscal pidió que el hombre siga en prisión preventiva. 

El MPF subrayó que el padre de la nina se negaba a que la llevaran al Hospital, y aseguraba que solo tenía un malestar por haber comido mucho. 

La abuela materna se constituyó en querellante en la causa y ayer su abogado, Santiago Pedroza, anunció que buscarán agravar la acusación contra el progenitor. “Hay una situación muy grave, lo que describe la menor al personal médico que la atiende", afirmó el letrado. 

Pedroza detalló que al realizar el aborto se tomaron muestras del ADN para comparar con el del detenido. Y consideró que hay pruebas contundentes contra el acusado para llegar a una sentencia en tiempo breve. Enumeró el relato de la niña, los estudios médicos, los exámenes psicológicos y psiquiátricos que se le harán, más la prueba de ADN, “ya con todo eso va a quedar claramente demostrado que la menor viene siendo abusada desde los ocho años e iremos creo que rápidamente a un juicio y vamos a pedir una pena muy grave”, adelantó. 

Pedido de justicia 

El abuso en perjuicio de la niña fue ampliamento difundido en estos días en su localidad, donde su familia fue identificada, sobre todo porque Güemes es todavía una ciudad chica, donde los vecinos se conocen. 

“La familia está indignada. Nunca sospechó esto”, aseguró ayer el abogado de la querella. Y destacó en este sentido que anoche se hizo una concurrida marcha en General Güemes, para reclamar justicia. 

El abogado adelantó asimismo que es de suponer que los hermanos de la niña prestarán declaración testimonial, "sobre todo descartar que no haya sido víctima de algo también”.