Estados Unidos acusó a Rusia de enviar infiltrados a Ucrania para armar un incidente que sería utilizado como “pretexto para una invasión”, un señalamiento que Moscú rechazó de forma rotunda. El Kremlin además advirtió que no esperará indefinidamente una respuesta de Washington a la demanda de que la OTAN no se expanda hacia el este.
La Casa Blanca elevó el tono de su diálogo con Moscú, la portavoz Jen Psaki, aseguró que el Kremlin busca “fabricar un pretexto” para invadir Ucrania. “Incluso a través de actos de sabotaje y operaciones de información, acusando a Ucrania de planear un ataque inminente contra las fuerzas rusas en el este de Ucrania”, afirmó. La vocera estadounidense además precisó que “el ejército ruso prevé iniciar estas actividades varias semanas antes de una invasión militar, que podría comenzar entre mediados de enero y mediados de febrero".
El vocero del Pentágono, John Kirby, dijo en una rueda de prensa que tienen información de que Moscú posicionó a tropas para orquestar una operación con vistas a crear un pretexto para entrar en suelo ucraniano. Kirby indicó que esa supuesta operación rusa sería lo que se denomina en el argot militar estadounidense de "bandera falsa". Una operación "diseñada para que parezca un ataque contra ellos (los rusos) o su gente, o gente que habla ruso en Ucrania, como una excusa para entrar" en Ucrania, aseguró.
Desde el Kremlin rechazaron categóricamente estas nuevas acusaciones de Washington. “Hasta ahora, todas esas declaraciones han sido infundadas y no hay nada que las confirme", declaró el portavoz del gobierno ruso, Dmitry Peskov, citado por la agencia de noticias de Rusia TASS.
Un poco antes de las acusaciones de la Casa Blanca, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov había expresado su esperanza en la reanudación de las negociaciones con Washington, y a su vez advirtió que esto dependerá de la reacción de Washington a las propuestas de Moscú.
"Rechazamos categóricamente la presencia de la Alianza Atlántica justo en nuestras fronteras", reafirmó el canciller, que además aseguró que para Moscú el ingreso de Ucrania a la OTAN marca "una verdadera línea roja" para Rusia. Lavrov además precisó que si Ucrania permite que el bloque despliegue sus bases en su territorio sin ingresar a la OTAN, para Rusia también será una línea roja. El canciller ruso destacó que la militarización de Ucrania por parte de Occidente continúa y que de momento allí están desplegados cientos de efectivos militares de la OTAN.
El viernes por la mañana la Unión Europea se metió de lleno en la disputa sobre las garantías de seguridad a pesar de que el bloque le estaba esquivando el tema. Los países de la UE estaban renuentes a seguir ciegamente a Washington en la confrontación con Moscú porque mantienen relaciones económicas con Rusia y además dependen del gas ruso.
"La participación de la UE en las negociaciones entre Estados Unidos y Rusia, así como en la reunión del Consejo Rusia-OTAN, no estaba prevista, pero estamos en una plena coordinación con Estados Unidos sobre el tema", dijo el alto representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, previo a la reunión informal de ministros de relaciones Exteriores de la UE en la ciudad francesa de Brest. En su opinión, "los rusos tienen pocas ganas de continuar" las negociaciones, pero Europa sí participará activamente en las futuras consultas.
El escenario es "más grave que cualquier cosa que hayamos visto en los últimos años", expresó, por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Austria y exjefe de gobierno entre octubre y diciembre de 2021, Alexander Schallenberg.
Por su parte, el canciller de Francia Jean-Yves Le Drian, aseguró que tienen la “voluntad de disuadir a Rusia”. “Una convergencia de análisis, una determinación colectiva de actuar, y el deseo de hacer oír a la Unión Europea", afirmó. Sin embargo, apenas un día antes la UE renovó por seis meses las sanciones contra empresas e instituciones rusias, impuestas en 2014 tras la anexión de Crimea. Un ministro europeo que habló bajo condición de anonimato con la AFP dejó entrever que podrían estar discutiendo imponer nuevas sanciones. "Las sanciones están sobre la mesa. La convicción es que el riesgo de una intervención rusa en Ucrania es real y debemos estar preparados para reaccionar", dijo el ministro europeo a la agencia de noticias AFP.
Lavrov lamentó que se hayan desechado todos los mecanismos de cooperación que existían con Europa. El canciller remarcó que la decisión de romper las relaciones bilaterales no fue de Moscú sino de Bruselas al imponer sanciones económicas en 2014 y a su vez renovarlas por medio año más. "Lamentamos que la propia Unión Europea haya destruido hace siete años y medio todos los mecanismos, incluidos los mecanismos en el marco de los cuales se discutían aspectos prácticos para garantizar la seguridad", expresó el ministro ruso.
Sobre el ataque cibernético a numerosos sitios de Internet del gobierno de Ucrania, Borrell consideró que era prematuro "señalar con el dedo a alguien, porque no hay pruebas", aunque apuntó indirectamente hacia Rusia. "Podemos imaginarnos" quien estuvo detrás del ataque, expresó Borrell que a su vez prometió movilizar todos los recursos de la UE para ayudar a superar el sabotaje. En tanto, la OTAN dijo que firmará un acuerdo de cooperación cibernética con Ucrania.
"En los próximos días, la OTAN y Ucrania firmarán un acuerdo sobre cooperación cibernética, incluido el acceso de Ucrania a la plataforma de intercambio de información sobre malware de la OTAN", expresó el secretario general de la alianza militar, Jens Stoltenberg, en un breve comunicado.
Esta semana en Bruselas Estados Unidos y la OTAN comenzaron una nueva ronda de conversaciones con Rusia con el fin de buscarle una solución a la crisis entre Moscú y Ucrania ante las intenciones de Kiev de ingresar a la alianza del atlántico norte. Para el Kremlin se trata de una amenaza de expansión de la OTAN y movilizó tropas a la frontera con Ucrania, además le pidió a la Casa Blanca garantías escritas de que Kiev no se adherirá a la alianza.
El mes pasado el gobierno del presidente Vladimir Putin le propuso un tratado y un acuerdo de seguridad en el que prevé que la alianza retire sus tropas y armamento desplegado en países que se unieron después de 1997: Polonia, Hungría, Estonia, Lituania, Croacia, junto a otros países de los Balcanes.