Una coalición heterogénea sin precedentes de más de 300 científicos, artistas, escritores, periodistas, directores de cine, músicos y 70 asambleas de base en los territorios y pueblos indígenas, se unieron a la campaña #Mirá para rechazar la actividad petrolera offshore en el mar argentino. León Gieco, Ricardo Darín, Verónica Llinás, Natalia Oreiro, Dolores Fonzi, Inés Estévez, Daniel Grinbank, Juana Molina, Celeste Cid, Lucrecia Martel, Albertina Carri, Erica Rivas, Mempo Giardinelli, Darío Sztajnszrajber, Guillermo Saccomanno, Rep, Tute, Nora Cortiñas, Adolfo Pérez Esquivel, Elena Liberatori, Carlos Gamerro, Samanta Schweblin, Rita Segato, Gabriela Cabezón Cámara, Selva Almada, Guillermo Martínez y Alan Pauls, entre otros, firmaron un petitorio en contra de la habilitación por decreto de los estudios de exploración sísmica que pretende llevar adelante la petrolera noruega Equinor, junto a Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y Shell.
El petitorio cuestiona “la narrativa oficial de que la explotación hidrocarburífera es la única opción que salvará a la Argentina de la pobreza y de sus compromisos externos”. En el texto de la carta, firmada también por Maristella Svampa, Soledad Barruti, Claudia Aboaf, Marta Dillon, Maitena y Gabriela Massuh, aclaran: “Soberanía es cuidar nuestro mar, nuestras poblaciones y nuestros territorios”. El descontento social se volcó a las calles de Mar del Plata el martes 4 de enero en lo que se denominó “Atlanticazo”, que tuvo también convocatorias simultáneas en Rosario, Córdoba, Viedma, Rawson, Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia. “Vos no cierres los ojos, mirá”, plantean en un guiño explícito a la película No mires arriba.
“Nunca antes en nuestro país se perforaron las capas profundas del mar", argumentan en la carta los científicos, artistas, escritores, directores de cine y músicos. "Equinor tiene más de un accidente en su haber; en la audiencia pública de julio pasado más de 400 personas, entre ellxs lxs científicos marinos y organizaciones ecologistas, advirtieron que la intensidad del sonido de los bombardeos acústicos para las exploraciones sísmicas es suficiente para destruir los tímpanos, y que ahí donde las quieren estallar, existe un corredor biológico en el cual se alimentan ballenas, nadan delfines, migran pingüinos”.
En el texto del petitorio informan que en los países que se ponen como ejemplo de lo que se busca hacer acá hay derrames, explosiones y catástrofes. “En Estados Unidos se calcula que por año 3.361.445 litros de petróleo terminan ‘accidentalmente’ en sus aguas” y recuerdan que “Deepwater Horizon –en el Golfo de México en 2010- voló por los aires, dejó once muertos y 795 millones de litros de petróleo que aniquilaron ecosistemas enteros y economías locales desde Louisiana y Florida hasta Tamaulipas, Veracruz y Tabasco”.
También se cuestiona que el Estado no subsidie energías renovables para avanzar en una “transición energética” y precisan que desde que se sancionó la Ley de Bosques en 2009 se desmontaron 3.500.000 hectáreas. “Mirá cómo obturan la aprobación de la Ley de Humedales, no financian la Ley de Bosques y bajan las retenciones a mineras y petroleras, subsidiando así el ecocidio”, critican los firmantes. “Atrapados en la ‘deuda’, dicen que hay que sacarle un dólar más a la tierra, que no queda otra. Sin embargo, cuando un país empobrecido como el nuestro vende lo más rico, se vuelve más pobre y vencido, como nos consta dolorosamente”.
En cuanto al argumento de que la extracción petrolera offshore va a acabar con la pobreza, la heterogénea coalición propone un ejercicio práctico de memoria. “Lo mismo se dijo cuando se introdujo la soja transgénica en 1996 y hoy tenemos más de la mitad de la tierra cultivable ocupada por soja, exportaciones récord, y al 60% de lxs niñxs en situación de pobreza, mucho de ellxs, además, fumigadxos con glifosato”. Los ejemplos mencionados son la megaminería en Catamarca, “una de las provincias más pobres y asistidas del país”; el fracking de Vaca Muerta, los basureros petroleros y los sismos. “Mirá lo que se llevarán las petroleras por la explotación offshore, y lo poco que dejan en el país: apenas el 6%”, se detalla en el texto.
La escritora Gabriela Cabezón Cámara objeta que la máquina del capitalismo no se pueda detener ante la catástrofe ambiental. “La clase dirigente no imagina otra salida que reventar todo en el corto plazo y después Dios dirá. Destrozamos la vida del mar, que es un recurso de riqueza para siempre. Lo mismo los ríos, la montaña, la tierra. El cortoplacismo es feroz”, subraya la autora de Las aventuras de la China Iron a Página/12. Hacia el final del documento se refieren a la debilidad del desarrollo “que inventa una grieta y propone identificar en el ‘ambientalismo’ al enemigo mientras nos conduce cada vez más rápido hacia un único destino: el de un territorio muerto”. Músicos, artistas, científicos, escritores y ambientalistas invitan a reflexionar: “Mirá la imagen completa. Mirá: es un acto de resistencia”.