La ex jueza Raquel Cosgaya, designada hace un mes al frente de la Subsecretaría de Control Policial, dentro del Ministerio de Seguridad, definió como priotirario trabajar sobre "la ética policial". Y marco que las falencias en la capacitación desde el incio de la carrera policial. "Muchas veces se hace uso de la violencia extrema, por no tener otras herramientas en su formación" aseguró la funcionaria. También se refirió a policías que fueron detectados actuando bajo efecto de narcóticos: "Obviamente si una persona está en funciones y se encuentra en esa situación, me parece que la sanción que corresponde es la más severa. Ahora, si esa situación se da en su ámbito personal, no se va a poder controlar la vida ni del policía ni de ningún ciudadano", observó
-Ya ha cumplido un mes en la Agencia de Control Policial. ¿Cómo ha encarado esa tarea que es la de controlar a la fuerza policial? .
-Fundamentalmente con responsabilidad, con muchas ganas de mejorar la situación en que se encuentra la fuerza policial y recuperar el concepto de la fuerza policial para con la sociedad, que creo que es fundamental . Por lo demás cumpliendo las funciones investigativas que nos competen, organizándome para poder hacer inspecciones ya que la provincia de por sí es bastante extensa territorialmente y al mismo tiempo presenta distintas cuestiones según las regiones. Son muchas las cosas que hay para controlar y espero junto a mi equipo, no digo ir solucionando todos los problemas, pero sí mejorando la cuestiones que ameritan ser revistas.
-Por su experiencia como jueza ¿cómo analiza la fuerza policial que le toca controlar?
-Son dos miradas diferentes siempre como jueza trabajé con la policía como auxiliar y en ese sentido mi experiencia no ha sido mala. La mirada que hoy me toca es otra. Es decir ver cómo funciona la policía y corregir aquellas cuestiones que no deben ser o qué son prácticas que no son aceptables. Y digo corregir porque no siempre apelando a la mayor de las sanciones es cómo se logran los mejores resultados. Probablemente haya que ir corrigiendo conductas de las mismas jefaturas como para que luego puedan ser miradas y lo que están debajo de esa jefatura puedan ir corrigiendo conductas que no son deseables. Digamos no estoy hablando delitos, sino que estoy hablando de conductas que no son las correctas.
-¿Podría ejemplificar alguna?
-A veces la falta de capacidad para afrontar un conflicto en lugar de atemperarlo a lo mejor termina elevando la conflictividad, no por mala voluntad sino por una falta de capacitación o preparación. Se debe entender que la policía está al servicio de la sociedad y que teniendo una mejor respuesta y una mejor presencia, también va tener por parte de la sociedad un mejor concepto. Eso se logra también no tomando sanciones duras en temas cuando hay posibilidades de aplicar una sanción que también sea ejemplificadora y que al mismo tiempo sirva para corregir una determinada conducta. El policía es un ser humano dedicado a una función muy específica y muy crítica en cuanto a todo lo que tiene que desarrollar en la multiplicidad de conflictos a afrontar en una sociedad que también es conflictiva.
-El primero de los problemas que le preocupa, por su relato, puede ser el ejercicio de la violencia innecesaria ¿en dónde habría otras herramientas?
-Claro, exacto y a veces se da esto, no por querer directamente actuar de esa manera sino por no tener la capacitación necesaria para acudir a otros medios y como última ratio el ejercicio de la violencia.
-Hubo un caso muy paradigmático en Rosario en donde el ejercicio de esa violencia pareció haber sido impulsado por el consumo de una sustancia , ya que un efectivo de la policía motorizada golpeó brutalmente a un infractor de tránsito. Luego la narcolemia le dio positivo al policía. Días después el ministro de Seguridad Jorge Lagna había prometido tests de narcolemia sorpresivos en los agentes de la fuerza. ¿Usted cree que es un problema del consumo de sustancias en la policía?.
-El problema es en la fuerza y en la sociedad, y la fuerza no está ajena a lo que es la sociedad. O sea se puede tener este tipo de problemas dentro de la fuerza y habrá que buscar los medios adecuados como para ir detectándolos y ver qué solución se toma. Obviamente si una persona está en funciones y se encuentra en esa situación, me parece que la sanción que corresponde es la más severa. Ahora, si esa situación se da en su ámbito personal, no se va a poder controlar la vida ni del policía ni de ningún ciudadano.
- Hay otro punto que ha sido considerado en los últimos tiempos porque la justicia provincial y la federal han sentenciado a uniformados que terminaban siendo cómplices de organizaciones narcocriminales. ¿Cuál es su análisis sobre este fenómeno, lo tiene analizado, le preocupa?
- Me preocupa desde todo punto de vista . Me ha preocupado desde el punto de vista judicial y como cualquier ciudadano también cuando ya estaba afuera de la función de la judicatura. Lo vengo siguiendo obviamente a este fenómeno que se da y bueno , la corrupción dentro de la policía en cualquiera de sus facetas obviamente debe ser sancionada internamente y lo que corresponde al ámbito de la justicia también .
- ¿Porqué aceptó el desafío de controlar a la policía, y cuál cree que es la tarea más importante que le toca?
-Yo quiero devolverle al Estado haberme dado las posibilidades de formarme, como persona quiero llevar adelante la vocación que siempre tuve. Tal vez algunos piensen que soy demasiado idealista y un poco de eso puede haber , pero yo de los pocos conocimientos que puedo llegar a tener si puedo aportar algo positivo esa es mi meta: servir a la sociedad. Quiero tratar de mejorar una institución porque hay hombres y mujeres que así lo merecen y merecen ser reconocidos como buenos policías. Siempre hay que tener ese concepto. Porque el policía que delinque, es un delincuente y no un policía, porque no merece ser respetado como tal.
- ¿Hubo algún pedido especial de parte del Ministro o del gobernador al hacerse cago de su rol?
-No, no , realmente trabajo en un ámbito de mucha libertad. Realmente no he recibido una directiva particular. Sí hemos charlado cuáles son los temas prioritarios y preocupantes y bueno eso queda en la intimidad de nuestro diálogo, pero no indicaciones de ta o cual cosa . Obviamente coincidimos en muchos puntos de vista y en que es lo que hay que emprolijar, pero me manejo dentro de un ámbito de total libertad.
-¿Cuál sería el tema más importante, el tema a priorizar en el control de la policía por usted ?
- Mire yo creo que uno de los temas importantes es el de la formación, que se da al inicio de la carrera policial, para que después en el transcurso de la vida institucional ese policía se desarrolle de una manera correcta. Tal vez no sea la vocación de todos el ser policía, pero tenemos que concientizar que el que asume ese rol social es muy importante que cumpla con los parámetros con los que debe manejarse: el policía de ejercer ese rol con ética. No hablo de cuestiones morales, sino de cuestiones éticas sobre las cuales creo que hay que trabajar mucho. Esa es una cuestión primordial, más allá obviamente que es importante el profesionalismo y la capacitación que pueda tener el policía en el orden de las investigaciones y a la táctica, etcétera. Pero también hay que trabajar sobre la cuestión ética porque es una función muy importante la de ser policía.
Cosgaya ejerció como jueza de primera instancia hasta hace un año y medio cuando se jubiló. Entonces también dejó su rol como docente de Derecho Penal II en la Facultad de Derecho de la UNR, cátedra que compartía con Daniel Cuenca, que fue ministro de Seguridad en el primer tramo de la gestión de Hermes Binner. Desde su retiro siguió vinculada a la abogacía como defensora particular.
“Sinceramente no esperaba que me contactaran para esta función. Pero se comunicaron de parte del ministro Lagna y mantuvimos conversaciones. Conocí el equipo de trabajo y me llevé una muy buena impresión. Decidí sumarme por dos razones: no me gusta estar quieta y creo poder devolver desde esta posición algunas de las cosas que recibí por mi función estatal y que creo haber aprendido”, le dijo en su momento al diario La Capital.
Durante sus años como jueza de instrucción Cosgaya participó de algunas causas con impacto público como la mencionada investigación que en 2011 llevó a juicio a cuatro miembros de Los Monos acusados de haber baleado, el 4 de febrero de 2010 a la altura del barrio Las Flores, dos colectivos con hinchas de Newell’s que volvían de un partido en Buenos Aires. En uno de ellos viajaba Walter Cáceres, de 14 años, que murió a raíz del atentado.