Compromiso Vial por la igualdad de género. Ideas y aproximaciones desde una mirada feminista. Ese es el título con el que la Asociación Civil Compromiso Vial presentó a fines del año pasado un documento que relaciona la movilidad con el género, para dar cuenta de las inequidades, desigualdades y desafíos en el espacio vial. Desde la organización entienden que "las violencias viales son violencias machistas", enmarcadas en "un sistema patriarcal que otorga un rol subsidiario a mujeres e identidades feminizadas". En ese sentido, la publicación apunta a "transformar la realidad" y "avanzar hacia una movilidad segura, inclusiva y en condiciones de igualdad para la ciudadanía".
Declarado de Interés Municipal por el Concejo de Rosario, el trabajo fue presentado a fines de noviembre por parte de una de las organizaciones más activas de la ciudad en la materia. En Compromiso Vial, sus integrantes son mujeres. "No fue decidido así, no responde a un postulado previo: simplemente somos madres, tías, amigas, hermanas y abuelas que decidimos transformar el dolor en movimiento colectivo. Nos definimos como una organización activista feminista, inclusiva y colectiva", asegura el documento.
En ese sentido, manifiestan que desde los inicios estuvieron "atentas a modelos que excluyen, diferencian y manipulan la presencia de las mujeres en temas relacionados con la seguridad vial".
"Estamos convencidas de que la violencia vial es una de las expresiones de la violencia machista. La persona que es violenta en tránsito es violenta en su vida", reflexionó en este diario Verónica Palacios, vicepresidenta de la ONG, cuando en los primeros días del año se conoció el caso de Ana María Altamirano, la joven motociclista que fue atropellada por un conductor que huyó. Pero no fue el único caso que generó malestar en los últimos días: la semana pasada también se conoció el de Emilio Rosatti, funcionario de la justicia federal en Santa Fe e hijo del presidente de la Corte nacional, que aspira ser juez federal, y por segunda vez dio positivo en un control de alcoholemia en la ruta provincial N° 1. Esta vez con 2,24 g/l de alcohol en sangre. Además, fue "escoltado" a su casa, con su auto que no fue remitido al corralón, lo que para la organización significó "un privilegio". Para la ONG, "todo ese cuadro agrava la situación en materia vial en la provincia", ante los datos preliminares de la Agencia Provincial de Seguridad Vial que registró 416 personas fallecidas en 2021 en siniestros viales.
La publicación de Compromiso Vial expresa que la asignación de estereotipos de género "es una expresión más de las violencias que se producen a partir de esta 'lógica de poder asimétrica', organizada sobre la base del patriarcado y del rol subsidiario otorgado históricamente a las mujeres y a las identidades feminizadas".
Entre los datos, el trabajo indica que la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) señaló que el 60% de las mujeres utiliza el cinturón de seguridad, mientras que los varones (lo hacen) sólo el 50%. Además, indica que cuando la conductora es mujer, el uso del cinturón es mayor en todas las posiciones. El respeto por el semáforo crece entre las conductoras mujeres. "Podemos señalar entonces que, los varones son más propensos a violar las normas, mientras que las mujeres tienden a respetarlas más. Los varones son más infractores que las mujeres, están más habituados al riesgo. No solo resultan más transgresores, sino que además tienen una distinta percepción del riesgo", expresa la publicación.
En este sentido, plantean que "los varones -jóvenes y adultos- representan el grupo de mayor riesgo frente a la problemática de la siniestralidad vial. (...) No solo asumen un riesgo de manera individual, sino que condicionan y establecen un escenario de riesgo permanente al entorno. Las identidades feminizadas están más atentas a los cuidados de las otras personas y eso también lleva a asumir menos riesgos".
Por otro lado, el informe indica que para el año 2019 solo el 28% de las licencias (de conducir) fueron otorgadas a mujeres, mientras que el 72% restante, a varones. Este dato da cuenta de que las mujeres cuentan con menos acceso a medios motorizados privados, requieren más de los servicios de transporte público".
Al mismo tiempo, la ANSV indicó que en 2019 sólo el 4% de las licencias profesionales fueron otorgadas a mujeres. "La escasa presencia de conductoras mujeres profesionales señala la persistencia de la desigualdad entre los géneros y, sobre todo, en el espacio vial. (...) Es necesario reducir las barreras de entrada al empleo para mujeres en todos los niveles y, de forma específica, reducir la brecha de género en el sector del transporte".
La publicación menciona que la problemática de la inseguridad vial también impacta en las infancias y las adolescencias. "La falta de tratamiento de la seguridad vial infantil también es un indicador de la falta de perspectiva de género en la cuestión vial. Como se sabe, las tareas de cuidado recaen casi con exclusividad en las mujeres, ya sean madres, abuelas o hermanas. Estas tareas se circunscriben históricamente al ámbito doméstico, privado y suponen un trabajo no remunerado. La cuestión socialmente problematizada que involucra el acto de cuidar como también el acto de recibir cuidados (Pautassi, 2018) no logra instalarse debidamente en las agendas políticas en tanto derecho que debe ser garantizado por los Estados y responsabilidad que debe ser asumida de forma equitativa por parte de las personas involucradas".
Por otro lado, la ONG apunta a que es necesario que las mujeres y las identidades feminizadas puedan ocupar lugares de decisión y liderazgo político. "La paridad de género representa un gran desafío para las democracias. Es central para instalar el debate acerca de la seguridad vial con perspectiva de género, ya que se trata de la ampliación de derechos".
Sobre el final, la publicación (que se puede descargar), sostiene que "desde pequeñas, las mujeres y las identidades feminizadas transitamos el espacio urbano con el mandato de que nuestra seguridad depende de nuestro comportamiento, de nuestra forma de vestirnos, de las horas y los lugares 'correctos' por los que podemos circular". Ante ello, instan a "comprender a la seguridad como un asunto colectivo. Cuando hablamos de violencia vial nos referimos a una manera muy específica de violencia urbana y de violencia de género, comprendiendo como tal que mucho de lo que nos ocurre en la calle se relaciona con nuestra condición de mujer o de identidades feminizadas. Es imposible pensar en la seguridad vial desde un enfoque de género sin pensar en formas más equitativas de habitar lo urbano, en donde los espacios comunes sean espacios de cuidado, y ya no de riesgo".
Qué es Compromiso Vial
El 22 de mayo de 2005, en Rosario, un conductor alcoholizado provocó un siniestro fatal que causó la muerte de la adolescente Úrsula Notz (16) y dejó en gravísimo e irreversible estado vigil a Carla Alfaro (16). Este suceso dio origen a la fundación y creación de la Asociación Civil Compromiso Vial, que contiene a familiares y víctimas viales, junto a personas sensibles y comprometidas en generar acciones colectivas en este sentido.