Santa Fe es la provincia más afectada por la caída de rindes de los cultivos de maíz por la sequía, según los informes publicados la semana pasada por el Bolsa de Comercio de Rosario. El panorama para la soja tampoco es alentador ya que los retrasos y la severa falta de agua que ha sufrido Santa Fe, al igual que Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos, ponen en duda si podrán sembrarse las 300 mil hectáreas que están pendientes de una siembra total de 16,2 millones de háctáreas. El informe de la Bolsa da cuenta de las enormes pérdidas que se esperan para la próxima cosecha como consecuencia de la falta de lluvias importantes y de las temperaturas extremas, por eso recortó la proyección en 8 millones de toneladas menos de maíz y 5 Mt en soja. Todo esto en un mes. Ante los daños que dejará la sequía en esta zona, el gobierno nacional puso en agenda la emergencia agrícola y anunció que se actualizará el fondo de emergencia para recuperar el capital de trabajo en las zonas afectadas. Así lo confirmaron el sábado el gobernador Omar Perotti y el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Julián Domínguez, durante una recorrida por establecimientos rurales santafesinos del centro de la provincia, una de las más afectadas, en donde pudieron ver la situación real que afrontan los productores agropecuarios.
Santa Fe es de las provincias más castigadas en el país, dentro de una sequía derivada de dos años seguidos del fenómeno la NIña que castiga a Sudamérica. Paraguay ya recortó 40% la estimación de la cosecha de soja y en Brasil hay serios problemas también. Eso repercutió en los precios empujando a la suba ante la menor oferta que habrá de granos. De hecho la misma Bolsa estimó que la pérdida de ingresos netos del sector productor ya asciende a US$ 2.930 millones, y que el Estado perderá en en la recaudación de impuestos US$ 1.440 millones.
Perotti recorrió junto con el ministro Domínguez establecimientos rurales santafesinos ubicados en las zonas más afectadas por la sequía. En esa oportunidad, remarcaron que desde el Gobierno Nacional se está trabajando junto con Santa Fe y otras jurisdicciones del país para “brindar soluciones concretas a los productores”, al tiempo que anunciaron la actualización del Fondo de Emergencia Agropecuaria, que este año se incrementará por decisión del presidente Alberto Fernández entre 10 y 12 mil millones de pesos. “Durante la semana el tema de la sequía fue tratado en reuniones con el ministro (Domínguez) en Buenos Aires y era importante hacer esta visita para ver la situación real, particularmente con el maíz de primera. Ver prácticamente un cultivo sin granos genera preocupación en la cadena productiva”, había dicho durante la recorrida el gobernador Perotti.
Justamente, Santa Fe encabeza este año los daños de rinde en el maíz, mientras que el año pasado la provincia se alzó con el mejor promedio de rindes provinciales, con 93,2 quintales por hectárea (qq/ha). De acuerdo al Informe Especial Mensual sobre Cultivos publicado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) el pasado 12 de enero, en 2022 se estima una caída de un 17% en el rinde con 79,6 qq/ha y 800.000 t menos de producción que el ciclo pasado. Le siguen en la lista la provincia de Córdoba con 81 qq/ha (rendimiento que cae sobre la marca récord del año anterior en casi 12 quintales, traduciéndose en casi 1,65 Mt menos); Buenos Aires, que con 70,5 quintales cae 8 quintales respecto del año pasado; y Entre Ríos, que vuelve a tener un pésimo año productivo: el año pasado el rinde fue de 46 qq/ha y esta vez se estiman 42 quintales según el el sistema de información agrícola de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, que no descarta nuevos descuentos.
Según se explica en el documento, a diferencia del 2021 en donde sí hubo un evento de lluvias del 8 al 12 de enero que le daba un punto de giro a la campaña y llegaba justo a tiempo para cambiar de rumbo al maíz, este 2022 sigue sin lluvias importantes. A pesar de los pronósticos de precipitaciones para los próximos días, desde la BCR alertan que ya van casi 30 días sin milímetros significativos que den auxilio y a eso se suma que el maíz sigue sufriendo dos golpes de calor que se han sucedido con apenas una semana de respiro en medio. “Temperaturas extremas, baja humedad relativa, días de vientos continuos, una humedad relativa de 10 a 15% y una radiación con valores de watts también extremos son algunas de las variables que se han alineado para poner al maíz de primera contra las cuerdas ya que han predominado en la etapa crítica del cultivo”, se detalla en el informe. El resultado de todo esto es que respecto a lo que se esperaba en diciembre, un escenario que con cierta normalidad hacía posible alcanzar una cosecha nacional de 56 MT, la primera estimación maicera obliga a reducirla a 48 MT, por lo que el ajuste mensual “ha sido muy fuerte”: un 14% en apenas un mes.
A su vez, la soja no corre mejor suerte debido a los problemas en la siembra, el crecimiento detenido, lotes regulares y un escenario de baja productividad. En ese sentido, desde la Bolsa local explican que “los retrasos y la severa falta de agua que han sufrido las provincias de Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos ponen en duda si podrán sembrarse las 300 mil ha que están pendientes de una siembra total de 16,2 M de hectáreas”. Si bien hay expectativas por los pronósticos que señalan lluvias para esta semana, aclaran que las siembras estarán sujetas a la cantidad de milímetros, ya que por el grado de desecamiento alcanzado son pocos los lotes que aún tienen posibilidades.
“La condición de la soja en nuestro país va de buena a mala, como se observa en muchas zonas del centro este de Buenos Aires, sur y centro de Santa Fe, Entre Ríos y centro y norte cordobés. El estrés hídrico de diciembre ha frenado el crecimiento, produciendo aborto de flores, quemado de hojas, muerte de plántulas en las áreas más afectadas y comienza a haber abandono de cuadros. Es alta la preocupación por lo que puede pasar en las próximas semanas”, expresa el informe.
Finalmente, el documento concluye advirtiendo que “en estas condiciones los rindes se verán resentidos, y si bien es prematuro efectuar una estimación, se descartan los escenarios de alta productividad que hasta hace poco hacían posible pensar en una campaña de 48 MT”. Al mismo tiempo, se menciona que las condiciones de desecamiento y estrés termo hídrico han sido tan graves en los últimos 30 días que se descarta también la posibilidad de un escenario de normalidad y rindes promedio. “Sea que no se concreten las siembras pendientes y/o aumente la cantidad de hectáreas que no valga la pena trillar, estaríamos ante una posible área de cosecha de 15,4 a 15,6 millones de hectáreas y un rinde nacional más cercano a los 26 qq/ha que a los casi 29 quintales de promedio de los últimos 5 años de producción de soja en Argentina”.