Aldo Pedro Poy fue jugador de otro tiempo. De un fútbol donde la radio era el principal transmisor de emociones, el viaje en tren a ver los partidos el hábito de las masas, y donde las glorias del fútbol crecían en su dimensión de ídolo por el boca a boca. En el caso de Poy, su historia de jugador pasó de una generación a otra, de padre a hijo, en un relato que no tiene el soporte de la redes sociales ni la repetición de imágenes hasta el cansancio que proponen las nuevas formas de comunicación. Pero también se puede llegar a Poy por medio del libro El Aldo, pura cepa canalla, escrito por José Luis Cantori. "Lo vi jugar a Poy, sabía el tipo de jugador que era, pero en la investigación me encontré que fue un grande del fútbol argentino", asume el autor, quien hoy estará en la ciudad para presentar un trabajo que inició en 2007.
Cantori no es hincha de Central. Pero es un amante del fútbol, apasionado de la radio y los relatos de Fioravanti. En el 2000, durante el trabajo de un libro sobre la trayectoria del relator, conoció a Roberto Fontanarrosa, autor a la postre de la contratapa de ¡Atento, Fioravanti!, de ediciones Corregidor. "Luego de presentar el libro pasó un tiempo y me reencontré con el Negro Fontanarrosa. Me preguntó qué estaba haciendo y me propuso que escriba un libro sobre un jugador de fútbol y salió el nombre de Poy. Fontanarrosa me lo presentó y ahí comenzó el trabajo", recuerda Cantori.
"Había mucho material por analizar y chequear y hubo varios encuentros con Aldo. Me puse a trabajar sin obligaciones, cuando el tiempo me lo permitía, y encontré que me estaba relacionando con un peso pesado del fútbol rosarino. En uno de los tantos encuentros con Poy nos sentamos a tomar un café en una estación de servicio. En un momento se nos acercó una chica a la mesa, le preguntó a Poy si era el jugador de Central y le pidió si se podía acercar a un cumpleaños que se festejaba en el salón de fiestas de al lado. Cuando terminamos el café fuimos y apenas se abrió la puerta se armó un alboroto gigante, la gente se subía a las mesas. Era una familia numerosa y todos de Central. Lo que generó con su presencia fue increíble", destaca el autor del libro.
"La gente lo recuerda mucho a Aldo. En una casa donde hay un padre hincha de Central le cuenta al hijo quién fue Poy. El tuvo una manera de jugar, de plantarse en la cancha, creativo, sin dejar de ser delantero. A pesar de que no hizo mucho goles, sí hizo goles definitivos como el de la palomita (ante Newell's en cancha de River en 1971). Ya van más de 40 años de ese gol y se sigue recordando", añade.
Cantori reside en Cañada de Gómez y ejerce de periodista desde 1967. Hoy a las 19 presentará El Aldo, pura cepa canaya, en el teatro La Comedia (Mitre 958) con entrada libre y gratuita y la presencia del ídolo canaya. El libro atesora recuerdos y curiosidades de la carrera de Poy y cuenta con el apoyo de una excepcional registro de fotografías, algunas de ellas aportadas por el exjugador, que trasladan al lector en el tiempo, el tiempo donde los jugadores como Poy eran ídolos de masas sin disponer de la difusión de las nuevas tecnologías. "Aldo es un ídolo de Central, sin dudas, un tipo famoso, que se sabe reconocido. Pero descubrí que ante todo es un tipo humilde, de perfil bajo, que nunca quiere transcender, es la gente la que hace trascender su figura", reflexiona el escritor con la distancia que permite no ser hincha de Central.