El 2021 fue un muy buen año para el sector agroindustrial del país, que liquidó un total de US$ 32.800 millones por sus exportaciones según los datos que publicaron la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC).
Solo en diciembre, las empresas del sector liquidaron la suma de US$ 2.678.296.709, una marca histórica en lo que va del siglo para el último mes del año, que reflejó un incremento de 31,11% con respecto a noviembre. El complejo oleaginoso, que produce harina, aceite de soja y girasol y poroto de soja, representa el 29,6% de las exportaciones, más de 10 puntos por encima de su inmediato perseguidor, el complejo de cereales (17,4%), y la harina de soja, encabeza la lista con el 14% del total exportado, seguido por el maíz y el aceite de soja.
Según datos del Banco Central, la provincia de Salta aporta el 3% de la producción nacional de maíz y el 2% de la de soja. El departamento Anta acapara el 53,42% de la producción provincial de los tres principales granos, con 1,4 millones de toneladas. Es el más productivo de la provincia en estos tres cultivos.
La suba del precio de commodities como la soja, fue la principal impulsora de ese número, consecuencia, entre otras cosas, de la demanda China y también por la gran sequía que están atravesando muchos de los países productores como la Argentina y Brasil.
La provincia no está exenta a esa situación. Consultado por Salta/12, el tesorero de Prograno, Emilio Gahan, consideró que 2021 fue para la cosecha salteña “un año del medio”. Contó que algunas especialidades como el maíz anduvieron bien, pero resaltó que en los últimos años “fue seco, de la media para abajo en cuanto a milimetraje”, lo que provocó severos daños en algunos lugares.
“El sur de Anta pegado a Metán casi no tuvo cosechas, y un poquito más allá tuvieron una muy buena, porque esto es así, te toca una lluvia y zafó”, explicó. Y añadió que solo los salvó el hecho de que los precios acompañaron, “por lo que se podría decir que fue un año relativamente bueno en cuanto a los números, pero no así en volúmenes cosechados”.
Gahan alertó sobre lo que puede suceder este año si no comienzan a aumentar las precipitaciones, “el precio ha subido (está por encima de los USD la tonelada) pero porque hay una seca terrible en todo el país, y se va a notar bien porque ya hay muchos lugares con problemas graves como en Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires”.
“En zonas como en Las Lajitas, prácticamente no ha llovido nada, no llegamos a los 35 milímetros y ya llevamos 20 días con 40 grados y con mínimas de 25, por lo que no calma”, expresó el productor, quien reza para que en los próximos días se cumplan los pronósticos y lleguen lluvias “para poder comenzar la siembra, que este año tiene un retraso que supera lo habitual, aunque si después el tiempo acompaña no quiere decir que tenga que ser malo”.
En toda la zona productora, el promedio anual de lluvias es de 600 milímetros, y en la actualidad no llegan a los 100 desde que llegó la época de precipitaciones. “Ya el año pasado estuvimos por debajo de los 500, venimos con dos años de déficit y el suelo ya no tiene reservas”, lamentó.
Pero esa demora en la siembra hizo que muchos productores, ante la posibilidad de ver como merman sus rindes, “porque no es lo mismo sembrar soja el 10 de diciembre o el 15, que el 20 de enero, baja mucho el potencial”, se trasladen a otras especialidades de cultivo, como poroto, chía, sésamo, “y ni siquiera algodón, que venía en aumento, pero llovió muy poco y se sembró menos de la mitad de lo que se pensaba”.
Gahan detalló que donde cayeron algunas precipitaciones fue sobre todo en la región ganadera, en el este de Anta, “donde llovió bastante bien en noviembre y algo en diciembre, pero después se cortó”. Y afirmó que en el sur y norte de ese departamento, como pasó en Chaguaral, “no ha llovido nada y los campos ganaderos están totalmente pelados”. Y señaló que las lluvias traerán mejoras pero no serán instantáneas, “no llueve pasto, va a llover el 20 y van a tener pasturas con suerte el 15 de febrero”, retrasando unos tres meses el aprovechamiento de pastura y generando entre otras cosas la pérdida de peso del ganado.
El representante de Prograno acotó que esa situación se agrava en el departamento Rivadavia, debido a que sus productores “tienen menos herramientas para enfrentar la falta de agua”.
El meteorólogo y ex técnico del INTA Ignacio Nieva ya había dicho a este medio que el déficit hídrico de estos últimos años “es importantísimo”, y que se agrava en algunas zonas como Rivadavia, Anta y San Martín. En ese último departamento, relevó la caída de agua al sur de Tartagal, “en unas fincas grandísimas en donde las precipitaciones no habían llegado a los 50 milímetros en lo que va de la temporada de lluvias”. Mientras que se perdieron por evapotranspiración, producto del calor, más de 170 milímetros, “están muy embromados los que producen soja, porque si alguno se animó a sembrar, las hojas comienzan a quemarse”, sentenció.
Preocupación en el gobierno
Desde el Ministerio de Producción y Desarrollo Sustentable, su titular, Martín de los Ríos, visitó a algunos productores a quienes les expresó que el gobierno sigue con preocupación “la situación por la que están atravesando”.
“La preocupación es creciente ya que también falta alimento para el ganado porque no crecen las pasturas y esto puede agravar más la crisis en el sector que ya presenta pérdidas sustanciales en kilos de carne que no se lograrán por más que llueva en estos meses”, manifestó el ministro.
Más adelante, informó que ya están trabajando junto a Nación “para conseguir financiamiento y todo tipo de herramientas que permitan cambiar las proyecciones y estimaciones ya que las pérdidas podrían rondar entre las 300 y 500 mil toneladas de cultivos”.
Desde el Ministerio detallaron que en la zona hubo una baja sustancial de hectáreas sembradas, ya que hasta el momento se pudo cubrir aproximadamente un 20 por ciento de las áreas, y existe preocupación por la pérdida de la cosecha.