Luego de la deportación de Novak Djokovic de Australia, el gobierno francés anunció que todos los deportistas internacionales deberán estar vacunados para participar de competiciones en el país. A partir de esta decisión, el tenista serbio no podrá participar del próximo Roland Garros.
La ministra de Deportes, Roxana Maracineanu, horas después de que el Parlamento francés aprobara el proyecto de ley que impondrá un certificado de vacunación que endurece las restricciones a los no inmunizados, afirmó que "será obligatorio para entrar en los espacios ya sometidos al pasaporte sanitario (estadios, teatros o salones) para el conjunto de los espectadores, de los practicantes, de los profesionales, franceses o extranjeros".
En los próximos meses, Francia recibirá a deportistas de otros países para que disputen un torneo de judo (el Grand Slam, 5 y 6 de febrero), el torneo de las Seis Naciones de rugby (5 de febrero al 19 de marzo) y Roland Garros (del 22 de mayo al 5 de junio), entre otras competiciones.
Un cambio de posición
A principios de enero, Maracineanu había dado a entender que Djokovic, así como otros deportistas no vacunados contra el coronavirus, podrían participar de torneos organizados en Francia “ya que el protocolo, la burbuja sanitaria de estos grandes eventos deportivos, lo permitirá".
A diferencia de lo que ocurre en Australia, para entrar al país galo no hay que tener la pauta completa de vacunación, sino que se puede presentar un test negativo de covid.
Sin embargo, a partir de la sanción de la nueva ley será necesario presentar el pasaporte sanitario para ingresar a cualquier establecimiento.
"Con el pasaporte de vacunas, Francia se dota de una nueva herramienta para proteger a sus ciudadanos", afirmó tras la votación el ministro de Sanidad, Olivier Véran,
Solo quienes tengan una pauta de vacunación completa con tres dosis, o dos dosis con un certificación de curación de la enfermedad en los últimos seis meses o dispongan de una exención médica de la vacuna, podrán entrar en sitios culturales como cines, teatros o museos. Lo mismo ocurrirá con la entrada en los grandes centros comerciales, igual que a cafés, bares y restaurantes, así como en el acceso a los transportes públicos de media y larga distancia.