En el lunes australiano, el español Rafael Nadal comenzó a paso firme la búsqueda de su título número 21 de torneos grandes y el serbio Miomir Kecmanovic dedicó su victoria a su compatriota Novak Dkojovic, quien debió haber sido su rival de no mediar la deportación decidida por el Gobierno del país oceánico tras una escandalosa saga que dominó la previa del torneo.
Nadal, único ganador del Abierto de Australia en competencia, mostró autoridad en el estreno y eliminó al estadounidense Marcos Giron con una victoria por 6-1, 6-4 y 6-2 en el Rod Laver Arena, la cancha central del complejo.
El exnúmero 1 del mundo, reciente campeón del ATP 250 de Melbourne, confirmó así su buen regreso al circuito este año, tras permanecer inactivo desde agosto del año pasado por lesiones y un contagio de Covid-19.
"Esoy jugando cada vez mejor", celebró el español de 35 años, actual número seis del mundo, que busca despegarse de Djokovic y el suizo Roger Federer -ausente en esta edición- en el récord que comparten con 20 títulos de Grand Slam.
Nadal, campeón del Aus Open 2009, quedó perfilado para alcanzar ese objetivo tras la deportación del serbio, un tema que buscó dar por terminado: "Hace una semana, cuando ganó en primera instancia el caso, pudo recuperar su visado. Dije que la justicia había hablado. Ayer la justicia dijo otra cosa. Nunca voy a estar en contra de lo que diga la justicia", recordó Nadal. "Creo que la situación ha sido un desastre. No es el único que probablemente hizo las cosas mal en ese caso. Por supuesto, hay más responsables en toda esta terrible situación a la que nos enfrentamos desde hace dos semanas", afirmó.
En tanto, el serbio Kecmanovic, que inicialmente había sido emparejado con el número 1 del mundo en el cuadro principal, le ofreció su victoria a "Nole" tras eliminar al "lucky loser" italiano Salvatore Caruso 6-4, 6-2, 6-1. "Tenía que ganar por él también. Sé que no se puede hacer gran cosa por él, pero damos todo para estar aquí por él y para ayudarle a atravesar este período", aseguró Kecmanovic sobre su compatriota.
"Es un inmenso campeón y no es bueno ver lo que pasó, en particular desde que yo sabía que iba a enfrentarlo en la pista Rod Laver. Me siento muy mal por él y espero que vuelva todavía más fuerte", añadió el serbio, quien además confesó que todos los jugadores de su país se propusieron "hacer todo para vengar" a Djokovic y "hacerle sentir orgulloso". "Es nuestro representante más fuerte y es una pena que no pueda participar y representar a Serbia en el Abierto de Australia, pero vamos a hacer todo lo posible, de alguna manera, para sustituirlo", concluyó.
También apoyó al número uno Dusan Lajovic, que tras ganarle en cinco sets al húngaro Marton Fucsovics mostró en su festejo una bandera con la imagen de Djokovic que decía "les guste o no, es el más grande de todos los tiempos". Fucsovics había sido uno de los tenistas más críticos con Djokovic, por lo que la victoria del serbio fue tomada como una especie de veganza hacia su compatriota.
En el último turno de la cancha central, el alemán Alexander Zverev -tercer favorito- se impuso sobre su compatriota Daniel Altmaier 7-6 (3), 6-1, 7-6 (1) y avanzó a la segunda fase.