Dos adolescentes fueron detenidos anoche en Manchester, al norte de Inglaterra, como parte de la investigación sobre la toma de rehenes en una sinagoga en Colleyville, Texas, por parte de un secuestrador británico.
Los sospechosos fueron detenidos en el sur de la ciudad y permanecen bajo custodia para ser interrogados, informó la policía de Manchester en un comunicado.
El secuestrador, identificado como Malik Faisal Akram, de 44 años, pedía la liberación de una mujer paquistaní condenada por terrorismo, y fue abatido en la noche del sábado tras la liberación de todos los rehenes sanos y salvos.
Akram, oriundo de Blackburn en Lancashire, Inglaterra, fue asesinado después de tomar como rehenes a cuatro personas en la Congregación Beth Israel en Colleyville.
El secuestrador se consideraba como "hermano" en la fe islámica de una excientífica paquistaní a la que una Corte de Nueva York condenó a 86 años de prisión por intento de asesinato de militares estadounidenses en Afganistán.
Según el FBI en Dallas, el secuestrador había volado a los EEUU, compró un arma y luego se dirigió a la sinagoga. Tras 10 horas, fue asesinado a tiros después de que el FBI irrumpiera en el edificio.
El presidente Joe Biden calificó el incidente como “un acto de terror” y la policía del Reino Unido está trabajando con las autoridades norteamericanas en la investigación.
Algunos medios informaron que Akram era hermano de la llamada Lady Qaeda, pero la propia abogada de Siddiqui, Marwa Elbially, en declaraciones a la cadena CNN, negó el parentesco y hasta condenó la toma de rehenes.
El secuestrador fue calificado de "amenaza" hace 20 años por los juzgados de su ciudad natal de Blackburn (Lancashire) después de proferir insultos relacionados con el ataque al World Trade Center el 11 de septiembre de 2001.
El incidente, según el diario, plantea dudas sobre si era conocido por los servicios de seguridad de ambos países y sobre cómo consiguió entrar en Estados Unidos hace dos semanas con un importante historial delictivo.
Desde Londres, en tanto, la ministra de Relaciones Exteriores de Reino Unido, Liz Truss, consideró el hecho "un acto de terrorismo y antisemitismo". Hoy el gobierno británico, dijo que brindará todo el apoyo a las fuerzas de seguridad estadounidenses en la investigación.
"Estamos junto a nuestros amigos estadounidenses contra aquellos que buscan difundir el odio y el miedo en todo el mundo", afirmó un portavoz del primer ministro.