“El Che es uno y mil, pero en todos encarna el impulso ancestral de la humanidad de rebelarse ante las injusticias, el impulso sobre el que cabalga la esperanza, sin la cual es imposible la vida”, escribió hace un tempo Luis Bruschtein en este diario. La frase le cae de medida a Fernando Ferreira, el periodista que se nos murió hace un par de días víctima del maldito coronavirus. Fernando, hijo de ese gran crítico de cine que fue el Colorado Carlos y de Elba Burgos, enorme mujer del espectáculo; hermano de Carlos, otro notable periodista; padre de Pablo, conductor de programas deportivos en TV, y de Federico, actor, llevaba en la sangre el periodismo, el cine independiente, el buen fútbol, el buen gusto y la militancia por una sociedad más justa.

Setenta años bien vividos tenía Fernando. En el mediodía del domingo, en la Chacarita sus amigos lo despidieron con aplausos que entendían sus excesos y sus calenturas y que reconocían su lealtad, su coherencia y su nobleza. Trabajó en Crónica, Dan, TASS, el Heraldo, fue jefe de Deportes de La Razón, docente en TEA y en la Universidad de ls Madres y escribió varios libros: “Una historia social del cine” (Corregidor), “Una historia de la censura en la Argentina” y “Hechos Pelota”, a propósito del rol del periodismo deportivo en la última dictadura militar (Ediciones Al Arco).

Ese último libro es un homenaje a los periodistas desaparecidos y es además, su gran legado a la historia del periodismo nacional. “Este trabajo puede concebirse como un intento de reflexión o quizá también como una catarsis para intentar explicar un tiempo de horror”, escribió en el prólogo. “El papel desempeñado por el periodismo deportivo durante la dictadura no ha sido materia de debate; sí, en cambio, la labor del periodismo en general y de las empresas en particular que, por otra parte, jamás han intentado una autocrítica”, dijo también.

Ferreira recogió el testimonio de una veintena de periodistas y resaltó la negativa de algunos colegas de mucho renombre aunque aclara que hizo el libro “como un aporte a la memoria y sin la pretensión de juzgar”

Su hermano, Carlos Ferreira, escribió en el prólogo: ”Lo que el lector encontrará en estas páginas es el producto de un periodista sanguíneo, apasionado. Se resiste a vivir en silencio en esta Argentina que sigue cobijando canallas y corruptos, tanto como dignos defensorws del oficio. “Hechos pelota” es uno de esos libros imprescindibles para quienes quieran acercarse a entender ese mundo a mitad de camino entre el horror y la gloria del fútbol argentino".