“Ayuda divina”, publicaron felices tras la llegada de la lluvia los combatientes de la Brigada de Incendios Forestales de Catamarca, luego de cinco días de incansable trabajo en la cima del cerro Ancasti.
El fuego, que inició el jueves, llegó a consumir casi 2000 hectáreas de pastizales y arbustos y no podía ser atacado en la zona de laderas.
En horas del mediodía de ayer, Eric García, responsable de la Brigada daba un panorama poco alentador. Con temperaturas que superaron en algunos días los 42 grados, brigadistas, bomberos voluntarios, Defensa Civil, personal de la Municipalidad de El Alto y vecinos, trabajaron ininterrumpidamente para que el fuego no llegue a la cima del cerro. “Las llamas continúan en las laderas de los dos focos que siguen activos, pero en esos lugares es imposible atacarlo”, contó.
Los combatientes debieron trabajar con herramientas de zapa para evitar que el fuego suba. “Si llega a la cima va a ser muy difícil de controlar”, admitió García. “El avión hidrante hará al mediodía el relevamiento y algunos ataques a los puntos en donde los brigadistas tienen menos acceso. El fuego está circunscripto en los sectores norte y sur, en medio ya se quemó todo”, explicó a Catamarca/12 antes de la lluvia.
La prioridad fue brindar protección a los puestos y viviendas cercanas; la tarea se realizó en la línea del fuego con autobombas, mochilas de agua y herramientas de sofocación y en otros sectores haciendo líneas de defensa con herramientas manuales para cortar el avance de las llamas.
Ante el peligro y la dificultad de apagarlo por las empinadas laderas de unos de los cerros emblema del Valle de Catamarca, desde el Plan Nacional del Manejo del Fuego habían enviado un avión hidrante el domingo, que iba a estar disponible para trabajar ayer. Afortunadamente sólo alcanzó a relevar, ya que pasadas las 17.30 una tormenta se desató sobre el Valle Central de la provincia y aplacó las llamas.
En cuanto a la superficie consumida, sólo se obtuvieron estimativos. “Es difícil de calcular, seguramente en los próximos días tendremos el dato satelital exacto de lo que el fuego consumió”, señaló García.
La lluvia
Las llamas que por las noches se veían desde la ciudad arrasar el monte sobre el cerro, fueron seguidas por todos los catamarqueños con angustia. Es por esta razón que tras las lluvia las imágenes de los brigadistas celebrando abrazados fueron festejadas y viralizadas con frases de agradecimiento y apoyo al trabajo realizado.
En sus redes sociales publicaron bajo el título “Ayuda divina” el siguiente mensaje: “Compartimos con todos ustedes, la alegría de brigadistas que se encuentran junto a Bomberos Bomberos Voluntarios en la zona del incendio en el cerro Ancasti. Gracias Dios y a nuestra Virgen del Valle por la bendición”. Las imágenes de los combatientes abrazados mirando el caer el agua fueron esperanzadoras para todos.
El año pasado en la provincia, las llamas consumieron más de 14 mil hectáreas.