Se jugó anoche, por la Copa Climática, el primer encuentro entre Defensores de Verano y el Sportivo Invierno, los llamados popularmente Team Verano y Team Invierno, el superclásico que se convirtió, desde hace años, en la rivalidad más importante de los argentinos a la hora de hablar del tiempo y los pronósticos meteorológicos. Al jugarse en enero, mes emblemático del equipo estival, Defensores de Verano hizo las veces de local y durante gran parte del partido hizo hacer valer dicha localía dejando al público presente la sensación térmica de ser un tanto superior a su clásico- y climático- rival. Desde el minuto cero, su hinchada arremetió con su tradicional cantito de guerra:
Llegan los muchachos del calor,
llegó la hinchada.
Esta hinchada que grita en cuero y sin parar,
aguante el calentamiento global.
La reciente ola de calor fue, sin duda, fundamental a la hora de bloquear el ataque del Sportivo Invierno que a pesar de instalar una barrera de hielo en el área chica, terminó en inferioridad de condiciones, ya que dos de sus jugadores, el Hielo Delgado y Julio Buffandini, terminaron insolados al término del primer tiempo. Allí fue cuando los locales aprovecharon la situación y sofocaron la resistencia del arquero Invernizzi, equipado con guantes de lana, y concretaron el primer gol del partido. Entonces la barrabrava veraniega volvió a hacerse escuchar:
Pecho frío, pecho frío,
qué amargado vos estás,
andá sacando el termómetro,
te vamo’ a deshidratar.
En la segunda etapa, el técnico de los invernales realizó un cambio táctico y un cambio climático que emparejó las acciones. Un viento huracanado proveniente del sur asoló durante 10 minutos la valla del bronceado arquero Calori y un disparo del delantero Frescolari igualó el partido con un golazo que fue un golpe de frío para el equipo estival, que vio congeladas sus ilusiones de ganar el partido. La hinchada visitante arremetió con su fresco canto:
Yo soy del frío desde que estaba en la cuna,
al invierno yo lo quiero de verdad
Yo no cambio la frazada y la estufa,
no me gusta en absoluto transpirar.
Según los meteorólogos presentes en el estadio el resultado fue justo y pronostican que recién para el partido revancha, a jugarse en julio próximo en cancha invernal, sabremos cuál de ambos equipos podrá sacar alguna ventaja sobre su archirrival. Allí estaremos. Seguramente, cubiertos con una manta térmica y un tazón de café aliente en la mano.