“La ventana enmarca la vida y muestra nuestra relación personal con la ciudad. Tiene además reminiscencias pictóricas; cada vista se vuelve -en cierto modo- una pintura”, señala la artista Ianna Andréadis, nacida en Grecia en 1960, instalada en Francia desde fines de los años 70. En las últimas tres décadas reside, para más detalles, en los suburbios parisinos de Ivry-sur-Seine; un dato para nada menor en tanto su última serie, Par nos fenêtres, captura al barrio en toda su plenitud, en altura, desde -cómo no- ventanas de muchísimos hogares. Hay que decir que solo una ínfima porción de esas imágenes fue tomada por la propia Andréadis: aunque autora de la iniciativa, solo pudo llevarla a buen puerto gracias a la colaboración generosa de cantidad de vecinos y vecinas, que respondieron encantados la convocatoria que ella lanzó por redes entre 2020 y 2021. En los momentos más álgidos de la pandemia, pidió a residentes de Ivry que sacaran fotos desde sus ventanas; a razón de 250 personas se coparon, mandándole unas 2 mil pics. Del total, pos cuidadosa selección, unas 170 han sido editadas en formato fotolibro en Francia, por el sello Creaphis, en una obra coral que, para Ianna, es mucho más que una simple recopilación: lo que terminó por crearse, dice, es “un rompecabezas que ofrece una perspectiva única y diferente, donde cada toma tiene su peso específico y completa el barrio”.
“Las ventanas fueron, durante momentos difíciles, la apertura al mundo ‘prohibido’, un lugar de escape, de contemplación, de contacto con otra gente. Compartir nuestras vistas fue una invitación amistosa para estar juntos cuando se nos pedía aislamiento, de crear vínculos cuando aquello parecía una odisea. Y, sobre todo, de descubrir nuestra ciudad de una manera distinta”, resalta la artista, que ya exploró esta modalidad colaborativa mucho antes de que existiera el covid, solicitando -por ejemplo- a locales de su Atenas natal que sacaran fotos desde sus ventanas de la capital griega entre 2013 y 2016. Par nos fenêtres es, a su manera, una manifestación más de su declarada obsesión por representar el afuera desde interiores, desnudando -en el caso de Ivry- panorámicas donde brotan patios y jardines escondidos, diversas edificaciones erigidas en la rue Lénine, en el pasaje Raspail… Además, claro, de los siempre variables cielos, diurnos, nocturnos, a veces cruzados por un relámpago, otras por encantadores pajaritos.