El Estado Islámico (EI) reivindicó el atentado de Manchester perpetrado al final del concierto de Ariana Grande, que dejó al menos 23 muertos (si se incluye al terrorista suicida) y 59 heridos, muchos de ellos de gravedad. En el marco de la investigación, las fuerzas de seguridad británicas identificaron al atacante como Salman Abedi. Según la prensa, nació en Manchester y es hijo de una pareja de refugiados de Libia. La policía, que investiga si el joven de 22 años actuó solo o contó con una red de apoyo para provocar la explosión, detuvo ayer a un hombre de 23 años, aunque no informó de la relación que podría tener con el terrorista. Miles de personas asistieron a un acto en el centro de la ciudad en homenaje a las víctimas. Otra vigilia, realizada en Birmingham, fue interrumpida después de que la policía detuviera en las inmediaciones a un hombre con un arma blanca y un bate de béisbol, informaron los medios locales. Theresa May reforzó el nivel de alerta terrorista de grave a crítico. “No podemos ignorar la posibilidad de que un grupo de individuos mayor esté vinculado al atentado de Manchester”, subrayó la primera ministra británica, que también anunció el despliegue de militares para apoyar a la policía.
Por intermedio de Amaq, su órgano propagandístico, el EI aseguró que uno de sus soldados logró colocar una bomba entre “las multitudes cruzadas en Manchester”. Los jihadistas aseguraron que hubo 30 muertos y 70 heridos, aunque las autoridades británicas hablan de 23 fallecidos –incluyendo al atacante– y 59 heridos. “El ataque es una venganza y una respuesta a los ataques contra musulmanes que tiene como objetivo aterrorizar a los infieles”, señaló el EI en el comunicado, y amenazó con más atentados.
Salman Abedi, el hombre acusado del ataque, nació en suelo británico y es hijo de Samia Tabal y Ramadan al Abeidi, pareja que huyó de Libia para escapar del régimen de Muammar Khadafi.
El sospechoso, identificado por la policía, murió al provocar el estallido de la carga explosiva que llevaba consigo en el Manchester Arena. La familia de Abedi vivió en el área de Fallowfield, en el sur de Manchester, durante al menos 10 años, según el diario Daily Telegraph. La policía británica realizó un allanamiento en ese barrio. También detuvo a un joven de 23 años que estaría relacionado con el caso. Un vecino del lugar, Peter Jones, de 53 años, describió la zona como tranquila y segura y explicó que estaba conmocionado al saber que el sospechoso era de su barrio. Según el diario The Guardian, la policía conocía a Abedi. “Era un chico tan callado, siempre muy respetuoso conmigo”, explicó un miembro de la comunidad libia de Manchester al diario. “Su hermano Ismael es más abierto, pero Salman era muy tranquilo. No parecía en absoluto la persona que fuera a hacer eso”, explicó. El padre de Abedi es conocido en la comunidad y en la actualidad viviría en Trípoli, señalaron fuentes consultadas por The Guardian. Según The Telegraph, Salman tenía dos hermanos y una hermana. La comunidad libia en Manchester, la más numerosa del país, cuenta con 16.000 miembros.
Varios miles de personas se congregaron en la tarde de ayer en el centro de la ciudad británica para homenajear a las víctimas. “Esto es Manchester”, escribió en Twitter el alcalde, Andy Burnham, al comienzo del evento en una colmada plaza Albert. La ministra del Interior, Amber Rudd, y el líder de la oposición laborista Jeremy Corbyn asistieron al acto en el que el obispo de la ciudad prendió una vela y los asistentes hicieron un minuto de silencio para recordar a las víctimas. Según May, que por la tarde se trasladó a Manchester, el atentado está entre los peores que ha sufrido Reino Unido. May y Corbyn se sumaron al dolor que atraviesa el Reino Unido y decidieron suspender su campaña electoral para las elecciones legislativas del 8 de junio.
El Consejo Musulmán Británico (MCB) condenó el atentado, al que calificó de acto criminal y horrible. “Que los autores se enfrenten a todo el peso de la justicia tanto en esta vida como en la próxima”, dijo su secretario general, Harun Khan. “Sé que hablo en nombre de todos al expresar mi profunda solidaridad a todos quienes se vieron afectados por este suceso terrible, y especialmente a las familias y amigos de aquellos que murieron o resultaron heridos”, afirmó la reina Isabel II de Inglaterra.
Líderes de todo el mundo también mostraron sus condolencias y manifestaron su apoyo al gobierno británico en la lucha contra el terrorismo. El papa Francisco expresó su profunda tristeza y mostró “de todo corazón su solidaridad a todos los afectados por este insensato acto de violencia”, según un comunicado del Vaticano. El presidente estadounidense, Donald Trump, calificó a los responsables de “malvados fracasados” (“evil losers”). Desde Belén, donde se encontraba de visita, dijo que no llamaría monstruos a los atacantes, porque a ellos les gustaría ese término. Francia puso a disposición todos los medios de colaboración para apoyar al Reino Unido en la lucha antiterrorista, según dijo el francés Emmanuel Macron a May, en una llamada telefónica. “Esto nos recuerda tanto a ‘Bataclan’”, dijo por su parte la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, en referencia a la sala de conciertos atacada en 2015 en la capital francesa.
El atentado más grave en el Reino Unido se produjo en 2005, cuando 56 personas murieron en Londres en dos atentados jihadistas. La capital británica se vio sacudida nuevamente hace dos meses, con un ataque que dejó seis muertos muy cerca del Parlamento.