En los últimos días, diversos medios se hicieron eco de un informe del Foro Económico Mundial que advierte sobre un posible “colapso del Estado” en la Argentina. “El Fondo de Davos previsualiza un posible colapso del Estado, en relación a un eventual conflicto interno, una ruptura de la seguridad jurídica y la erosión de las instituciones”, indicaron, señalando que ese riesgo ”fue y es mencionado por la oposición en reiteradas oportunidades”.
“No solo la visión interna está en crisis, sino que desde el mundo también visualizan un severo horizonte para el desarrollo del país”, señalaron, en referencia a la opinión de un foro “que reúne a más de 1.500 líderes empresariales y gubernamentales de más de 70 países”.
La advertencia del Foro es bastante sorprendente en un país que, pese a sus reiteradas crisis económicas, sociales y políticas, ha logrado conservar en pie sus instituciones democráticas durante los últimos 45 años. Si bien la extensa prisión de Milagro Sala y la persecución a diversos dirigentes políticos kirchneristas en el marco del lawfare podrían justificar la advertencia del Foro, esa no parece ser la real preocupación de la elite empresarial reunida en Davos.
El temor al “colapso del Estado” se basaría, más bien, en cierta paranoia empresarial a expropiaciones, cambios en marcos regulatorios o reformas que democraticen un Poder Judicial cooptado por los poderes corporativos.
El foro que publicó el informe se realiza en el Monte de Davos, Suiza, y reúne a los empresarios más poderosos del planeta junto a gobernantes, periodistas e intelectuales vinculados al mundo corporativo. El Transnational Institute describe que el objetivo principal del Foro Económico Mundial es "funcionar como una institución socializadora para la élite global emergente, la mafiocracia de la globalización formada por banqueros, industriales, oligarcas, tecnócratas y políticos. Su prédica elitista y proempresarial lo hizo blanco histórico de protestas y manifestaciones de quienes se oponen al orden global gestado por el neoliberalismo. Pese a ello, suele juntar anualmente a más de dos mil participantes que abonan un piso superior a los 100 mil dólares entre membresía y boleto, para ser parte del exclusivo mitin de la elite global.
Las advertencias publicadas en su informe no son la opinión del “mundo” sobre nuestro país, sino la de un selecto grupo de 100 empresarios y profesionales argentinos que fueron consultados por los organizadores del Foro. Los empresarios que participan de la encuesta forman parte de las corporaciones más grandes de la Argentina. Los profesionales encuestados integran el mundillo de consultoras y académicos de tendencia liberal vinculados al mundo corporativo. Dado que la composición social de los entrevistados no difiere demasiado de la base de Juntos por el Cambio, no sorprende que sus advertencias coincidan con las mencionadas “por la oposición en reiteradas oportunidades”.