Tifany Yazmin O´Neill podrá atravesar su proceso judicial en libertad. La adolescente de 19 años detenida durante un mes por herir en defensa propia a su ex pareja, Jesús Ibarra, un violento que la hostigaba, la acosaba y la golpeaba pese a las denuncias previas que pesaban sobre él, y a una restricción perimetral y la custodia policial de la víctima, que vencieron inexplicablemente en agosto de 2021, fue excarcelada luego que la Justicia hiciera lugar al pedido presentado por su abogada, Samanta Pedrozo, que desde un principio exigió un sobreseimiento denegado por el juez de Instrucción Fernando Caunedo, del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional de instrucción N° 39, que se empecinó en calificar ese acto de supervivencia como “tentativa de homicidio agravada por el vínculo”. Por fortuna y por fuerza de pelea, la abogada, que integra la Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADH), una de las organizaciones que acompaña a Tifany, logró revertir la recaratulación a “exceso en la legítima defensa”.
“Acompañamos el proceso judicial y los reclamos ante su injusta detención desde el primer momento. Todavía queda un camino para lograr su inocencia. Seguimos luchando por eso. Por el fin de la justicia patriarcal y por una reforma feminista urgente”, publica en su cuenta de Facebook la CADH, que junto con otras agrupaciones feministas se movilizó a los Tribunales porteños para reclamar por la liberación de Tifany.
En el barrio “La Dulce”, de Villa Lugano, donde vive Tifany, conocen a Jesús Ibarra, “un chabón denso”, que ejercía todo tipo de violencias mientras duró el noviazgo, situación que se agravó durante tres años, luego que ella dijera basta a esa relación. El 9 de diciembre, Ibarra se presentó en la casa de la adolescente con lo usual, sus insultos y amenazas, pero predispuesto a la escalada: rompió las puertas del edificio y arrancó un matafuegos. Media hora tardó en llegar el patrullero que rogó Tifany al 911. Nadie la socorrió cuando Ibarra venció el forcejeo de la puerta, ni cuando trataba de zafarse y sacarlo de su casa, ni en el momento en que la agarró del cuello y ella se defendió con un cuchillo que le permitió volver a respirar.
Esa misma tarde, el atacante se recuperaba en un hospital de la herida leve y aquel patrullero que debió llegar a tiempo para proteger a Tifany, la trasladaba a la Comisaría Comunal 1 de la Policía de la Ciudad, donde quedó detenida y acusada de tentativa de homicidio agravada por el vínculo.
Al juez y al comisario no les movió el amperímetro las denuncias de las organizaciones, cuando confirmaron la existencia de denuncias previas y confirmaron que "Ibarra hostigaba a Tifany desde hacía tres años, acosándola y golpeándola por negarse a continuar el noviazgo". Caunedo tampoco valoró el dictamen de la fiscal a cargo, Mónica Cuñarro, que expuso la situación de vulnerabilidad de Tifany y la clara evaluación con perspectiva de género que debía aplicarse en la causa. Lo pinta de cuerpo entero su resolución inicial, la que se vio obligado a revisar y modificar gracias a la lucha sostenida de las organizaciones: “Considero que existe grave sospecha de que, en caso de recuperar su libertad, la imputada intente influir negativamente sobre los vecinos de su barrio que deban declarar en la instrucción y en el eventual debate, y de ese modo entorpecer la investigación”.
En su dictamen, Cuñarro, de la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Nº 16, que apoyó la excarcelación de Tifany, advertía que “este hecho no puede ser analizado en forma independiente, sino que se da en un contexto de violencia doméstica y de género que viene padeciendo desde hace tiempo la aquí imputada, donde no solo sufrió maltratos psicológicos sino también físicos por parte de Ibarra”.
“Está debidamente acreditada la existencia de dos denuncias previas realizadas por O'Nell en la comisaría barrial de Villa Lugano y que hubo una restricción perimetral sobre Ibarra, que ya no estaba vigente, y se asignó, en agosto último y por el lapso de unos días, una consigna policial para custodiar a la joven”, explicaba Pedrozo a la agencia Télam en las primeras horas de la detención. Felicidad Salinas, de MAREA feminismo popular CABA, agregaba que Tifany tenía el botón antipánico, “pero Ibarra igualmente se acercó a ella, que tuvo que defenderse”.
El Frente de Todxs en la Legislatura porteña adhirió también a la movilización, sumado al rechazo generalizado por el encarcelamiento. "La Justicia es responsable. Ni muertas ni presas. Libertad para Tifany", expresó en sus redes sociales la legisladora Maru Bielli. Un proyecto de declaración firmado por todo el bloque, manifiesta la "profunda preocupación por la privación de la libertad de Tifany Yazmin O’Neill, víctima de violencia por motivos de género".
El documento alerta sobre la necesidad de políticas para la prevención de la violencias por motivos de género, "en un contexto en el que, entre el 1 de enero y el 31 de octubre de 2021, fueron perpetrados 227 femicidios (esto implica que en esos 10 meses hubo un femicidio cada 30 horas)". Cuando hablamos de Reforma Judicial Feminista y aplicación patriarcal de tipo penales, concluye, "nos referimos a este tipo de casos, donde mujeres sufren la interpretación de la ley por un juez machista y sin perspectiva de género".