Un integrante de la Armada Argentina asesinó a su ex pareja de un balazo en la cabeza, mientras discutía con ella en su casa de Punta Alta; luego, el hombre intentó suicidarse con la misma arma -un Calibre  38 que no estaba registrado–, y anoche permanecía internado en estado crítico en el Hospital Naval de Puerto Belgrano. Meses atrás, Camila Yésica Enríquez había denunciado a Alan Martínez por violencia de género y el Juzgado de Paz local había concedido una medida cautelar para ordenar que su agresor no pudiera acercarse a ella, pero la  disposición había vencido en febrero de este año. La causa, que cayó en la fiscalía de Homicidios de Bahía Blanca, quedó caratulada como “homicidio y tentativa de suicidio”. 

El crimen ocurrió por la mañana en una casa de Villa Mora, un barrio humilde de Punta Alta, donde Enríquez, de 21 años, vivía con sus dos hijos pequeños, uno de los cuales -el de un año– era producto de su relación con Martínez. Un adolescente que se encontraba en casa de Enríquez y llamó a la policía luego de los disparos, contó que por la mañana Martínez llegó al lugar y comenzó a discutir con la mujer. Para no presenciar la pelea, el joven se dirigió al baño de la casa, pero Enríquez fue también allí y, detrás de ella, llegó Martínez, por lo que el adolescente optó por dejar la casa. Cuando se encontraba a unos metros del lugar, escuchó detonaciones y regresó. En la puerta de la casa, encontró a Martínez gravemente herido, por lo que llamó al 911. Al llegar, los integrantes de la Policía Comunal de Coronel Rosales encontraron también a la mujer tendida sobre el piso del baño. Tenía un balazo en la cabeza y otro en el torso.

Enríquez y Martínez fueron trasladados al Hospital Naval de Puerto Belgrano, donde ella murió poco después de ser ingresada. En cambio, el marino anoche permanecía internado en grave estado en terapia intensiva. 

El sucomisario Esteban Boisselier, de la estación policial de Coronel Rosales, informó que el revólver calibre .38 que fue encontrado en cercanías de donde estaba Martínez no estaba registrado, y que en el tambor quedaron cuatro vainas servidas y un proyectil intacto. En la casa de Punta Alta, peritos de la Policía Científica secuestraron tres cabezas de proyectiles; el cuarto quedó alojado en el cráneo de Enríquez.