La vedette Victoria Xipolitakis y los dos pilotos que manejaban el avión de Austral en el que hace dos años la dejaron entrar a la cabina deberán pagar una multa de 20 mil pesos cada uno, realizar trabajos comunitarios y, en el caso de los pilotos, tomar cursos de capacitación, por haber puesto en peligro la seguridad de los pasajeros que viajaban de Buenos Aires a Rosario al permitirle a Xipolitakis accionar el acelerador de la nave durante el despegue.
La decisión fue tomada ayer por la jueza María Gabriela López Iñíguez, del Tribunal Oral Federal (TOF) 4, quien rechazó el planteo de recusación de la fiscal Stella Maris Scandura e hizo lugar a la suspensión del juicio a prueba en beneficio de Patricio Zocchi Molina y Federico Matías Soaje, los pilotos del avión, y de la vedette.
El día del vuelo AU 2708, el 22 de junio de 2015, Xipolitakis se encargó de que quedara todo registrado: con su celular filmó la secuencia del despegue desde la cabina, incluso cuando ella misma presionó el acelerador del avión. “¿Este es el acelerador?”, pregunta Vicky en el video, con la cámara apuntando a los controles. “Cuando yo te diga le das un poquito para adelante”, contesta Soeaje. Mientras se ve cómo el avión avanza cada vez más rápido por la pista, Xipolitakis confirma: “¡Chicos!¡Lo estoy haciendo yo!” Cuando se dio a conocer el video, que no tardó en circular por las redes sociales, Mariano Recalde, el entonces presidente de Aerolíneas Argentinas, removió de sus puestos de la aerolínea Austral a Zocchi Molina y Soaje. Los dos pilotos y la vedette fueron procesados por haber puesto en peligro la seguridad del avión, delito penado con penas de dos a ocho años de prisión, según el artículo 190 del Código Penal.
Durante la audiencia del 25 de abril de este año, Xipolitakis y los dos pilotos reconocieron ante el Tribunal que habían “cometido un error” y solicitaron la suspensión del juicio oral para la concesión de una “probation”. La jueza resolvió ayer que “se reunieron los elementos objetivos y subjetivos para el otorgamiento del beneficio”, al argumentar que la Corte Suprema de Justicia aceptó la procedencia de este tipo de alternativas siempre que la pena sea menor a tres años de reclusión. “Cabe señalar que el descongestionamiento de la Justicia se ha convertido ya en un beneficio secundario de la ley, propendiendo a que los tribunales orales puedan concretar sus esfuerzos en aquellas causas penales de mayor envergadura jurídica”, aseguró la magistrada. Si bien la fiscal Stella Maris Scandura se mostró favorable a esta decisión, los 14 querellantes –pasajeros del vuelo AU 2708 que demandaron a la vedette, a los pilotos y a la aerolínea Austral– se opusieron, según manifestó su abogado, Gregorio Dalbón.
La decisión de la jueza implica “hacer lugar al beneficio de la suspensión del juicio a prueba solicitado por Victoria Jesús Xipolitakis y suspender el trámite de la presente causa por el término de un año y seis meses”, como señala el fallo. En ese plazo, la vedette deberá “fijar residencia y someterse al cuidado de un patronato; abstenerse de concurrir, aun mediante invitación, a la cabina del avión en caso de que realice vuelos dentro y/o fuera del país por el término de la suspensión y realizar tareas comunitarias no remuneradas”. Estas tareas tendrán que ser realizadas, durante el período señalado, en “Cáritas Argentinas, por un total de 288 horas (cuatro horas semanales) en concepto de reparación económica”. Xipolitakis deberá, además, pagar una multa de 20 mil pesos.
Por su parte, el comandante y el copiloto del vuelo deberán pagar una multa del mismo monto, hacer un curso de capacitación que dicta el gremio de Pilotos Unión de Aviones de Líneas Aéreas (Uala), y realizar tareas comunitarias. En el caso de Zocchi Molina, deberá cumplir 288 horas de trabajo comunitario en el Hospital Aeronáutico Central, “siempre y cuando no se interponga con su trabajo, por el término de un año y medio (cuatro horas semanales)”, dice el fallo. A Soaje, en tanto, se le redujo la suspensión a un año por razones familiares vinculadas a la salud de sus hijos, en el que deberá hacer tareas comunitarias en la parroquia Nuestra Señora de la Guardia, en el partido bonaerense de Vicente López.