El Gobierno tuvo otro día de bailar al ritmo de la música que toca Elisa Carrió. La líder de la Coalición Cívica y futura candidata porteña del oficialismo acusó a la segunda de la AFI de escucharla y armarle operaciones, cuestionó al ministro de Justicia –dijo que tiene un “problema cerebral grave”– y le reclamó al Presidente que la defienda en su lucha contra la corrupción. Esta vez, el Gobierno salió a manejar el escenario con más homogeneidad. Los voceros fueron Germán Garavano, que prefirió no darse por aludido, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Ambos señalaron que el Gobierno no ampara a Julio De Vido, como indicó Carrió, y que se están haciendo gestiones para que la información de Odebrecht sea administrada por la secretaria de Lucha contra la Corrupción, Laura Alonso. La funcionaria dejó un momento de analizar los conflictos de intereses para acotar: “Nadie protegió a nadie”.
Elegida como cabeza de lista en el bastión del macrismo, la Ciudad de Buenos Aires, Carrió había generado el primer cimbronazo el sábado cuando aseguró que todo el sistema político protegía a De Vido, incluido el oficialismo. Esto llevó a que la vicepresidenta Gabriela Michetti saliera a refutarla, mientras Garavano intentaba darle la razón sin comprometer al Gobierno. Pero Carrió fue por más. En una entrevista en TN, dio a entender que Macri no la defiende. Incluso, lo apuró: “¿Quién me va a defender a mí, señor Macri, que siempre pongo la cara por usted? Yo tengo que acusar a todos y defender a un montón más. Y a mí, ¿quién me defiende?”. “¿Hasta cuando, señor Presidente, voy a dar la cara para defender al Gobierno y no me defienden? Yo lo quiero mucho pero algo tendrá que hacer”, inició su catilinaria. También dijo:
- “Yo no voy a hablar del ministro Garavano, porque armo otro lío. Hay ahí un problema cerebral grave”.
- “Yo no puedo formar parte de un gobierno donde la señora Majdalani me sigue, me escucha, me saca fotos”, aseguró, en alusión a la número dos de la AFI. Indicó que ella y un grupo de jueces le armaban operaciones, como la denuncia judicial de la que acaba de ser sobreseída.
- “Es de una peligrosidad institucional terrible esta nueva liga de jueces federales presidida por Ariel Lijo”, indicó. Y aseguró que tanto el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, como una serie de jueces federales integran una logia masónica llamada “My Friend”.
- Lo acusó a Lorenzetti de estar planificando una suerte de golpe de Estado: “Lorenzetti quiere ser Presidente de la Nación y como está en la línea sucesoria, trabaja sutilmente instalando en agenda por ejemplo el 2x1”.
En el oficialismo, esta vez, delinearon un único discurso oficial. Los voceros designados para responderle a Carrió (y hacer control de daños) fueron Frigerio y Garavano. En todo momento, intentaron no confrontar con los mandobles que la dirigente les envió. “Hay que preguntarle a la Justicia qué pasa con las causas que involucran a De Vido, no al Poder Ejecutivo”, sostuvo Frigerio, la principal espada política del Gobierno. “Ella sabe que el presidente no va a apañar a nadie”, advirtió el ministro del Interior. Sobre el reclamo de que la defiendan, simplemente dijo: “Siempre defiendo a Lilita”.
En tanto, Garavano prefirió obviar el ataque que le dedicó Carrió. Simplemente, dijo que “el Presidente sostiene a Carrió, quien en estos temas de corrupción es una persona que tiene un liderazgo y marca el camino por el que hay que avanzar”. El ministro informó que están convocando a Odebrecht para que “brinde toda la información que tenga de los hechos de corrupción que se habrían cometido en la Argentina. Si bien hay fiscales pidiendo la información, el Ejecutivo busca que pase por la secretaría de Lucha contra la Corrupción. Su titular, Laura Alonso, se vio obligada a responderle también a Carrió. “Del Gobierno no tengo mucho para decir porque, desde el primer momento, nadie protegió a nadie. Sobre todo porque puedo dar fe de todo lo que se viene haciendo, quizá sin salir en los diarios, en el marco del trabajo de los investigadores de la Oficina Anticorrupción”, sostuvo la funcionaria que salió a defender al presidente Macri el primer día que se conocieron los documentos de Panamá Papers.
El jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, quien deberá convivir con Carrió durante la campaña porteña también intervino en la discusión. En su caso, intentó ignorar las acusaciones que hizo Carrió a sectores del oficialismo: “Hay una coincidencia total de tratar de sacar a la luz la verdad lo más rápido y antes posible”. Larreta sostuvo que “es un orgullo que Lilita sea nuestra candidata”. Además de un orgullo, es probable que sea un dolor de cabeza para los macristas. Y que no sea el último que les dé.