La Sala I de la Cámara de Apelaciones, integrada por la jueza Ivanna Mary Chamale y Gonzalo Marino, confirmó una sentencia de la jueza Inés Villa Nougués, y declaró la adoptabilidad de una adolescente de 15 años, quien quiere ser parte de "una nueva familia" porque su madre no puede cuidarla.
La tutora oficial Macarena Saravia Zenteno destacó que la chica, que ahora está institucionalizada, fue escuchada cuando dijo que quiere ser adoptada.
La madre biológica había apelado la decisión de la jueza Villa Nougués, y por ello la causa pasó a Casación, que confirmó la primera sentencia. Lxs magistradxs resolvieron que "Sele" tiene derecho a que se le brinden condiciones para llevar una vida digna, a crecer y desenvolverse en el seno de una familia, y esto se lo explicaron en un lenguaje claro, sin los tecnicismos que normalmente contienen las sentencias judiciales.
La tutora explicó que su intervención comenzó cuando se le suspendió la responsabilidad personal a la madre. Sele había sido ingresada a un hogar de la Secretaría de Niñez y Familia en 2019, cuando desde el Estado detectaron una situación de vulnerabilidad en el seno familiar. "Teníamos una progenitora que no tenía condiciones para hacerse cargo de la adolescente", sostuvo Saravia Zenteno.
La tutora aseguró que mientras transcurrió la medida excepcional se dispuso que la madre hiciera terapia y se le brindaron todas las herramientas, todo ello para procurar la revinculación, pero no se logró. Dijo que la madre casi no la visitaba, que tenía arraigo en Tucumán sin un domicilio fijo al cual notificarla, y consideró que su discurso era herrático porque por un lado planteaba que quería recuperar a su hija y por el otro, no cumplía con las pautas que le requerían.
"Lo que hay que rescatar de esta sentencia (de la Cámara de Apelaciones) es la escucha" a la adolescente, manifestó Saravia Zenteno. "Yo no quiero pasar una Navidad y un año nuevo más en el dispositivo, yo quiero una familia y entiendo que mi mamá no puede hacerse cargo de mí, ni yo de mi mamá", contó la tutora oficial que le dijo la adolescente, quien durante el proceso judicial pudo presentarse en una audiencia con lxs magistradxs de la Cámara, con la abogada del niño Marta Aguilar, para expresar su voluntad.
Escuchar para comprender
En sus últimos párrafos de su sentencia, la jueza Chamale y el juez Mariño dedicaron algunas palabras en lenguaje accesible a la adolescente. “Primeramente quiero agradecerte, en nombre de este Tribunal, que hayas venido aquí, a la Ciudad Judicial, y permitido conversar con vos. Fue muy bueno conocerte y poder escucharte, y estoy convencida de que eso nos sirvió para comprender mejor tu situación, tus sueños y las ganas que tienes de vivir en una familia, con un papá y una mamá, que te cuiden y protejan; sentirte querida, crecer, poder estudiar, divertirte, y disfrutar de un ambiente familiar sano. También entendí que, a pesar de los momentos difíciles que has vivido, vos querés mucho a tu mamá (Sra. P.) pero que, por ahora, preferís no verla ni estar en contacto con ella; que comprendés que no puede cuidarte ni brindarte esa vida en familia que tanto deseas, y por eso querés que te adopten", manifestó la jueza.
Saravia Zenteno dijo que aún deben esperar a que la sentencia quede firme porque la madre podría apelar. Aclaró que la adolescente ha expresado que no tiene preferencias respecto a la familia adoptante y en ese sentido tiene apertura para que ser parte de una familia diversa.
"Quiero decirte que entendí que ha pasado demasiado tiempo desde que ingresaste al Hogar (R. E.) y que ya no querés estar ahí, porque esa situación no te hace feliz; que estás ansiosa por poder conocer y formar parte de una familia, y que eso pase pronto, 'rápido', porque pensás que con tus quince (15) años, va a ser más difícil que quieran adoptarte. Pero te digo que no tenés que preocuparte por eso, y que mantengas la esperanza y el entusiasmo que pudimos ver en vos", le dijo la jueza a la adolescente.
Saravia Zenteno explicó que desde los 10 años es necesario que niños, niñas y adolescentes presten el consentimiento para ser puestos en adoptabilidad.
En este caso, se notificó al progenitor, pero no manifestó interés y no se presentó en el expediente. La tutora también contó que este hombre había ejercido violencia de género contra la madre.
La funcionaria dijo que analizaron la situación "desde la óptica de lo que necesita la adolescente independientemente de lo que viva la madre" y consideró en este sentido que el haber vivido violencia no le impide "ser una buena mamá". "No me parece un fundamento que porque sufrió violencia, no pudo ejercer el rol materno", señaló. Por otro lado, dijo que buscaron otros familiares que pudieran responsabilizarse de la adolescente pero "no había nadie que pueda hacerse cargo de ella".
Adoptantes con preferencias
En caso de que finalmente la adolescente sea puesta en adoptabilidad, la tutora mencionó que hay otra situación vinculada al hecho de que la mayoría de la gente que se postula en los registros de adoptantes "se inscribe para bebés de hasta 3 años, sin patologías (...), sin grupo de hermanos. Es una realidad muy triste", lamentó. Por este motivo dijo que lxs niñxs más grandes y adolescentes tienen dificultades para encontrar adoptantes, y desde la justicia suelen recurrir a las convocatorias públicas de adopción. "Son chicos con historias de vida muy fuertes, desesperados por amor", expresó Saravia Zenteno.
Lxs adolescentes pueden permanecer en los dispositivos solo hasta los 18 años. Por ello se les inscribe en un Programa (nacional) de acompañamiento para el egreso de jóvenes sin cuidados parentales (PAE), que les permite fortalecer su autonomía, y capacitarse en cursos del área que les interese.
La tutora contó que además hay becas de hasta el 100% en la Universidad Católica para que puedan estudiar. En este caso la adolescente ya ha manifestado sus deseos de estudiar abogacía. También el PAE les paga el equivalente al 80% de un salario mínimo, vital y móvil, una vez que egresan del hogar convivencial o de la familia cuidadora. Cuando lxs jóvenes continúan estudiando luego de los 21 años, pueden permanecer en el programa hasta los 25 años.
Saravia Zenteno detalló que en Capital ella es la única tutora oficial y hasta diciembre tenía a su cargo 130 niñxs y adolescentes en los dispositivos de la Secretaría de Niñez, algunos en adoptabilidad. Además, en la ciudad Capital, Aguilar ejerce como "abogada del niño" para todo el distrito Centro. Mientras que en el interior son lxs asesores de menores e incapaces quienes cumplen el rol también de tutorxs oficiales o abogadxs de lxs niñxs.