Con el dato del índice de precios al consumidor de diciembre publicados por el INDEC, que se volvió a disparar por encima de los 3 puntos (fue del 3,8%) como casi todo el año, a excepción de agosto y noviembre, dos meses en los que el gobierno nacional intervino para frenar el alza en los alimentos con medidas como el congelamiento de precios, la inflación interanual se ubicó en 50,9%, siendo para el NOA del 50,8, la tercera más alta, por detrás de la Patagonia y Gran Buenos Aires.
En esta zona del país, con ingresos por debajo de los patagónicos y de la provincia de Buenos Aires, los rubros que más aumentaron fueron el de restaurantes y hoteles (67,3%), que como en todo el país se dispararon luego de las restricciones de 2020. Seguidos por las prendas de vestir y calzado (60,4%), las bebidas alcohólicas y el tabaco (57,5%), y el transporte (56,7%). El quinto lugar lo ocupó la salud, con un incremento interanual del 52,1%.
A pesar del esfuerzo que realizó la Secretaría de Comercio interior por arribar a acuerdos de precios dentro del programa Precios Cuidados, y las últimas medidas para congelar una batería de productos de la canasta básica hasta pasadas las fiestas, los alimentos y bebidas no alcohólicas se incrementaron el 49,5% en el año, siendo del 4,3% en diciembre último a nivel nacional y 4,7 en el NOA (el segundo porcentaje más alto del país solo por detrás del NEA, que llegó al 5,8%).
El aumento de este último rubro, que afecta directamente a la canasta básica alimentaria que culminó con un alza anual del 45,3%, se vio impulsado fundamentalmente por los incrementos en la carne, 59,3% desde diciembre de 2020 al mismo mes de 2021. Por encima estuvieron el café, la yerba, el té y el cacao, que llegaron al 66,6%, y los aceites (63,1%).
En Salta, los precios de los cortes más populares y consumidos en el país rondan los $1.000 en cualquier carnicería, y consiguieron un alivio solamente en fechas puntuales como los días previos a las fiestas de Navidad y Año nuevo, o mientras se mantuvo el acuerdo de precios, aunque solo se encontraban en las grandes cadenas de supermercados y algunos días de la semana.
El frigorífico Bermejo, que integra el consorcio exportador ABC, fue el único en Salta que se sumó a la medida y llevó los cortes acordados de asado a $549, matambre a $599, vacío a $599, tapa de asado a $499 y falda a $399 por kilo para las fiestas. Durante esas fechas, la Secretaría de Comercio Interior acodó con ABC, la Unión de la Industria Cárnica Argentina (UNICA) y la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), que se comercializarían 20 mil toneladas de esos cortes a ese valor.
Desde el sector cárnico salteño, le reconocieron a Salta/12 que los precios se dispararon y que las medidas del gobierno lograron que la gente pueda llegar a comer un asado en momentos claves del año como las fiestas “pero después volvieron a subir, y no lograron que el precio se estabilice”.
Según los productores, el precio sube “porque los commodities en todo el mundo crecen a nivel general, aumentan los alimentos como la soja, el maíz, por lo tanto también aumenta el de los animales”, a lo que sumaron, como los empresarios del agro, “el desacople cambiario”.
Pero además rebaten los argumentos del gobierno en cuanto a que hay algunos cortes que solo consumen los argentinos y que no son exportables, ya que el mercado chino está demandando “absolutamente toda la vaca en un buen precio”. A la vez que añadieron que ya está naturalizado que “el asado siempre fue un corte caro y siempre fue la vedette para el mundo”. “Negocios en el mundo hay para todos los cortes”, aclaró una alta fuente del sector cárnico exportador salteño.
El mismo empresario aceptó que el consumo anual de carne bajó abruptamente estos años, pero lo justificó “porque los cortes premium en el mundo son baratos acá y los baratos son caros”. Y lo explicó por la ley de la oferta y demanda, ya que cortes como el lomo están reconocidos en el mundo y tienen un valor altísimo, mientras las pulpas y los blandos “acá están sobrevaluados”, por lo que el precio aumenta hasta acercarse al de los más requeridos en el exterior.
Para él, lo que se debería hacer es permitir que esos cortes “se vayan afuera y el resto se quedan acá”, pero no sucede “porque el argentino está acostumbrado a comer todo tipo de carne y siempre se armó la pizarra de esa manera”, y “porque el carnicero compra una media res y la tiene que vender toda, y si no, no vende y se le pudre”. “Terminamos pagando un kilo común a $1.000 y un lomo a $1.400, cuando podríamos ganar más vendiendo ese lomo afuera y bajar el resto”, acotó.
Por último, pronosticaron que para este año será muy parecido el ritmo de los precios, y se quejaron por las medidas del ejecutivo nacional de postergar las restricciones de exportaciones a ciertos cortes y poner cupos, a la vez que aseguraron que “eso no va a garantizar la inmovilidad de los precios en góndola”.
Teniendo en cuenta la variación anual de la inflación, en la que se nota una caída cada vez que el gobierno impulsó la política de acuerdos de precios, la Secretaría de Comercio Interior ya lanzó una nueva lista de Precios Cuidados con más de 1.300 productos de diferentes rubros.