Desde Roma
Después de meses de discusión y de que el sábado renunciara a su candidatura Silvio Berlusconi, los parlamentarios italianos comenzarán este lunes, a partir de las 15hs y en las respectivas cámaras, a votar para elegir un nuevo Presidente de la República. El nuevo mandatario deberá sustituir en febrero a Sergio Mattarella, después de siete años de gobierno.
Pero la elección no es tan simple como parece. El presidente en Italia no es elegido por el voto popular sino por el Parlamento (321 senadores y 630 diputados) y 58 representantes de las regiones italianas (equivalentes a las provincias argentinas). Y por lo que se sabe hasta ahora, habrá sólo una votación por día. Las reglas establecen que el candidato, para poder ser elegido presidente, debe obtener dos tercios de los votos totales del Parlamento y de los representantes regionales (es decir 673 votos), en la primera, segunda o tercera votación. Si se llega a una cuarta votación porque no se alcanzó el número necesario, basta la mayoría absoluta, es decir, 505 votos. Pero ninguno de los dos sectores del Parlamento, ni centroizquierda ni centroderecha, podría por sí solo conseguir el número de votos necesario.
Todo esto hace pensar que la elección del nuevo presidente llevará varios días, y que en medio de las votaciones irán adelante las negociaciones entre los partidos para inclinarse más o menos hacia un candidato o proponer alguno nuevo. De hecho no es obligatorio presentar públicamente los candidatos a la presidencia y algunos partidos prefieren mantenerlos en secreto hasta el último momento.
Hará aún más lenta la elección el hecho de que por medidas anti covid, la votación será por grupos de 50 parlamentarios que entrarán a la sala del voto con horarios previamente establecidos, con mascarilla y el Super Green Pass que certifica su vacunación o un test de covid negativo del día precedente. Numerosos parlamentarios están enfermos de covid y para ellos se ha organizado un sistema especial a fin de que puedan votar desde el propio auto en un estacionamiento al aire libre del Parlamento, siempre que estén en condiciones físicas de hacerlo.
En estos tiempos tan difíciles de la pandemia y la crisis económica y social que ha desencadenado, varios partidos políticos repiten que es necesario elegir a alguien que represente a todo el país, no sólo a algunos. Y muchos por eso prefirieron reproponer a Mattarella. Pero al parecer el presidente, que tiene 80 años, después de siete de gobierno habría desistido. La prensa italiana habla ya de que el equipo del presidente del Palacio del Quirinale - sede de la presidencia -, estaría preparando docenas de cajas con las pertenencias del mandatario que tiene intenciones de volver cuanto antes a vivir a Palermo (Sicilia), de donde es originario y tiene su casa.
Pero fue la renuncia de Berlusconi, fundador de Forza Italia y que había sido candidateado también por sus aliados de derecha, La Liga de Matteo Salvini y Fratelli d’Italia de Giorgia Meloni, la que desencadenó la verdadera discusión entre ellos tratando de diseñar un esquema de nuevos candidatos. También estimuló los encuentros con otros posibles aliados en esta materia, como el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) hoy liderado por el ex primer ministro Giuseppe Conte y primer partido por el número de diputados y senadores.
Al principio de la campaña, la derecha consideraba a Berlusconi el candidato que más votos podría obtener. Pero en base a las encuestas tal vez percibieron que el consenso bajaba cuanto más se acercaban el día de la elección. Algunos diarios publicaron en cambio que habría sido la familia de Berlusconi la que le aconsejó al ex primer ministro abandonar la candidatura para proteger su salud, a los 85 años y con varias enfermedades que tiene que controlar.
El Partido Democrático (PD) y otros partidos de centro izquierda como M5S, Liberi e Uguali e Italia Viva de Matteo Renzi, se reunieron durante el domingo para precisar los pasos a dar. Al parecer hubo un acuerdo amable. “Hemos decidido hablar con todas las fuerzas políticas para llegar el martes o el miércoles a un nombre compartido por todos”, dijo a la prensa el secretario del PD, Enrico Letta, al salir de los encuentros. El grupo de centroizquierda tiene mayoría en la Cámara de Diputados, pero no en el Senado donde lidera la derecha, pero de hecho ninguno de los dos sectores tienen votos suficientes por si solos para elegir al presidente. Por eso las negociaciones continuarán.
Otros candidatos posibles
Aparte de Berlusconi y Mattarella, otro de los candidatos del que mucho se ha hablado fue el actual primer ministro Mario Draghi al que la derecha no quiere porque dice que es importante, para el país y el rol de Italia en el mundo, que siga siendo primer ministro. Draghi, 74 años, no pertenece a ningún partido pero tiene una gran experiencia a nivel internacional, habiendo trabajado por años en el Banco Central de Italia y el de la Unión Europea. Y desde que asumió como primer ministro en febrero pasado, ha hecho un excelente trabajo en materia de covid y vacunaciones y también evitando los enfrentamientos entre los partidos que hubieran roído las raíces del país en un momento tan difícil como éste.
Pero ahora ha surgido, según asegura la prensa italiana, otro candidato que podría llevarse el título de presidente: Andrea Riccardi. Profesor universitario, abogado, ferviente católico progresista, Riccardi fue ministro de la Cooperación Internacional en 2011, durante el gobierno de Mario Monti. Pero su nombre es famoso en Italia sobre todo por haber sido el fundador en 1968 de una organización de solidaridad internacional católica, la Comunidad de San Egidio, que ayuda a pobres, migrantes, personas ancianas, gente que vive en la calle, drogadictos, y ha llevado a cabo proyectos en estas áreas en unos 70 países del mundo. Riccardi sería apoyado entre otros por el PD.
Al principio de esta campaña electoral se habló de la posibilidad de que por primera vez en la historia, una mujer fuera presidenta de Italia. Pero ahora esa posibilidad parece haber caído en el olvido. Algunos mencionan una mujer de la que antes no se había hablado, y que podría ser candidateada por la derecha: Elisabetta Belloni, embajadora de larga carrera, elegida por Draghi como jefa del DIS (Departamento de Información para la Seguridad), una suerte de coordinadora de los servicios secretos.
Pero los candidatos podrían cambiar a cada rato, según cómo vaya el voto y las consecuentes negociaciones en los próximos días. El líder del M5S Conte fue claro en este sentido: “El M5S tiene un único objetivo y lo perseguirá hasta el final. Tenemos 235 votos que ponemos a disposición del interés de los italianos para tener un presidente que nos haga orgullosos a todos de ser italianos y de estar bien representados”.