Los regresos prácticamente simultáneos de Juan Fernando Quintero y Darío Benedetto a River y Boca, a poco más de tres años de la final que los tuvo como protagonistas, le pusieron jerarquía a un mercado de pases local golpeado por la economía pero que contó con el rebusque de varios clubes para sumar tanto en cantidad -siempre infaltable, con equipos que se rearman casi por completo- como calidad, con los pases de Cardona a Racing o los habilidosos Centurión y Braida a San Lorenzo, por ejemplo.
Pero si algo caracterizó al receso veraniego por sobre todas las cosas fueron las vueltas de jugadores a sus exclubes: el Pulga Rodríguez a Colón; Cvitanich a Banfield, Boselli a Estudiantes, Valeri y Monetti a Lanús, Vangioni a Newell's, Bergessio a Platense, Hauche a Racing y Montoya a Central.
A propósito, un repaso por cinco regresos inmejorables que marcaron al fútbol argentino, algunos dignos de mención y el recuerdo de otros que no terminaron de buena manera.
Humberto Maschio a Racing, 1966
El Bocha. Un jugador total, primero delantero y luego mediocampista. Llegó a Racing en 1954, proveniente de Quilmes, para tres años después partir hacia Italia (pasó por Bologna, Atalanta, Inter y Fiorentina). Fue tan bueno lo suyo que lo nacionalizaron y jugó el Mundial 1962 con la Azzurra, a pesar de un paso previo por la Selección Argentina: 12 partidos, 12 tantos y goleador del equipo campeón del Sudamericano (actual Copa América) de 1957.
En 1966, con 33 años, retornó a Avellaneda para formar parte de la etapa más gloriosa de la Academia: el Equipo de José (Pizzuti) ganador de la Libertadores y la Europeo-Sudamericana (luego Intercontinental) del '67. Por entonces ya se movía de mediocampista, haciendo gala de su apodo para manejar los hilos desde el centro de la cancha. Su inteligencia la explotó también desde los bancos, pero en la otra vereda: dirigió al Independiente campeón continental de 1973.
Norberto Alonso a River, 1984
El Beto. Con 31 años y cinco títulos ligueros previos en Núñez, el zurdo volvió a River en 1984 para su tercera y última etapa en el club tras "exiliarse" en Vélez tres años antes luego de una pelea con el por entonces DT millonario Alfredo Di Stéfano (entre su primera y segunda etapa, pasó un año por el Olympique de Marsella francés). Y la tercera sería la vencida para el Beto y todo River. En su undécima participación en la Libertadores, el Millonario consiguió finalmente el título, convirtiéndose en el sexto club argentino en lograrlo.
Alonso -quien algunos meses antes cabeceó hacia la historia la pelota naranja- marcó cuatro tantos en aquel certamen, uno de ellos en la primera final ante el América de Cali. Luego se retiró de manera oficial del fútbol, a los 33 años, nada menos que en el triunfo ante el Steaua Bucarest rumano, por la Intercontinental. El Beto no fue el único "retornado" de aquel River: el uruguayo Antonio Alzamendi anduvo por Núñez en la '82/'83, luego pasó al fútbol de su país y mexicano, y regresó en el '86 para ser parte de la gloria.
Juan Sebastián Verón a Estudiantes, 2006
La Brujita. Quizá la vuelta más emblemática de la historia del fútbol nacional. Con 31 años y la posibilidad de renovar en el Inter de Italia tras diez temporadas de alto nivel en Europa, el hijo pródigo pincha retornó a La Plata en 2006 y dio vuelta la tortilla por completo. En su primer año, cortó con una sequía de títulos locales de 23 años -descenso en 1994 de por medio- con la obtención del Apertura 2006 en el desempate ante Boca.
Y en 2009, la racha que vio su fin fue de 39 años a nivel continental, con la conquista de la Libertadores ante Cruzeiro como visitante, emulando a su padre, Juan Ramón "La Bruja", tricampeón continental en 1968, 1969 y 1970. En el Mundial de Clubes, fue derrota con sabor a gesta en el alargue para los muchachos de Sabella ante el casi invencible Barcelona de Messi. Los éxitos no finalizaron allí, su Estudiantes también ganó el Apertura 2010, su último título oficial hasta hoy.
Juan Román Riquelme a Boca, 2007
Si de impacto inmediato a la hora de "volver para ser campeón" se habla, difícil obviar al Román de 2007. Cuatro años y medio después de su excursión al Barcelona, Boca se puso en gastos y trajo a su máximo ídolo a préstamo por cinco meses desde el Villarreal, donde estaba peleado con el chileno Manuel Pellegrini. No habían pasado todavía cuatro meses de su "redebut" oficial que Boca ya estaba festejando una nueva Libertadores, esta vez ante Gremio, con tres de los cinco goles de la final siendo obra y gracia de aquel Riquelme de 28 años.
Para el Mundial de Clubes de fin de año, Román ya estaba nuevamente "colgado" en el Villarreal y Boca no contó con su pieza clave para enfrentar al Milan (derrota 2 a 4). Aquel equipo de Miguel Angel Russo contaba con un buen número de "retornados" además del número 10: Martín Palermo (había regresado en 2004 desde el fútbol español), Hugo Ibarra (en 2005 volvió de sus pasos por Portugal, Francia y España) y Clemente Rodríguez (estaba a préstamo desde el Spartak Moscú ruso). Vale recordar que Riquelme fue también protagonista de otra gran "repatriada": en 2014 le devolvió gentilezas al club que lo formó, Argentinos Juniors, y fue partícipe del ascenso del Bicho a Primera para luego retirarse.
Leandro Romagnoli a San Lorenzo, 2009
El Pipi. Lo del "tatuado" pudo no ser causa y efecto, pero cómo obviar la influencia del enganche en la página más gloriosa de San Lorenzo. Campeón del Clausura y la Mercosur 2001 y la Sudamericana 2002, Romagnoli fue vendido en 2004 al fútbol mexicano y más tarde pasó al Sporting Lisboa de Portugal, donde estuvo cuatro temporadas.
Con apenas 28 pirulos, concretó su regreso a Boedo de la mejor manera: con el pase en su poder. El destino le devolvería el gesto con la obtención del Torneo Inicial 2013 y, un año más tarde, al poder levantar como capitán la hasta entonces tan esquiva como deseada Libertadores de América con goles de Matos y Ortigoza. En el Mundial de Clubes, en tanto, el Ciclón dio la cara (0 a 2) ante el terrible Real Madrid de Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos, futuro tricampeón europeo y mundial.
Dignos de mención
- Arsenio Erico a Independiente en 1942: el Saltarín Rojo, máximo goleador histórico del fútbol argentino, se fue al fútbol paraguayo tras una pelea con los dirigentes rojos y volvió para seguir rompiendo redes, aunque sin títulos.
- José Manuel "Charro" Moreno a River en 1946: para muchos, el primer Maradona; figura de La Máquina, retornó a Núñez por dos temporadas tras emigrar al fútbol mexicano por la huelga de futbolistas y volvió para ser campeón y que las canchas desborden de público.
- José Sanfilippo a San Lorenzo en 1972: con 37 años, el Nene retornó a Boedo para retirarse, pero se llevó un par de alegrías extra: campeón del Nacional y Metropolitano de ese año.
- Carlos Bianchi a Vélez en 1980: este terrible goleador volvió a Liniers desde Francia con 31 años y, a pesar de sus 85 goles en cinco temporadas, no pudo ser campeón; claro que luego como DT pagaría con creces.
- Enzo Francescoli a River en 1994: el uruguayo se fue a Francia en 1986 y por unos meses se perdió la Libertadores de aquel año; en su vuelta, se desquitó con 35 años en la del '96, de la mano de Ramón Díaz.
- Jorge Burruchaga a Independiente en 1995: consagrado a más no poder con la Selección, el Burru volvió al Rojo tras diez años en Francia y, con 33 años, levantó la Supercopa y la Recopa Sudamericanas.
- Fernando Cavenaghi a River en 2011: rescindió contrato en Brasil y regresó a Núñez con apenas 28 años para ser el goleador del equipo en el ascenso a Primera; como si fuera poco, en su tercera etapa en 2015 fue titular en la final de vuelta de Libertadores ante Tigres de México.
- Maxi Rodríguez e Ignacio Scocco a Newell's en 2012: un año después, ya estaban dando la vuelta de la mano del Tata Martino en el Torneo Final mientras alcanzaban las semifinales de la Libertadores junto a otro hijo pródigo de la Lepra, Gabriel Heinze.
- Carlos Tevez a Boca en 2015: once años después de su venta al Corinthians, el de Fuerte Apache retornó a sus orígenes y consiguió siete títulos locales hasta 2020.
- Diego Milito y Lisandro López a Racing en 2014 y 2016: el retorno del "Príncipe" le cambió la cara a la Academia, dando inicio a una era "positiva" a partir del festejo en el Transición 2014; cuando se estaba por retirar, el que volvió fue Lisandro, para festejar más tarde en la Superliga 2018/19.
- José Sand a Lanús en 2016: el eterno goleador correntino llegó y festejó por triplicado en el Granate; al año fue subcampeón de la Libertadores y goleador de la misma con 37 años.
Regresos que no
- Claudio López a Racing en 2007: tras once años en el exterior, el Piojo regresó a Avellaneda pero tras 10 goles y 34 partidos se fue a Estados Unidos en medio de una disputa económica con el club.
- Matías Almeyda a River en 2009: el final menos deseado tuvo el Pelado como futbolista, ya que su último partido fue la Promoción de ida ante Belgrano en 2011).
- Guillermo Barros Schelotto a Gimnasia en 2011: otra vuelta para nada feliz: tras 15 años, el Mellizo retornó a La Plata sin cobrar un peso de salario, pero no pudo evitar el descenso del Lobo en aquella temporada).
- Gabriel Milito a Independiente en 2011: el Mariscal Rojo, aquejado por las lesiones, jugó apenas una temporada tras su vuelta antes de retirarse a los 31 años del equipo que próximamente descendería).