La vergonzosa resolución de los camaristas de Casación bonaerense, Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués, que redujeron las penas de cadenas y reclusión perpetua impuestas a los asesinos de José Luis Cabezas en la sentencia del juicio oral del 2 de febrero de 2000 a condenas de entre 18 y 27 años.
Las condenas a los asesinos de Cabezas
De los cuatro integrantes de la banda de Los Horneros, Miguel Retana murió preso en 2001. El primero en beneficiarse con la reducción de la condena y el combo del 2×1 fue José Luis Auge, quien recuperó su libertad el 14 de diciembre de 2004. Actualmente trabaja de changarín en el barrio platense de Los Hornos, donde también vive. Gustavo González obtuvo la libertad condicional a fines de 2005. Ahora está preso por una causa de narcotráfico. Braga vive en Los Hornos y se recibió de abogado pero no lo dejan ejercer por sus antecedentes. Pronto seguirían los demás, incluidos los policías y el jefe de seguridad de Alfredo Yabrán.
El 2 de octubre de 2010 fue liberado el autor material del crimen quien accedió al arresto domiciliario. Gustavo Prellezo se recibió de abogado en la cárcel pero, en noviembre de 2020, producto del reclamo de los familiares del fotógrafo asesinado, el Tribunal de Disciplina del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal resolvió excluirlo de la matrícula. En 2016 fue beneficiado con la libertad condicional. Gregorio Ríos, jefe de seguridad de Yabrán, en 2006 obtuvo la prisión domiciliaria y siete años después se le dio la pena por cumplida. De los policías condenados por prestar apoyo logístico, Sergio Camaratta fue liberado en 2006, pero regresó a la cárcel en 2012, tras una revocación de su pena (murió tres años después) y el oficial Aníbal Luna es el único que, teóricamente, continúa preso, bajo un régimen especial que, también teóricamente, le permite salir 72 horas por semana. Lo cierto es que vive en General Madariaga, donde hasta el intendente asegura que se maneja como si estuviera libre. El excomisario de Pinamar Alberto Gómez, condenado a perpetua por haber liberado la zona, obtuvo en 2010 la prisión domiciliaria y, al año, la libertad asistida. En 2013 se le dio la pena por cumplida. Reside en Valeria del Mar.
A 25 años del crimen de José Luis Cabezas todos los condenados recuperaron su libertad. No hay ni un solo preso.