En busca de reconocimiento internacional y de fondos para su país, que atraviesa una grave crisis humanitaria, los talibanes dijeron este lunes que su primera visita a Europa desde que tomaron el poder era un "éxito en sí misma". La delegación dirigida por el ministro de Relaciones Exteriores, Amir Khan Muttaqi, llegó el sábado a Noruega para participar de tres días de reuniones con miembros de la sociedad civil afgana y diplomáticos occidentales. El diálogo de los talibanes en Oslo motivó protestas del colectivo feminista afgano y también de parte de la sociedad noruega.
"El hecho de que hayamos venido a Noruega es un éxito en sí mismo porque hemos compartido el escenario internacional", dijo el ministro Muttaqi este lunes a los periodistas, al margen de unas conversaciones con representantes de Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, Alemania, Italia, la Unión Europea y Noruega. "De estos encuentros, estamos seguros de que obtendremos un apoyo en los sectores humanitario, sanitario y educativo en Afganistán", comentó.
Las discusiones giran en torno a la urgencia humanitaria en Afganistán, donde millones de personas se ven amenazadas por el hambre, tras la interrupción de la ayuda internacional y con el país golpeado por varias sequías. Ningún estado ha reconocido por ahora al gobierno de los talibanes, islamistas fundamentalistas que fueron expulsados del poder en 2001 pero que volvieron a tomar las riendas en agosto.
Expertos y miembros de la diáspora afgana criticaron que Noruega invitara a los talibanes, y muchos expresaron su rechazo con manifestaciones frente al ministerio de Relaciones Exteriores, en Oslo. Entre tristeza, decepción y desconcierto, militantes feministas en Afganistán también criticaron abiertamente las negociaciones.
"Me entristece que un país como Noruega organice esta cumbre y haga acuerdos con terroristas en la mesa" de negociaciones, dijo Wahida Amiri, una activista feminista que se manifiesta en Kabul desde agosto. Para no correr peligro en las calles, numerosas mujeres protestaron contra esta reunión desde sus casas en las ciudades de Kabul, Bamiyan o Mazar-i-Sharif. "Noruega invitó a criminales y terroristas que no tienen ningún respeto por los derechos de las mujeres ni los derechos humanos", afirmó una manifestante de Bamiyan, que pidió no ser identificada.
Los talibanes aseguran que son más moderados que en su anterior régimen, entre 1996 y 2001, pero la realidad es que muchas mujeres están excluidas del empleo público, gran parte de las escuelas para niñas están cerradas, y en los trayectos largos las mujeres deben ir acompañadas por un hombre de su familia.