El Parlamento de Francia aprobó este martes una ley para prohibir las "terapias de reorientación" sexual, prácticas popularizadas hace años por grupos religiosos y de extrema derecha para imponer la heterosexualidad normativa a lesbianas, gays, bisexuales y trans.
La norma prevé la inclusión de un nuevo delito en el Código Penal por "modificar o reprimir la orientación sexual o la identidad de género, real o supuesta" de una persona, que establece una pena de dos años de prisión y 30.000 euros (34.000 dólares) de multa.
La pena puede ascender a tres años de prisión y 45.000 euros (50.700 dólares) de multa cuando se actúe sobre un menor, sobre una persona sobre la que se tiene autoridad o sobre una persona que esté en situación de precariedad o sufra alguna deficiencia.
En Francia, estas "terapias de reorientación" suelen llevarse adelante a través de sesiones de exorcismo, sesiones de electrochoque e internaciones, entre otros abusos que tienen efectos psicológicos y físicos duraderos en las víctimas.
Aunque parecen prácticas de otra época, los legisladores Laurence Vanceunebrock (liberal) y Bastien Lachaud (izquierdista) aseguraron en 2019 que había un centenar de casos recientes, al tiempo que alertaron sobre el aumento de este tipo de "terapias" en los últimos años.
"Nada que curar"
Una de las primeras en celebrar la nueva ley votada por unanimidad en la Asamblea Nacional (cámara baja) fue la ministra de Igualdad, Élisabeth Moreno. "Las terapias de reorientación, prácticas bárbaras de otra época, ya están prohibidas definitivamente en nuestro país. Nada que curar", tuiteó este martes.
La nueva norma, que para entrar en vigor tendrá que ser promulgada, fue una iniciativa del partido del presidente francés, Emmanuel Macron, y contó con el apoyo tanto de su Gobierno como del respaldo de los partidos.
"¡Se aprueba por unanimidad la ley que prohíbe la terapia de conversión! Estemos orgullosos, estas prácticas indignas no tienen cabida en la República. Porque ser uno mismo no es un delito, porque no hay nada que curar", escribió el mandatario en sus redes sociales.
Con la adopción de esta ley, Francia sigue los pasos de otros países como Alemania, Malta y España (algunas regiones), a los que se sumarán en breve Bélgica, Holanda y el Reino Unido.