El FMI calculó que la economía argentina crecerá este año un 3 por ciento, por encima de la estimación de 2,5 por ciento que había publicado en octubre pasado. También elevó en medio punto porcentual la proyección de crecimiento para 2023, que ahora se ubica en el 2,5 por ciento. El Presupuesto Nacional que no resultó aprobado incluía una pauta de crecimiento del PBI del 4 por ciento para este año.

Dentro de las treinta economías más importantes del mundo, la suba de la estimación de crecimiento para el caso argentino en este año es el movimiento más optimista que realizaron los técnicos del organismo junto con el caso de India. De hecho, la mayoría de las correcciones aplicadas fueron a la baja o neutras, salvo los casos de Egipto (0,4), Japón (0,1), Países Bajos, Argentina y la India.

A diferencia de ese puñado de casos en donde los cálculos fueron al alza, el FMI advierte que a nivel global "la variante Omicron ha impactado en mayores restricciones a la movilidad y en un aumento de la volatilidad financiera. Además, continúan los problemas de oferta, mientras que la inflación es más alta y de base más amplia que lo esperado, particularmente en los Estados Unidos. Asimismo, el consumo privado en China es más débil de lo previsto".

Con la proyección actualizada, el crecimiento de Argentina superaría al de Brasil (0,3 por ciento) y México (2,8) en la región, aunque sigue por debajo de la mayoría de las economías en desarrollo, como Egipto (5,6 por ciento), India (9,0), Indonesia (5,6), Malasia (5,7), Pakistán (4,0), Filipinas (6,3), Polonia (4,6) y Turquía (3,3).

En 2021, la suba del PBI del 10 por ciento en Argentina fue sólo superada por Turquía (11 por ciento) en la selección de naciones que hace el Fondo. A su vez, en 2020 los datos nacionales (-9,9 por ciento) fueron los peores con excepción de España (-10,8 por ciento).

En el terreno de las economías avanzadas, el FMI calcula que Estados Unidos crecerá este año un 4 por ciento, mientras que Alemania haría lo propio con un 3,8 por ciento y Francia se ubicaría en el 3,5 por ciento. En tanto, China crecerá 4,8 por ciento.

Inflación

El FMI espera que la inflación mundial continúe elevada en el corto plazo, con un promedio de 3,9 por ciento en las economías avanzadas y 5,9 por ciento en las emergentes. Claramente, valores que están demasiado lejos de la proyección superior al 50 por ciento para los precios de la economía argentina en 2022.

El organismo también espera que el fuerte crecimiento de los precios de los combustibles se modere a lo largo de 2022–23. Detalla que los mercados a futuro indican que los precios del petróleo subirían 12 por ciento en 2022 y el gas haría lo propio con un 58 por ciento antes de volver a caer en 2023. En ese marco, el Gobierno nacional toma con un gol a favor los buenos números de producción de hidrocarburos en el país en el marco del Plan Gas, que subsidia los precios para las petroleras.

En Estados Unidos, las mayores presiones inflacionarias alcanzaron números que no se veían desde comienzos de la década del '80. Así, se espera que la Reserva Federal endurezca su política monetaria, lo cual a su vez tiene impacto en el mercado financiero global. "Para algunos países muy endeudados en moneda extranjera, la combinación entre condiciones financieras más estrechas, depreciaciones de tipo de cambio y más inflación importada va a implicar desafíos en materia monetaria y fiscal", dice el Fondo.

Desafíos

"En economías con distorsiones de mercado, vulnerabilidad de la balanza de pagos y acceso limitado a los mercados financieros, el impacto de la reversión de los flujos de capital --por la política restrictiva de la Reserva Federal-- puede generar una desestabilización financiera. En esos casos, la intervención en el mercado cambiario y el manejo temporario de los flujos de capital puede ser necesario, aunque no sustitutos de los ajustes macroeconómicos", sugiere el FMI.

Estas reflexiones tienen particular importancia para la Argentina, que claramente se encuentra en el grupo de países con mayor vulnerabilidad macroeconómica y está en la etapa final de la negociación de un crédito con el Fondo que le permita sortear los vencimientos del acuerdo firmado en 2018.

El Fondo agrega un párrafo que apunta a la situación de países de bajos ingresos, como los africanos, que también llama a la puerta en el caso de la Argentina: "en los países con fuertes necesidades financieras y endeudamiento insostenible, el alivio de liquidez puede no ser suficiente. En esos casos, la rápida puesta en marcha del Marco Común del G20 para el tratamiento de deuda va a proveer un mecanismo efectivo para la reestructuración ordenada de la deuda. El progreso hasta aquí ha sido demasiado lento. Se necesitan mejoras urgentes". 

En diciembre pasado, la titular del FMI, Kristalina Georgieva, se había pronunciado en forma similar al afirmar que "el Marco Común aún no ha hecho realidad su promesa. Esto requiere actuar sin demora".